Créditos y depósitos aumentan en las cooperativas pese a la pandemia
En términos interanuales las captaciones y la cartera bruta de crédito en las cooperativas de Ecuador han sido superiores en 2020, un año golpeado por la pandemia del Covid-19.
Personas en una agencia de una cooperativa de ahorro en Ecuador, en 2020.
Cooperativa de Ahorro y Crédito15 de Abril Ltda/ Facebook
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Las cooperativas de ahorro del país presentan un aumento de su cartera de créditos y de los depósitos totales en los primeros nueve meses de 2020, frente al mismo período de 2019.
En septiembre de 2020 la cartera de crédito del Sistema Financiero Popular y Solidario (SFPS) ascendió a USD 12.255 millones, un 5% más en comparación con el mismo mes de 2019.
La SFPS agrupa a las cooperativas de cinco segmentos y a cuatro mutualistas.
En términos mensuales la cartera de crédito se elevó 1,05% frente a agosto de 2020, cuando llegó a USD 12.127 millones, según la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria (SEPS).
Para la cartera de crédito, mayo y junio han sido los meses más bajos de 2020, con USD 11.995 y USD 11.994 millones, respectivamente.
Durante esos meses las autoridades establecieron medidas de confinamiento para la población. Además hubo toque de queda y la suspensión de la jornada laboral presencial para contener la pandemia.
Pero, a partir del segundo semestre de 2020, la actividad de crédito en las cooperativas comenzó a reactivarse. Sin embargo esto no necesariamente es una buena noticia desde el punto de vista del riesgo.
"Desde julio las cooperativas colocan mucho más crédito, porque asumen más riesgo", explica Édgar Peñaherrera, gerente de la Red de Integración Ecuatoriana de Cooperativas de Ahorro y Crédito.
Según la Superintendencia, el 50% de la cartera de las cooperativas (USD 6.670 millones) se destina a créditos de consumo.
Le sigue el segmento de microcrédito, que representa el 37% de las operaciones. Ese porcentaje implica USD 4.936 millones.
Que los préstamos de consumo y microcrédito tengan un mayor peso en las cooperativas es un tema que preocupa al Fondo Monetario Internacional (FMI) desde 2019.
El organismo considera que son segmentos riesgosos porque suelen tener montos bajos. Eso ocasiona que el cobro a veces sea más costoso que los beneficios obtenidos.
Para la superintendenta de Economía Popular y Solidaria, Margarita Hernández, estos valores obedecen a los procesos de desarrollo y de producción de los territorios en donde actúan las cooperativas.
"Las cooperativas operan en cantones con mayores índices de pobreza y de ruralidad", sostiene Hernández.
La funcionaria agrega que, tras las observaciones del FMI, trabajan en las brechas de control en las entidades financieras. Explica que la regulación no puede ser igual a la de la banca por la naturaleza de las cooperativas y el tamaño de sus activos.
"Las cooperativas del segmento 1 y 2 (las mayores del sistema) entregan mensualmente la misma información que los bancos privados. En este momento estamos trabajando en normas de gobernanza y de procesos de tesorería, que ya tienen los bancos", dice Hernández.
Crece la morosidad
Con el aumento de la cartera de créditos también se eleva la tasa de morosidad.
En septiembre de 2020, la morosidad de la cartera en las cooperativas alcanzó 4,9%. Se trata de un aumento de 0,5 puntos porcentuales más frente al mismo mes de 2019.
Y cabe esperar que el índice de morosidad se eleve a partir de diciembre de 2020. El 12 de noviembre finaliza el plazo para la reestructuración de los préstamos bajo las condiciones preferentes previstas en la Ley Humanitaria.
"Con la finalización de las reprogramaciones se va a comenzar a evidenciar si los clientes están cumpliendo con el pago de sus obligaciones o si no van a poder hacerlo. Que la morosidad se eleve en menor o mayor medida depende de la evolución de la reactivación económica", afirma Peñaherrera.
Las entidades del segmento 1 y 2 (aquellas que tienen activos superiores a USD 20 millones y que representan el 91% de la cartera de crédito) tenían una morosidad de 4,5% en septiembre.
Si se analiza por tipo de crédito, la tasa morosidad en las cooperativas 1 y 2 llegó a 3,5% para el segmento comercial. En consumo fue de 4% , en vivienda 1,7% y 5,9% en microcrédito.
Más incertidumbre, más depósitos
Al mismo tiempo los depósitos han crecido de forma anual y mensual.
En septiembre de 2020 las captaciones de recursos de las cooperativas ascendieron a USD 13.340 millones. Es un 1,97% más en comparación con agosto.
En términos anuales las captaciones de las cooperativas se elevaron 12% frente a agosto de 2019.
El incremento de los depósitos responde a la contracción de las ventas. Esto "hace que quienes tengan dinero no lo inviertan y prefieran guardar sus recursos en el sistema financiero, hasta que haya más certezas", explica Peñaherrera.
Mayo ha sido el mes más bajo en 2020 para las cooperativas en cuanto a la captación de recursos. Ese mes los depósitos llegaron a USD 12.627 millones, es decir 0,51% menos que en abril de 2020.
Priorizar la liquidez
En los últimos meses, el mercado de valores ha visto cada vez más cooperativas de ahorro y crédito haciendo emisiones de papeles para obtener liquidez.
La primera fue la cooperativa Alianza del Valle, que hizo una segunda inscripción de certificados de depósito el 10 de junio de 2020.
Rolando Cadena, gerente general de Alianza del Valle, explica que este año han decidido dar importancia a las transacciones en bolsa. Para él estas operaciones "brindan un abanico de opciones de financiamiento y de liquidez".
Tres meses después de esa operación, la cooperativa 23 de Julio también inscribió certificados de depósito a plazo fijo.
Los certificados de depósito son títulos emitidos por una entidad financiera que ofrece una rentabilidad fija en el periodo de tiempo determinado.
Mientras que la cooperativa Padre Juan Lorente hizo su primera titularización de cartera de consumo por USD 4 millones. Las tasas de interés que van desde el 8,5% hasta el 8,75% anual.
La titularización es un mecanismo de financiamiento a través del cual una entidad financiera utiliza su propia cartera de crédito, la empaqueta y la vende. Con ello capta fondos y genera liquidez para ofrecer nuevos créditos.
Los recursos captados por este tipo de operación serán destinados a:
- Capital de trabajo para el otorgamiento de nuevas operaciones de crédito en los segmentos de consumo prioritario y de microcrédito.
- Pago de pasivos en costo financiero.
"Las negociaciones de instrumentos financieros en bolsa son un mecanismo para estar cubiertos en caso de caídas de liquidez. A inicios de la pandemia hubo retiros, por lo que las entidades financieras ahora buscan estar cubiertas", concluye Peñaherrera.
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