Esto le costaría a Ecuador la eventual salida definitiva de operación de Coca Codo Sinclair
La erosión regresiva del río Coca podría destruir las obras de captación de Coca Codo Sinclair en menos de tres años. ¿Qué implicaría para el país?
Obras de captación de Coca Codo Sinclair, foto del 26 de mayo de 2024.
Celec
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Una eventual salida de operación de la hidroeléctrica más grande de Ecuador, Coca Codo Sinclair, debido a daños ocasionados por la erosión del río Coca, le costaría al país USD 191 millones en promedio al año, cifra que podría elevarse hasta los USD 322 millones anuales.
Lo dice el informe Análisis de los Costos para el Abastecimiento de Energía al país asociado a la indisponibilidad potencial de Coca Codo Sinclair por afectación a las obras de captación debido al proceso erosivo en el Río Coca.
El informe fue elaborado por el operador nacional de energía Cenace para el período: septiembre de 2021 y agosto de 2023.
Y es que la erosión regresiva del río Coco, un extraño fenómeno que socava el lecho del río y desmorona sus márgenes, amenaza con destruir las obras de captación de Coca Codo Sinclair, lo que inutilizaría de manera permanente a esta hidroeléctrica.
La erosión empezó el 2 de febrero de 2020 tras el colapso de la Cascada San Rafael, ubicada a 19 kilómetros de las obras de captación de Coca Codo Sinclair, ubicada entre las provincias amazónicas de Napo y Sucumbíos. Pero desde entonces, ha continuado su avance río arriba.
El Cuerpo de Ingenieros de la Armada de Estados Unidos considera que la erosión alcanzará esta estructura en menos de tres años, según reveló PRIMICIAS. Ahora, la erosión está a 7,3 kilómetros de distancia de esas obras.
El costo podría ser mayor
Pero esas simulaciones de Cenace consideran algunas variables que, de llegar a fallar, elevarían aún más los costos de una eventual salida de operación de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair.
Incluso, el consultor eléctrico Ricardo Buitrón cree que se generaría una crisis de gran magnitud, considerando el escenario que vivió Ecuador en el reciente estiaje, con cortes programados de electricidad. Y, todo esto ocurrió, pese a que se contó con Coca Codo Sinclair.
Una variable clave del estudio de costos de una eventual salida de Coca Codo Sinclair es la demanda de electricidad, que Cenace proyectó que crecería en 3% entre 2022 y 2023.
Pero, en realidad, el crecimiento de la demanda fue del 11% en ese período, lo que ya permite advertir que una eventual salida de Coca Codo Sinclair sería más compleja y costosa de lo proyectado por Cenace.
Importación se dispararía
Considerando Coca Codo Sinclair, el aporte de todas las hidroeléctricas en Ecuador llega a un promedio de 93%. Sin Coca Codo Sinclair, el aporte de las hidroeléctricas caería al 76%, advierte el Cenace en su informe. En estiaje ese aporte podría descender al 60%, advierte Cenace.
Para compensar Coca Codo Sinclair, Ecuador tendría que elevar el uso de generación termoeléctrica, cuyo aporte para cubrir la demanda nacional de electricidad pasaría del 6% al 14%.
Además, Ecuador tendría que comprar más electricidad a Colombia, cuyo aporte pasaría del 1% al 10% en el total de la demanda.
De ahí que Cenace advierte que "cualquier reducción en las importaciones (de Colombia) en los estiajes estresaría las condiciones del sistema (eléctrico de Ecuador), lo que implicaría que la logística para el abastecimiento de combustibles a la generación térmica tendería a niveles de saturación".
Eso ya se observó en el escenario de fuerte estiaje que vivió el país entre septiembre de 2023 y mayo de 2024, cuando una combinación de factores como la falta de mantenimiento del parque termoeléctrico y la reducción de las importaciones de electricidad de Colombia, llevaron a Ecuador a vivir prolongados y masivos cortes de luz programados.
Nuevas hidroeléctricas deben entrar en operación
Otras premisas que deben cumplirse en los escenarios de Cenace es la entrada en operación de nuevas plantas de generación de electricidad.
Así, el informe de Cenace establece como premisas para sus escenarios que entren en operación ocho centrales de generación hidroeléctrica, eólica y termoeléctrica, por 626,36 megavatios de potencia.
Pero hasta ahora solo entraron en operación dos proyectos: Huascachaca (eólico de 50 megavatios) y Sarapullo (hidroeléctrico de 49 megavatios).
Los más importantes que aún no entran en operación son la central hidroeléctrica Alluriquín (que es parte del complejo Toachi Pilatón), con 205,4 megavatios; y la central de energía solar El Aromo, de 200 megavatios. La construcción de esta última aún no se inicia.
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