El coronavirus no perdona: medidas drásticas, revueltas y desplome de mercados
Familiares de los presos de de la prisión de Rebibbia, en Roma, protestan el 9 de marzo de 2020, por las restricciones impuestas en el sistema carcelario para frenar el coronavirus.
EFE
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Los principales mercados bursátiles europeos se hundieron más del 7%, y los índices de Estados Unidos y Japón cayeron más del 5%, después de que Arabia Saudita lanzó una guerra de precios del petróleo con Rusia, algo que extendió el pánico entre los inversores, ya asustados por el brote de coronavirus.
En Italia, donde las infecciones y las muertes siguen aumentando en contraste con la disminución en China -el origen de la epidemia-, gran parte del norte industrial alrededor de Milán se veía afectado por un régimen de cuarentena para unas 16 millones de personas.
Las muertes en la región de Lombardía, donde los cines, teatros y museos están cerrados y los eventos deportivos fueron suspendidos, aumentaron a 333, mientras que el número de fallecidos a nivel nacional se disparó en 97 a 463, el más alto del mundo después de China.
Más de 9.000 personas se han infectado en Italia en poco más de dos semanas, de un total global de más de 110.000. Los muertos a nivel global suman 3.900, la gran mayoría en China continental.
"Ahora que el virus ha desembarcado en tantos países, la amenaza de una pandemia se ha vuelto muy real", dijo el director general de la Organización Mundial de la Salud OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, en rueda de prensa.
Pero señaló que solo cuatro países: China, Corea del Sur, Italia e Irán representan el 93% de los casos en todo el mundo. "Sería la primera pandemia que podría controlarse", señaló Tedros. "La conclusión es que no estamos a merced del virus".
Efectos y temor a escala global
En todo el mundo se han cancelado vuelos, aislado comunidades y cruceros, y aplazado conciertos y ferias. Incluso los Juegos Olímpicos de Tokio podrían estar en riesgo.
Pero mientras algunos países, como China e Italia, han recurrido a medidas drásticas para tratar de retrasar la propagación del virus, otros permanecen en una fase de "contención", donde todavía se pueden rastrear casos individuales.
Gran Bretaña dijo que permanecería en esa fase por ahora, permitiendo que continúen las grandes reuniones y eventos deportivos.
En la vecina Irlanda, el primer ministro interino Leo Varadkar anunció la cancelación de todos los desfiles planeados para el Día de San Patricio el 17 de marzo, incluido uno en Dublín que atrae a más de 500.000 personas de todo el mundo.
En España, las escuelas cerraron en la ciudad de Labastida, en el País Vasco, después de que se identificaron cerca de 150 casos de coronavirus sobre los casi 1.000 en todo el país.
En la región del Golfo, donde la mayoría de los casos provienen de viajes desde Irán, el énfasis se ha puesto en el control fronterizo. Arabia Saudita dijo que multaría a las personas que no revelen información de salud y detalles de viaje a su llegada al país.
Irán, con 7.161 casos y 237 muertes, dijo que liberará temporalmente a unos 70.000 prisioneros por el coronavirus.
China y Corea del Sur informaron una desaceleración en las nuevas infecciones. China continental -excluyendo a la provincia de Hubei, centro del brote-, no registró nuevos casos de coronavirus transmitidos localmente por segundo día.
Corea del Sur informó 165 casos nuevos, lo que eleva el recuento nacional a 7.478, mientras que el número de muertes aumentó en uno a 51. Con la tasa de aumento de nuevas infecciones en su nivel más bajo en 11 días, el presidente Moon Jae-in dijo que se podría ingresar pronto en la fase de "estabilidad". En Italia, esto todavía parece estar muy lejos.
Las autoridades dijeron que seis prisioneros murieron por una serie de disturbios en más de 25 cárceles en Italia por las medidas impuestas para contener el coronavirus.
Pero la policía también estaba ocupada en otros lugares. Camareros en Roma y Milán dijeron que agentes los habían visitado para advertirles que sus bares corrían el riesgo de ser clausurados si dejaban que los clientes se aglutinen en el mostrador o se aglomeraran cerca de la caja.
"Desearía tener problemas para mantener a las personas separadas, pero esa es la menor de mis preocupaciones", dijo Franco Giovinazzo, quien dirige el Spazio Caffe en Roma. "El verdadero problema es que no entra nadie".
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