Apenas el 18% de comerciantes autónomos de Quito es formal
Para que un comerciante autónomo se formalice debe cumplir una serie de requisitos, entre ellos capacitaciones sobre atención al cliente y manipulación de alimentos.
Eduardo Chariguaman, un comerciante autónomo, en un quiosco en el centro norte de Quito, el 18 de noviembre de 2022.
Gabriela Coba/PRIMICIAS
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En el área urbana de Quito hay 12.034 comerciantes autónomos, según el último censo de la Agencia de Coordinación Distrital del Comercio (ACDC) del Municipio de la capital.
Del total, 2.116 comerciantes o lo que es igual al 17,5% ha accedido al Permiso Único de Comercio Autónomo (PUCA), es decir, está formalizado. Así lo sostiene el Informe Calidad de Vida 2022, realizado por la organización Quito Cómo Vamos.
Eso quiere decir que el 81,5% restante de los comerciantes está en la informalidad.
El Código Municipal para el Distrito Metropolitano de Quito define al trabajo autónomo como la actividad comercial que consiste en la venta de productos o en la prestación de servicios en el espacio o transporte público.
Nueve zonas conflictivas
Los comerciantes no se formalizan porque quieren permanecer en zonas recuperadas, como el Centro Histórico, que son aquellas que han sido rehabilitadas, explica Edison Carrillo coordinador distrital de Comercio de la ACDC.
Según Quito Cómo Vamos, el 54% de los comerciantes autónomos no está interesado en ser reubicado.
A ello se suma el hecho de que hay mafias que manipulan a niños y ciudadanos extranjeros para que se dediquen a vender en las calles, dice Carrillo.
La ACDC afirma que el comercio informal es un problema para la ciudad porque vulnera los derechos de los vendedores de los mercados y centros populares. También impide el tránsito de personas por las aceras y fomenta la inseguridad.
Nueve sectores de la ciudad congregan la mayor presencia de comerciantes autónomos informales: Calderón, Carapungo, Carcelén, Comité del Pueblo, Cotocollao, el Centro Histórico, Solanda, Chillogallo y la Ciudadela Ibarra.
Estabilidad y seguridad
Eduardo Chariguaman es uno de los comerciantes autónomos formales de la ciudad.
Desde hace 12 años se dedica a la comercialización de accesorios de celular, pero apenas hace dos años decidió formalizarse, por lo que ahora maneja un quiosco en las calles Isabel La Católica y Alfredo Mena Caamano.
"Antes vendía en una carpa, ahora tengo un quiosco", dice Chariguaman, quien agrega que sus servicios han mejorado, porque ahora tiene electricidad instalada, por lo que los clientes pueden probar los cargadores de celulares.
Formalizarse le ha significado a Chariguaman tener una fuente de ingresos estable para su hogar, porque ya no debe asumir sanciones, daños y robos de productos, al trasladarlos.
La ACDC clasifica a los comerciantes autónomos formales en tres categorías:
- Comerciantes autónomos fijos, que son los quioscos.
- Comerciantes autónomos semi fijos, que pueden movilizarse por un área determinada para vender sus productos, como aguas y caramelos.
- Comerciantes autónomos ambulantes, pueden recorrer todo el Distrito Metropolitano de Quito. A excepción de zonas recuperadas, puestos de otros comerciantes autorizados y 300 metros alrededor de mercados y centros comerciales populares.
Requisitos para formalizarse
Para que un comerciante autónomo se formalice debe cumplir varios requisitos. Entre ellos figuran capacitaciones realizadas en coordinación con universidades, sobre atención a los clientes y manipulación de alimentos. Además, tienen que detallar la dirección del lugar donde realizan las ventas, y pagar regalías que oscilan entre USD 12 y USD 40 al año.
En 2022, cerca de 4.000 personas se capacitaron, de las cuales 1.300 aprobaron los cursos y podrán acceder al Permiso Único de Comercio Autónomo para operar el próximo año.
Cada año los comerciantes autónomos deben renovar su permiso.
Carrillo, de la Agencia municipal de Coordinación Distrital del Comercio, dice que el buen uso del espacio público por parte de los comerciantes autónomos también depende de la ciudadanía, que debe comprar a quienes se han formalizado.
"Comprar a la informalidad mata al mercado", añade Carrillo, puesto que los negocios informales comercializan los productos a menores precios porque evaden impuestos y regulaciones.
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