La industria cerámica es la más golpeada por los problemas en Bajo Alto
La industria cerámica de Cuenca es la principal consumidora de gas natural del país. Las empresas esperan que los problemas en la planta de Bajo Alto se resuelvan para que su producción no se afecte más.
Zona de descarga del gas natural licuado en Graiman, Cuenca.
Cortesía.
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La producción de la planta de gas natural de Bajo Alto no cubre toda la demanda del sector industrial cuencano, que ha hecho millonarias inversiones para reemplazar otros combustibles, como el gas licuado de petróleo y el diésel.
La planta de Bajo Alto, ubicada en El Oro, arrastra serios problemas desde su inauguración en 2011. El 3 de mayo de 2023, el ministro de Energía, Fernando Santos, informó que la estructura está a punto del colapso.
Actualmente, hay 12 empresas que se abastecen del gas natural de Bajo Alto. De estas, 10 son cuencanas y en su mayoría productoras de cerámica, pero también hay fábricas de plástico, línea blanca y vidrio.
Según datos de la Cámara de Industrias y Productividad de Cuenca (CIPEM), desde 2011, las industria de esa ciudad ha invertido cerca de USD 80 millones para instalar plantas gasificadoras y la tecnología necesaria para aprovechar el gas natural.
Ese año se firmó el primer contrato entre Petroecuador y el grupo industrial Graiman. Se sumaron la empresa quiteña Edesa; el Centro Cerámico (Cerámica Andina, Rialto, Ecuacerámica e Italpisos) del Grupo Eljuri; además de otras fábricas.
Petroecuador aseguró a PRIMICIAS que el abastecimiento de gas natural a las industrias es normal. Entre el 1 y el 8 de mayo de 2023, la planta de Bajo Alto ha despachado, en promedio, 79 toneladas métricas por día del combustible.
Suministro cayó a la mitad
Sin embargo, desde que la planta empezó a funcionar, en 2011, "los contratos firmados entre las empresas y Petroecuador no se han cumplido totalmente", asegura Andrés Robalino, director ejecutivo de la Cámara de Industrias y Productividad del Azuay.
El empresario explica que las empresas planeaban aumentar la demanda y sustituir por completo los combustibles más contaminantes, pero "el suministro siempre tuvo problemas".
Tras un primer año de expectativas, los problemas empezaron en Bajo Alto. "Había paralizaciones frecuentes, la planta empezó a hundirse y subían los precios sin ningún sustento", detalló Robalino.
En 2019, la planta de Bajo Alto ya producía solo al 50% de su capacidad y en 2023, la planta está trabajando al 36% de su capacidad total, que es 200 toneladas métricas por día.
Graiman recibe el 34% del gas natural licuado de la planta de Bajo Alto. Eso significa que actualmente se abastece de unas 26 toneladas métricas por día, cuando en 2012 recibía entre 40 y 50.
Edesa recibe un 12% del gas natural, que representa unas 10 toneladas métricas diarias, la mitad del suministro que recibía en 2012.
El Centro Cerámico, integrado por Cerámica Andina, Rialto, Ecuacerámica e Italpisos, demandaba al principio 100 toneladas métricas diarias de gas natural. Pero actualmente solo recibe 28 toneladas métricas, el 36% de la producción total de la planta.
Estas son las alternativas
La falta de gas natural licuado llevó al Grupo Eljuri, propietario del Centro Cerámico, a construir su propia planta de licuefacción de gas natural en El Oro, Gasvesubio.
La inauguración estaba prevista para agosto de 2022, pero se suspendió y el proyecto no se ha retomado.
También se frenaron las inversiones de la empresa GreenPower International, que a inicios de 2022 había anunciado su interés de construir una planta de licuefacción de gas natural en El Oro.
Andrés Robalino asegura que, actualmente, la industria solo se puede abastecer de la planta de Bajo Alto. La importación de gas natural licuado no es una opción, "porque la normativa está incompleta", sostiene.
Las plantas de gasificación que implementaron las empresas tienen un sistema dual, que les permite trabajar con gas licuado de petróleo cuando hay problemas con el gas natural.
Robalino explica que, si la planta de Bajo Alto llega a cerrar o sus problemas se agravan, las fábricas tendrían que volver a otros combustibles, como el GLP y el diésel.
"Eso provocaría una afectación a la empresa, porque aumentan los costos de producción, y al medio ambiente". El gas natural es considerado el combustible menos contaminante y sus costos son menores.
Para evitar eso, el sector industrial propone que se busque un socio estratégico para los procesos exploratorios en Campo Amistad y los arreglos que requiere la planta de Bajo Alto.
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