Riesgo de apagones: caudal del río Paute cae a niveles críticos en dos días
El caudal del río Paute, que alimentan a tres centrales hidroeléctricas en el sur, bajó de 61,46 metros cúbicos por segundo a 25,21 m3/s.
Imagen referencial de instalaciones de Celec, octubre de 2023.
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La escasez de lluvias en la cuenca oriental de Ecuador ha provocado que el caudal del río Paute caiga a niveles críticos en apenas dos días, según datos de la Corporación Eléctrica de Ecuador (Celec). Ese río alimenta al complejo de hidroeléctricas: Sopladora, Paute-Molino y Mazar, en el sur del país.
El caudal del río bajó de 61,46 metros cúbicos por segundo (m3/s) el 22 de octubre a 25,21 m3/s el 24 de octubre. El 13 de octubre el caudal también tocó niveles mínimos, cuando llegó a 18,9 m3/s.
Estos niveles contrastan con los reportados en el período de junio a julio de 2023, cuando el caudal estaba en promedio en 161 m3/s.
La drástica caída del caudal del Paute ocurre en medio de la emergencia del sector eléctrico, declarada por el Gobierno el 18 de octubre de 2023.
El período de estiaje (o sequía) comenzó en septiembre de 2023, un mes antes que en años previos, por el inminente Fenómeno de El Niño.
Y aunque está previsto que el estiaje se extienda hasta marzo de 2024, los niveles del caudal de agua del Paute se han desplomado durante los últimos días de octubre. Esto es una señal de que se acerca el período más fuerte de la sequía, explica el consultor energético Gabriel Secaira.
Los niveles de agua de Mazar, cada vez más críticos
El nivel del caudal del río Paute es clave porque el agua llega primero a la hidroeléctrica Mazar y a su gigantesco embalse. Luego el agua del río sigue bajando para que operen las turbinas de Paute-Molino y, finalmente, hacia Sopladora. Es un efecto cascada, explica Secaira.
Juntas, estas tres hidroeléctricas del sur de Ecuador tienen una potencia de unos 1.756 megavatios. Esto convierte a este complejo en el mayor generador de energía hidroeléctrica del país.
Lo que más preocupa de la caída del caudal del río Paute es que las centrales continuarán "comiéndose" las reservas de agua en el gran embalse de Mazar, dice Secaira.
El experto explica que el reservorio o embalse de agua de Mazar guarda agua para suplir a Paute Molino y a Sopladora cuando baja el caudal del agua por la falta de lluvias.
Pero debido a la escasez de lluvias durante octubre en el sur del país, el nivel de agua del embalse se ha consumido con rapidez, y ha bajado a niveles muy cercanos a los mínimos.
El Gobierno había dicho, el 20 de octubre, que buscaría otras alternativas para que el agua del reservorio no se siga consumiendo, pero la reducción no se ha detenido.
El nivel de agua o cota en el reservorio de Mazar estaba en 2.139 metros sobre el nivel del mar(msnm) el 1 de octubre de 2023 y hasta el 24 de octubre ya está en 2.120,9 msnm.
Así, la cota de agua en el reservorio está a solo 5,9 msnm de llegar al mínimo, que es de 2.115 msnm, lo que aumenta los riesgos de apagones de luz.
El estiaje golpea a otras hidroeléctricas
El caudal de agua también se ha desplomado en dos días en la hidroeléctrica Minas San Francisco, en Zamora, que se abastece una subcuenca del río Paute.
Según Celec, el caudal en Minas San Francisco pasó de 22,19 m3/s el 20 de octubre a 10,25 m3/s el 24 de octubre.
Pero el estiaje también golpea a otra de las mayores hidroeléctricas del país, Coca Codo Siclair, ubicada entre las provincias amazónicas de Napo y Sucumbíos. Esta central está operando cada vez a menor capacidad, según el reporte del Operador Nacional de Electricidad (Cenace).
Entre el 1 y el 26 de septiembre de 2023, Coca Codo Sinclair operó al 55% de su capacidad, pero entre el 1 y 23 de octubre operó al 43%.
Esto ocurre porque Coca Codo Sinclair no tiene un gigantesco embalse como Mazar para permitir sostener la funcionamiento.
¿Medidas insuficientes ante la crisis?
Con el acuerdo ministerial de declaratoria de emergencia del 18 de octubre, el Gobierno dijo que acelerará la contratación de soluciones para cubrir el déficit de electricidad en medio del estiaje.
El acuerdo ministerial, por ejemplo, permite que las distribuidoras, como la Empresa Eléctrica Quito, comiencen procesos de contratación de electricidad de emergencia. Pero esto tomaría varias semanas, explica Secaira, pues se deben establecer los términos de referencia y presupuestos.
Y añade que la instalación de las soluciones de energía de emergencia también tomaría varias semanas.
Pero, además, desde el 21 de octubre de 2023, el Gobierno impulsa una campaña en medios y redes sociales, para pedir a los ciudadanos que ahorren energía.
Por eso, Jorge Luis Hidalgo, consultor energético, cree que el Gobierno está cargando el peso de la emergencia sobre la ciudadanía.
El consultor considera que es necesario que el Gobierno tome medidas como incrementar la tarifa eléctrica que pagan las grandes industrias, pues esta tiene un alto subsidio en horarios nocturnos.
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