La Billetera Móvil ya tiene 75.000 usuarios en Ecuador
La BIMO comenzó a funcionar el 3 de octubre de 2019.
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En Ecuador solo la mitad de la población que tiene edad suficiente para tener una cuenta en un banco o en una cooperativa tiene acceso al sistema financiero. Esto quiere decir que existen 4,5 millones de personas excluidas.
La Asociación de Bancos de Ecuador (Asobanca) confía en que instrumentos como la Billetera Móvil o BIMO puedan ayudar a mejorar estas cifras.
De acuerdo con Julio José Prado, presidente ejecutivo de Asobanca, en el país existían a diciembre 75.000 cuentas activas o usuarios de la BIMO.
La billetera fue lanzada en octubre de 2019.
Un nacimiento traumático
Pese a que la BIMO fue lanzada en octubre, cuando Ecuador vivió dos semanas de intensas y violentas protestas contra la eliminación de los subsidios a la gasolina y el diésel, el programa ha sido exitoso.
"La BIMO salió en un momento de conflictividad, los meses de octubre noviembre y diciembre de 2019 no fueron los mejores ni los más tranquilos ni los más adecuados para sacar un producto financiero", reconoce Prado.
Este año comenzará la incorporación de la BIMO en la oferta de servicios tradicionales de los bancos, dice.
Es una primera fase en la que, dice el directivo, los usuarios se familizarán con el producto, empezarán a confiar en en él y "se darán cuenta de que funciona de manera muy sencilla y que permite hacer transacciones entre personas y en micro comercios".
Cómo funciona la BIMO
La segunda etapa de desarrollo de la BIMO entraña un reto mayor: llegar a la población no bancarizada y servir como mecanismo de inclusión.
"En realidad la billetera está diseñada para llegar a ese 50% de la población que no está bancarizado".
Julio José Prado
"Llas personas que no tienen cuenta bancaria pueden abrir una cuenta básica electrónica en la BIMO, de manera digital, con un trámite que les toma cuatro minutos y así quedan bancarizadas", explica.
Estar 'bancarizado' no solo significa tener una cuenta corriente o de ahorros en un banco, sino también generar un historial en el sistema financiero, lo que luego hace más sencillo el acceso al crédito.
El otro cometido de servicios como la BIMO es disminuir el uso de dinero efectivo y potenciar todos los medios digitales de pago.
"Esperamos que 2020 sea el año de consolidación de BIMO", dice Prado.
Crédito para quienes no lo tienen
La Asobanca también se ha propuesto llegar a la población no bancarizada con otros instrumentos, pero "es complicado porque requiere mediciones crediticias totalmente diferentes y mucha creatividad desde el punto de vista de uso de nuevas herramientas digitales", explica Prado.
Prado es presidente del Comité Latinoamericano de Innovación Bancaria y dice que el reto que se han puesto los bancos del continente es innovar.
"La innovación por la innovación no funciona, debe estar dirigida a incrementar la inclusión financiera", en otras palabras, el acceso de las personas a la banca, según Prado.
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