¿Por qué volvieron los apagones a Ecuador tras 13 años?
Los apagones no solo se explican por la falta de lluvias, sino que el parque termoeléctrico no pudo responder y no se contrató nueva generación.
Represa de la hidroeléctrica Manduriacu, ubicada entre Pichincha e Imbabura. Tiene 65 megavatios. Foto del 25 de octubre de 2023.
CELEC
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Los ecuatorianos volvieron a vivir este 26 de octubre un período de apagones de tres y cuatro horas, tras 13 años de que no se habían dado.
Según el Gobierno, los cortes de luz se deben a la severa sequía que se registra en la zona austral de Paute, donde se ubican tres importantes hidroeléctricas de Ecuador. Estas son: Paute, la segunda más grande del país; Mazar; y Sopladora.
Paute, Mazar y Sopladora tienen una capacidad de generación de 1.756 megavatios, pero están operando a menos del 44% de su capacidad.
Severo estiaje
El ministro de Energía, Fernando Santos, ha explicado que la sequía fue más severa de lo previsto, al punto de que los niveles del reservorio estratégico de Mazar están llegando a niveles mínimos antes de lo esperado.
El embalse de Mazar es relevante porque es el más grande de la cuenca oriental y sirve de reservas para alimentar, en época de sequía, a la hidroeléctrica Paute, ubicada aguas abajo.
Pero su infraestructura se ha quedado corta. En época de lluvias (entre abril y agosto de cada año), el agua del embalse de Mazar llega a 2.153 msnm, que es el nivel óptimo.
Pero a inicios de octubre de 2023, la cota o nivel de agua del reservorio de Mazar estaba en los 2.139 metros sobre el nivel del mar (msnm). Y al 27 de octubre, a las 09:00, ya se había desplomado a 2.116,6 msnm.
Lo anterior significa que el nivel de agua está a menos de dos metros de llegar al mínimo requerido para el embalse, que es de 2.115 msnm.
Una muestra de la severa sequía en la zona de la cuenca de Paute también se puede ver en el ingreso del caudal al embalse de Mazar, que este 27 de octubre es de apenas 16,5 metros cúbicos por segundo.
Sequía no es la única causa
Si bien buena parte de la actual crisis energética se explica por el severo estiaje que ha disminuido las reservas de agua de las principales hidroeléctricas de Ecuador, el mayor problema es que el parque termoeléctrico no pudo responder ante esa situación.
Ecuador cuenta con 1.754 megavatios de termoelectricidad instalados, pero no todo está operativo. De acuerdo con datos de Cenace, de esa potencia solo está disponible 853 megavatios en lo que va de octubre.
Por otro lado, hubo retrasos en la contratación de nueva generación de electricidad, pese a que el operador estatal de energía Cenace advirtió ya en enero de 2023 que existiría un severo estiaje en el último trimestre de este año.
Grandes hidroeléctricas, pero sin agua
Con una fuerte inversión de USD 11.274 millones realizada entre 2007 y 2017, Ecuador logró aumentar el suministro de electricidad hasta ser excedentario; es decir, sobraba electricidad.
Entre 2007 y 2017 se construyeron 14 hidroeléctricas; que son San Francisco, Mazar, Ocaña, Baba, Manduriacu, Alazán, Sopladora, Coca Codo Sinclair, Minas San Francisco, Delsitanisagua, Due, Normandía, Topo y Sigchos.
¿Pero entonces por qué hay apagones?
El problema es que ocho de esas hidroeléctricas están ubicadas en la cuenca oriental, donde ahora mismo no llueve y sin agua no pueden operar al 100% de su capacidad. En lo que va de octubre, esas hidroeléctricas, entre las que está Paute, trabajan al 44% de su capacidad.
Pero el hecho de que no todas estén operando al 100% no es solo culpa de la sequía. Las unidades de generación de Coca Codo Sinclair, por ejemplo, está en permanente reparación por fallas de fábrica.
Una unidad de Sopladora, en cambio, salió de servicio a mediados de septiembre luego de que varias tuercas de mala calidad se salieran y causaran daños en el rotor de la turbina.
Retrasos en la construcción de nuevas centrales
Diez centrales de generación eléctrica tenían que entrar en operación entre 2020 y 2023, pero solo dos fueron inauguradas, la hidroeléctrica Sarapullo, de 49 megavatios, y la planta eólica de Huascachaca de 50 megavatios.
Los procesos de contratación de nuevas centrales ha tenido importantes demoras. Por ejemplo, los proyectos eólicos como Villonaco III y el fotovoltaico (solar) el Aromo fueron adjudicados en diciembre de 2020, pero los contratos para su construcción se firmaron recién en marzo de 2023 y el 6 de julio de 2023.
Mientras tanto, el contrato de 500 megavatios del llamado Bloque de Energías No Convencionales aún no se firma.
Y el camino para concretar nuevos proyectos se volvió cuesta arriba tras la decisión de la Corte Constitucional de suspender la conformación de un fideicomiso para el priorizar y garantizar el pago para empresas privadas que inviertan en generación eléctrica.
Con ello, se paralizarían inversiones por USD 1.200 millones en el sector eléctrico.
Colombia restringió venta de electricidad
Usualmente, Ecuador suele cubrir los faltantes de energía con las importaciones de electricidad de Colombia, pero en este estiaje no fue posible contar con ese suministro por mucho tiempo.
Entre septiembre y la segunda semana de octubre, la electricidad de Colombia estaba cubriendo el 10% de la demanda de electricidad de Ecuador, pero luego el país vecino restringió las ventas porque también enfrenta una fuerte sequía.
Y ahora Colombia solo aporta con el 1,5% de la demanda de electricidad de Ecuador.
Más demanda
Un factor a considerar es el aumento de la demanda de electricidad en el país, que crece, según las autoridades, a niveles inusitados.
Entre el 1 de enero y el 26 de septiembre de 2023, la demanda acumulada de electricidad sumó de 23.910 gigavatios/hora, según el operador de energía Cenace.
Frente a igual período de 2023, es un aumento de la demanda del 13%.
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