'Hora sixtina' y los apagones de Correa: dos amargos recuerdos para los ecuatorianos
Los apagones vuelven a Ecuador. Aunque el Gobierno había descartado racionamientos de electricidad, finalmente el país enfrenta cortes de luz.
Guadalupe Tito Flores, dueña de la Dulcería Colonial, 5 de octubre de 2023.
PRIMICIAS.
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Los ecuatorianos volvieron a enfrentar cortes de luz a partir del 27 de octubre de 2023. Serán cortes de tres y cuatro horas todos los días, según la zona del país, y se extenderán hasta mediados de diciembre próximo.
Ya a inicios de octubre el país enfrentó cortes puntuales de energía. Estar sin luz durante cuatro horas el 3 de octubre de 2023, le recordó a Fabiola Egas los primeros años de la década de los noventa, cuando los apagones en Ecuador eran recurrentes y duraban hasta seis horas o más.
Egas vive en Solanda, uno de los sectores del sur de Quito en donde se fue la luz, desde las 14:00 hasta las 18:00.
Ella no recuerda si en los apagones de los años noventa se dañó algún aparato en su hogar. Pero sí recuerda con claridad lo incómodo que fue hacer ese "sacrificio" que pidió el entonces presidente Sixto Durán Ballén: adelantar una hora el inicio de actividades.
"Le decíamos la hora de Sixto, nos tocaba hacer todo una hora más temprano. Mi hijo se iba a la escuela a las 06:00 normalmente, pero en esos meses le tocaba ir a las 05:00, todavía estaba oscuro", recuerda Fabiola.
Su hijo, que tenía cinco años, despertaba a las 04:00 sin entender por qué tenía que ir a la escuela cuando todavía no salía el sol. "El pobre llegaba cansado a la casa, todavía con sueño", dice.
Fabiola también modificó su rutina por los apagones: tenía que hacer su trabajo de ama de casa más temprano y más rápido, antes de que se vaya la luz.
"Los niños eran los que más sufrían"
La medida, que se dispuso mediante un decreto presidencial, comenzó el 28 de noviembre de 1992 y terminó el 5 febrero de 1993, consistió en adelantar 60 minutos la hora marcada en el reloj.
La intención era que la gente aprovechara la luz solar y así reducir la demanda de energía en hogares y empresas.
Y aunque la hora de Sixto o la "sixtina" implicaba también que los adultos vayan más temprano a sus trabajos, los niños y jóvenes que iban a clases en esa época eran quienes más sufrían.
"Tocaba madrugar, yo tenía que llevar a mis hijos a la escuela a las 04:00, fueron varios meses, pero creo que como hubo tantas quejas, quitaron eso, no sirvió de nada, seguían los apagones", recuerda Beatriz mientras toma un café en el Centro Histórico de Quito.
En su casa, el pasado miércoles 4 de octubre, la luz se fue por unos minutos. Por si acaso, antes de salir, dejó desconectado el módem de Internet, porque teme que si hay un apagón, se queme el aparato.
Beatriz cree que, en la actualidad, sería imposible replicar una medida como la 'hora de Sixto'. Por la inseguridad que vive el país, sería muy peligroso salir con niños o ir al trabajo en la oscuridad, dice.
Nuevos apagones en 2009
Pero los cortes de energía también fueron un problema en 2009, durante el Gobierno de Rafael Correa.
En noviembre de 2009, el país enfrentó una nueva crisis energética grave, por la falta de lluvias para el funcionamiento de la Hidroeléctrica Paute.
De ahí que también hubo períodos de racionamiento de energía. Andrés San Pedro, que trabajaba como contador en una empresa de seguridad en Quito, recuerda que tuvo cambios en sus horarios de trabajo.
"Había días que tocaba ir a las 06:00, porque a las 14:00 no iba a haber luz y otros días teníamos que ir más tarde y trabajar hasta la noche, porque no había luz en la mañana", recuerda.
Frente a ese escenario, hasta 2017 el Gobierno de Correa, apalancado en cuestionados créditos de China, comenzó la construcción de grandes centrales de generación eléctrica: 14 hidroeléctricas y nueve termoeléctricas.
"Al menos que nos avisen si habrá apagones"
Ante las altas probabilidades de que Ecuador vuelva a vivir períodos de apagones recurrentes en el último trimestre de 2023, los ciudadanos piden al Gobierno información clara sobre las fechas y horas de los cortes de luz.
Sobre todo porque el Gobierno de Guillermo Lasso primero anunció racionamientos de energía, el martes 3 de octubre, pero un par de horas más tarde, se retractó.
Y aunque en rueda de prensa las autoridades descartaron apagones ese día, la realidad es que en Quito, Guayaquil, Loja y Ambato se reportaron cortes de energía el 4 de octubre, pasadas las 19:30.
Por ahora, el Gobierno emitió un Acuerdo Ministerial para afrontar el estiaje que ha reducido la oferta de electricidad en el país. El acuerdo busca acelerar la compra de combustibles para abastecer a las centrales termoeléctricas existentes y la contratación de nueva generación eléctrica.
Además, plantea que el Ministerio de Energía impulse campañas para que la ciudadanía ahorre electricidad.
"Si van a haber cortes, por lo menos deberían avisarnos, en la época de Sixto al menos uno ya sabía, para desconectar aparatos y que no se dañen", dice Marco Almache, que trabaja en un local de venta de ropa en la calle Venezuela, en el centro de Quito.
Comprar generadores propios fue una opción
Una de las zonas en las que se fue la luz la noche del 4 de octubre fue el Centro Histórico de Quito, un sector turístico en la capital de Ecuador.
Marco recuerda que en la década de los noventa tuvo que comprar un motor de generación eléctrica para su hogar, porque los cortes de energía eran largos y frecuentes.
"La comida se dañaba en la refrigeradora, nos tocó hacer esa inversión del motor para la casa".
Ahora, que hay más uso de aparatos eléctricos, si la situación de hace 30 años se repite, no cree que pueda comprar un generador para su hogar, porque su situación económica no se lo permite.
Guadalupe Tito Flores, dueña de la cafetería Dulcería Colonial, diagonal al Palacio de Carondelet, también está preocupada por su negocio, pues tiene varios aparatos eléctricos.
Ella no sabía que en la noche del 4 de octubre hubo un corte de luz en este sector, porque su local solo atiende hasta la tarde.
Ahora se pregunta si tendrá que dejar desconectados ciertos aparatos. Pero sabe que no puede desconectar los refrigeradores, porque la comida se dañaría.
"Si hay cortes por la noche y se daña una refrigeradora, ¿quién me la devuelve? Sin refrigeración toda la noche se daña la comida y serían más pérdidas", dice la propietaria de esta cafetería fundada hace 40 años.
Ella también pide que el Gobierno o la Empresa Eléctrica de Quito, avisen con anticipación los horarios de los apagones.
Guadalupe también compró un pequeño generador para los cortes de hasta 2009, porque era imposible trabajar sin energía, y no quería que su negocio quiebre. Pero lo vendió, pues pensó que no volvería ese problema.
Para Fernando Anaci, que tenía un taller de sastre, los cortes de luz fueron un problema, porque no podía usar las máquinas de coser. Él recuerda que tenía que llamar a sus clientes a las horas que sabía que tendría luz.
"Solo podía planchar con una plancha de carbón, pero tenía que planchar con mucho cuidado para no manchar la ropa", recuerda.
Ahora que está jubilado ya no tendrá problemas para sostener un negocio, pero lamenta que el país pueda volver al escenario de incertidumbre.
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