Apagones: las empresas en Ecuador ajustan sus horarios y se ayudan con generadores
Los apagones han ocasionado distintas complicaciones para el sector industrial. Una de las estrategias aplicadas son los cambios de horarios.
Planta de producción de la empresa de alimentos Incremar, en el sector de Carcelén, en Quito.
Cortesía Incremar
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Los apagones eléctricos han afectado el normal desenvolvimiento de distintos sectores productivos del país, entre ellos, las industrias textil y de alimentos.
Algunas empresas han optado por ajustar sus horarios de trabajo, según los cronogramas de racionamiento en el sector donde se encuentran.
Otras han recurrido a los generadores eléctricos para continuar operando en las horas que no tienen energía, pero estos equipos no cubren todas las áreas de trabajo.
Además, esta alternativa de generación de electricidad implica un costo adicional para el sector industrial, pues funcionan a diésel.
Con un 41% de participación, la electricidad es la principal fuente de energía de las industrias, seguido del diésel con el 27% y el fuel oil con el 11%.
Problema recurrente
Para las atuneras que operan en Manabí, la falta de energía eléctrica no es algo nuevo, sino un problema recurrente de años, que se ahondó desde el terremoto de 2016, en la Costa.
Por eso, el sector siempre ha contado con planes de contingencia, como los generadores eléctricos a diésel.
Sin embargo, la directora ejecutiva de la Cámara Ecuatoriana de Industrias y Procesadores Atuneros (Ceipa), Mónica Maldonado, advierte que estos equipos no son suficientes para cubrir toda la demanda de electricidad de las empresas atuneras.
Por lo general, se priorizan para las cámaras de frío, para mantener la cadena de frío y evitar que se dañen los productos. También, se utilizan para las líneas de procesos de las plantas. "El 80% de una planta atunera utiliza energía eléctrica", dice Maldonado.
Mientras que las áreas administrativas, donde se gestionan los trámites de exportación o el pago de proveedores, se han quedado sin energía, durante los racionamientos. En estos departamentos se ha optado por modificar los horarios de trabajo.
Maldonado dice que la situación se ha complicado porque los horarios de racionamiento no se han cumplido según lo planificado. Por eso, el sector está manteniendo comunicación constante con la Corporación Nacional de Electricidad (Cnel) para estar preparados y encender los generados cuando se requiera.
La representante gremial estima que el costo de producción se está duplicando por el gasto en diésel industrial para los generadores, un combustible que no está subsidiado, y por los cambios de horarios en las áreas administrativas.
"Estos costos son pérdidas para las empresas. No podemos trasladar estos costos al consumidor final, las latas de atún son parte de la canasta básica", dice Maldonado.
Alto costo
Los productores de camarón que operan con cultivos intensivos en piscinas, localizadas en tierras altas, utilizan aireadores eléctricos para oxigenar a los camarones en piscinas.
Al igual que el sector atunero de Manabí, productores camarones de zonas altas de la provincia de El Oro, sufren constantes apagones, en especial en horas de la noche.
Ante esta problemática, la camaronera Moretcam, en Huaquillas, ya cuenta con dos generadores eléctricos. Pero estos equipos muchas veces fallas y al dejar de funcionar los aireadores, por la falta de energía, los camarones empiezan a morir, explica Charles Moreta, propietario de la firma.
En los últimos días, han tenido racionamientos de entre dos y cuatro horas, por lo que teme que los generadores lleguen a fallar como otras veces y pierda producción. Moretcam tiene una producción trimestral de 150.000 libras de camarón.
Moreta dice que el costo del diésel es de alrededor de USD 20 por hora. Moretcam opera con 14 piscinas de camarón, que utilizan 150 aireadores. Por esto, el gasto en electricidad al mes de esta compañía es de alrededor de USD 10.000.
La Cámara Nacional de Acuacultura ha estimado las pérdidas económicas para el sector camaronero en USD 4 millones diarios, tomando en cuenta posibles paralizaciones de operaciones en las plantas de procesamiento de camarón y las fábricas de alimentos balanceado para camarón.
Cambios de horarios
La empresa de alimentos Incremar, ubicada en el sector de Carcelén, en Quito, está modificando sus horarios en la planta de producción y las áreas administrativas por los racionamientos eléctricos
En los últimos días, el personal está ingresando a trabajar a las 10:00, dos horas más tarde lo habitual, porque el corte de energía acaba a esa hora en Carcelén. Esto también ha implicado extender la jornada por dos horas en la tarde.
"No hubo una planificación con suficiente antelación. Todas las noches, hay que esperar el pronunciamiento de la Empresa Eléctrica para saber cuál es el horario de corte del día siguiente", dice Santiago Martínez, gerente general de Incremar.
En el área comercial, por su dinámica, no fue posible modificar el horario. Por lo que tener horarios distintos en la empresa, ha implicado costos adicionales, dice Martínez.
Por ahora, la firma no invertirá en generadores eléctricos porque es un costo que no estaba contemplado en el presupuesto, añade el Gerente de Incremar, empresa que produce 120 toneladas mensuales de alimentos en sus diferentes líneas industriales.
Otro sector afectado es el avícola. La Corporación Nacional de Avicultores del Ecuador (Conave) calcula las pérdidas por los cortes de luz en alrededor de USD 10 millones a la semana.
"Esto se traduce en menos demanda de productos como huevos, pollo y pavo, por parte de hoteles, restaurantes, catering y tiendas de bario", advierte el gremio avícola.
Cuellos de botella
En el sector textil, los procesos de producción dependen casi por completo de la energía eléctrica, por lo que un corte de energía de dos o cuatro horas puede llegar a parar una planta.
El presidente de la Asociación de Industriales Textiles del Ecuador (AITE), Camilo Ontaneda, dice que las empresas que trabajan jornadas completas de 24 horas son las más perjudicadas, aunque todas se ven perjudicadas.
Ontaneda explica que distintas etapas requieren de energía eléctrica, como los procesos mecánicos para la transformación de una fibra a hilo, los hornos para fijar un material, las bandas transportadoras.
Además, hay procesos que no pueden parar, como la extrusión para la fabricación de los hilos. "Si se para, no se puede contar con ese proceso y se complica el encadenamiento".
Ontaneda dice que no todas las empresas tienen generadores eléctricos y en caso de contar con estos equipos, se destinan a las etapas más críticas de la producción.
La empresa textil Prisma Hogar, localizada en el sector de Tumbaco, en Quito, no cuenta con generadores. "Esto nos ha afectado totalmente porque nuestro proceso de producción es 100% eléctrico", dice Marcela Amoroso, gerente de la firma.
Para poder operar, el personal ha ingresado a trabajar a las 6:30 para alcanzar a terminar a las 16:00, hora en que ha empezado el racionamiento en el sector, en los últimos días. Prisma Hogar produce lencería para el hogar, cojines, servilletas y, también, ropa.
"Si esto va de largo, vamos a tener que invertir en generadores para ciertas etapas del proceso, caso contrario se nos corta la producción", dice Amoroso.
El presidente de AITE dice que es necesario que el Estado tome en cuenta a los empresarios e industriales para hacer las planificaciones de cortes de energía y, así, minimizar las pérdidas.
"El sábado pasado algunas empresas mandaron al personal a sus casas y resulta que no hubo el racionamiento. Es una tarea titánica la planificación cuando no hay planificación previa", añade Ontaneda.
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