Agricultores advierten baja de la producción por caída de ceniza
La caída de ceniza del volcán Sangay preocupa a los pequeños agricultores y ganaderos, lo que podría presionar a los precios al consumidor.
Un campesino camina con su burro por una carretera cubierta por la ceniza del volcán Sangay, en Alausí provincia de Chimborazo, el 21 de septiembre de 2020.
EFE
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La ceniza es una mala noticia para agricultores y ganaderos. El polvo de piedra cubre sus sembríos y daña la producción, o deja a sus animales sin pastizales para comer.
La situación empeora, si a la caída de ceniza se le suman lluvias leves o la ausencia de ellas. El polvo se consolida sobre las hojas y la planta, al no poder respirar, se marchita.
Según datos del alcalde de Pallatanga, Enrique Granizo, en la zona existen al menos 8.000 hectáreas de pastizales afectadas, lo que tiene a unas 9.000 cabezas de ganado sin comer, tras la expulsión de ceniza del volcán Sangay.
Esto provocó la activación del Ministerio de Agricultura y Ganadería, que envió unidades veterinarias móviles a Alausí, Chunchi, Guamote, Cumandá y Pallatanga, para brindar asistencia técnica veterinaria y precautelar la sanidad animal.
La necesidad de comida es tal, que Bioalimentar donó 4.000 kilos de alimento para ganadería y 1.000 kilos de alimento para cuyes.
Por su parte, el Ministerio de Agricultura trasladaba alimento desde Pichincha y negociaba con productores bananeros la entrega de rechazo para alimentar a los animales.
El Gobierno entregó USD 948.628 para atender la emergencia por caída de ceniza.
Los productores de frutilla, como Juan Naula, buscan limpiar la fruta con aspersores de agua. “Hay que ver que no se dañe y llevarla pronto al mercado”.
Desde septiembre de 2020, cuando empezó el proceso eruptivo del Sangay, los productores de Chimborazo han recibido 57 motobombas para la limpieza de pastizales y cultivos.
Pero muchas veces el esfuerzo es inútil, ya que sus sembríos se arruinan y el ganado muere.
“Afecta la producción de productos alimenticios, sobre todo en Chimborazo, que es de donde vienen los alimentos a las ciudades de la Costa”, dijo a PRIMICIAS el analista económico Walter Spurrier.
Pese a ello, aún no se han reportado problemas a gran escala en el sector exportador.
En base a las previsiones del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), dijo Spurrier, este es un año del fenómeno de La Niña, lo que implica que será más seco de lo normal.
"Es un fenómeno de corto plazo, con lluvias fuertes. Puede causar falta de alimentos y, por lo tanto, encarecimiento en los mercados”, añadió.
En un recorrido por los mercados de Guayaquil se aprecia que el abastecimiento y los precios se mantienen.
En los puestos se ven las frutillas, fréjol, zanahorias y tomates.
“La afectación de la ceniza se verá recién el 11 de marzo, cuando vengan los nuevos productos", dice Rosa Chicaiza.
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