Yuliana Ortiz Ruano y un libro entre lo trágico y lo festivo
Con este libro -próximo a salir con Kikuyo Editorial-, Yuliana Ortiz Ruano hace un repaso por la violencia, el límite, los mitos y la música que en una época extrema como esta adquieren más fuerza.
Cortesía / Foto de Ricardo Bohórquez
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La poesía como una creación o recreación de un universo en particular, de un entorno con sus propias normas y estridencias. Con eso en mente, lo que sucede con Canciones desde el fin del mundo, de Yuliana Ortiz Ruano es único.
Porque la lectura se sostiene entre dos estados de animo: la persistencia de lo trágico y el evidente festejo, incluso a pesar de lo duro y violento.
Con este libro -su segundo poemario- la poeta nacida en Limones, en Esmeraldas, ve cómo una publicación completa aparece por primera vez en el terreno ecuatoriano.
Su libro inicial, Sovoz, se publicó en Perú y una primera edición de Canciones... fue expuesta a lectores argentinos en 2018, gracias a la edición de Amauta&Yaguar.
Esta vez es el turno de Ecuador, bajo el sello de Kikuyo Editorial.
En un libro que la pandemia retrasó un poco, pero que saldrá de imprenta en julio. Mientras tanto, la preventa continúa, como forma de búsqueda de lectores.
Para la poeta, hay una experiencia de escritura con este segundo libro que se distancia del primero que publicó. Y en esta diferencia hay una forma de aproximarse a la poesía como lugar de búsqueda y resultado de una investigación, como lo explica en este audio.
Lo limítrofe y la celebración
Con prólogos de María Auxiliadora Balladares y de Mónica Ojeda, Canciones desde el fin del mundo es un poemario que sobrecoge y que plantea una paradoja.
Que tiene que ver con la violencia a la mujer, a las niñas -de carácter sexual, sobre todo-. Que se relaciona con el miedo, con la sensación de que todo está en peligro.
En una totalidad donde la música se convierte en compañía.
Una especie de catarsis o celebración que deja entrever que a pesar de lo trágico, siempre hay posibilidades de celebración.
En esa especie de paradoja se produce algo en lector.
Para la poeta tiene algo que ver con ese contexto en el que se dan las lecturas. Son momentos complicados, tanto por la pandemia como por el confinamiento. Y en esas condiciones la relación con textos sobre lo limítrofe tiene mucha más fuerza.
Este libro, dividido en varios cantos y en otros poemas con su título, no es un vehículo de reivindicaciones. Es, en realidad, un objeto que expone y coloca en juego un sentido de insatisfacción.
Y las posibles maneras de comprender esa dureza que se mueve en algunas páginas.
Un tipo de pesar que puede ser festejo. No para celebrar el dolor, sino lo que ha generado, lo que sostiene.
Para Yuliana Ortiz Ruano su escritura y la publicación de sus libros tiene sentido con la relación con sus editores, con quienes puede crecer el texto. Dice que no va a publicar libros por su cuenta, que prefiere someter sus textos a esa mirada desde afuera.
El resultado de este proceso revela que debe mantenerse así, que esta poesía debe segur existiendo bajo sus propias reglas.
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