La vida de Walter Mercado en Netflix: Amor, astrología y dolor
El documental de Cristina Costantini y Kareem Tabsch es, sin dudas, la carta de amor más contundente que se le podía escribir a Walter Mercado.
Diego Corrales / PRIMICIAS
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Hay que empezar por el final de la historia. Walter Mercado está muerto. Falleció el 2 de noviembre de 2019, en su Puerto Rico natal. Tenía 87 años.
Así que el documental de Cristina Costantini y Kareem Tabsch se convierte en un particular repaso por la vida del astrólogo y figura de la cultura pop latina en todo el mundo.
También un recorrido por su día a día en los últimos meses de su vida.
Lo entrevistan, están con él, lo registran en su cotidianeidad con su familia, su perro y su eterno asistente, Willy, que se puede ver como interés romántico de Mercado, aunque en pantalla dejen en claro que no lo es.
La figura cuenta su historia. De la forma que solo él sabía cómo hacerla. El resultado es mágico.
Porque, finalmente, Mucho mucho amor: la leyenda de Walter Mercado es una carta de amor. De ese que le profesan los realizadores, la gente a su alrededor, la que se lo encontraba en la calle, la que asistió a la apertura de su muestra retrospectiva en Miami.
Ese amor que siente la gente que lo ve por la señal de Netflix y que, incluso sin saberlo, se da cuenta de la importancia que Mercado tuvo en sus vidas, sobre todo si crecieron en los años 80 y 90.
Es amor, sin duda. Y mucha, pero mucha nostalgia.
Un documental que no desentona con el personaje
Este es un audiovisual 'kitsch', por cómo se ve, por cómo se escucha, por cómo se cuentan las cosas. Los recursos que Costantini y Tabsch tienen a su alcance para hablar de Mercado hablan del personaje.
Como si el documental fuera uno de los tantos atuendos o capas que tanto usó.
No hay novedad ni revolución en la forma en que se desarrolla el relato: Lo importante es él. Y para eso sirven las animaciones -que parecen salidas del diseño de cartas de tarot-, la entrevistas a propios y extraños y el material de archivo.
Mercado como niño milagroso, como actor, fanático de la astrología, astrólogo histriónico que comenzó a conquistar la pantalla chica. La figura de Telemundo, el que salía en todos lados, el que tenía una línea 1800 para consejos.
El tipo que tenía el mundo a sus pies.
Algo que se veía venir desde el inicio del documental, porque de entrada se plantea lo extraño de que alguien tan querido y con tanta presencia simplemente desapareciera.
En la mitad del documental está la respuesta: un tema contractual que deja al espectador con una certeza: Walter Mercado confió en un demonio como manager y salió perjudicado.
Y si bien los realizadores toman partido del lado de Mercado -y se nota- hacen algo interesante al darle presencia y voz a Bill Bakula, el villano, que tiene su espacio en el lugar. Y es probable que también en el infierno.
Si es que se siguen con el mismo sentido espiritual de Mercado.
De todo, un poco
Esta exploración funciona porque abarca todos los lugares que habitó o que remiten a Mercado. Así como aristas que resultan obvias conocer, especialmente en alguien así.
Están el humor, los colores brillantes, las cirugías plásticas. La relación con los fanáticos, los problemas de salud. El envejecimiento, aunque diera la impresión de que para él, el tiempo no pasaba sobre su piel.
Hay cariño, y mucho. Un Lin-Manuel Miranda conmovido hasta el tuétano. Está el tema de su sexualidad.
Una certeza de la importancia que Mercado supuso para las comunidades LGBTI y latinas en Estados Unidos, al tener a una persona no binaria en pantalla, en un momento donde no se hablaba de aquello.
La homofobia y cómo consiguió dejarla de lado, ya sea con silencio o con respuestas inmediatas, como se ve en el material de archivo.
Con una linealidad temporal clara y con todo explicado, llega el gran final, que realmente emociona porque coloca a Mercado junto a sus fanáticos que, se nota, lo quieren.
Al final, ese mensaje de amor y paz que él transmitía termina siendo parte del ADN y la memoria de muchas personas. Por eso el documental funciona. Porque aparecen otros personajes de la televisión latina en Estados Unidos, que llegaban al país a través de programas como Primer Impacto o el Show de Cristina.
Nostalgia activada y funcional.
En un documental que hay que ver hasta el final, incluso cuando se acaban los créditos. Porque parece, tal como Mercado le dice a Jorge Ramos, en una entrevista, al hablar de que el cuerpo es una casa y una jaula, siempre hay algo más.
Mucho mucho amor: la leyenda de Walter Mercado
Dir: Cristina Costantini y Kareem Tabsch
Elenco: Walter Mercado, Willy Acosta, Bill Bakula, Betty Benet Mercado.
Netflix, 2020
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