La vida del príncipe Felipe contada a través del cine y la televisión
Ya sean filmes para la pantalla grande y la pequeña, o una serie a través del servicio de streaming más importante del mundo, la figura del príncipe Felpe continuará siendo relevante en el terreno de los dramatizados audiovisuales.
Tobias Menzies como el príncipe Felipe y Olivia Colman, como la Reina Isabel, en una escena de 'The Crown'.
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Una figura peculiar, con altos y bajos. Una especie de muralla que entendió su rol muy temprano: no era el rey, era el esposo de la Reina y debía estar para ella, para sostenerla.
El príncipe Felipe de Edimburgo sigue siendo -a pesar de su muerte este 9 de abril, a los 99 años- determinante para la Casa Real que más material ha dado para libros, películas y series. En las que se han dramatizado momentos claves, públicos y desconocidos.
Determinante incluso estando dos pasos más atrás que la Reina. Siempre observando y lanzando los comentarios precisos -duros o no-. Esto, gracias a la imagen de hombre que no se guardaba nada, dueño de un extraño sentido del humor, capaz de decir las cosas más descabelladas y políticamente incorrectas.
Algo que los medios han registrado muy bien.
Entonces, todas esas versiones dramatizadas, que lo muestran casi como un francotirador -a un lado, viendo todo, siendo capaz de entender la situación y dándole su punto de vista a la Reina-, resultan ser extensiones de esa imagen pública.
Y si bien ha habido varias versiones de él en el cine, empezando en los años 80 como personaje secundario en filmes que se hicieron para hablar de Carlos y Diana -incluso Christopher Lee llegó a interpretarlo en una ocasión-, es en el siglo XXI que al príncipe Felipe se le dio mayor peso dramático.
James Cromwell entra a escena
En 2006, Stephen Frears estrenó su filme The Queen, enfocado en la reacción de la Casa Real a la muerte de la princesa Diana, en París, en agosto de 1997. Con guion de Peter Morgan -quien luego crearía The Crown-, la figura de Felipe tuvo una presencia secundaria.
Pero ya era fuerte.
El estadounidense James Cromwell -nominado al Óscar en 1995 por su rol en Babe- hizo del Duque de Edimburgo en dos facetas: al interior del palacio de Buckingham y como personaje ante el ojo de la gente. Cromwell es fuerte, hosco, duro, pero con una conciencia firme sobre lo que debe hacer, especialmente fuera del palacio.
Un tipo de dualidad que luego Morgan explotaría en The Crown: el padre de familia que cumple su parte de manera poderosa, pero que sabe que la Reina está por encima de él.
Matt Smith y ese Felipe más joven
Matt Smith ya era un nombre conocido para el público inglés por haber interpretado a la encarnación número 11 del Doctor Who. Pero es en su rol como Felipe -en las dos primeras temporadas de The Crown- que consigue elevar su imagen como actor de peso.
Porque Smith es capaz de mostrar lo impulsivo, determinante y dominante que pudo ser el esposo de la Reina durante los primeros años de reinado. Incluso lo problemático que se convirtió en su momento. Un aspecto poco explorado.
En esta versión Felipe es un tipo divertido, un galán y un padre exigente -demasiado, hasta violento-.
Es un adulto con un trauma ligado a la ausencia de cariño familiar, a la tragedia y a los nexos con una historia que ha preferido ignorar -nazismo de por medio-.
Una persona que lucha por comprender su espacio en la estructura de la Familia Real.
La última escena en la que Smith comparte pantalla con Claire Foy -que interpreta a la Reina Isabel II- es memorable. No solo por las poderosas actuaciones, sino por lo se termina por asentar en esa relación: Felipe es quien debe sostenerla, mientras ella "sostiene" al país.
Y sí, en el medio está el cariño del uno por el otro.
Tobias Menzies, el príncipe ya creció
Con la tercera y cuarta temporada de The Crown, llegó el cambio de elenco. Tobias Menzies le da varias cosas al príncipe Felipe. Esta vez hay cierta sabiduría, mucho sarcasmo y contención.
Pese a que la figura pública del Duque de Edimburgo era la del hombre capaz de decir y hacer las cosas más desfachatadas en público, en The Crown esto se obvia, pero se lo traslada a lo privado, a lo que pasa puertas adentro.
El príncipe Felipe de Menzies tiene más puntos en común con el que interpretó Cromwell.
Presencia fuerte, analista, hombre duro. Una sombra que le dice a la Reina lo que nadie más dice. El hombre al que le cuesta aceptar que su rol tiene un tope, pero que es capaz de comprenderlo y reflexionar sobre eso.
Un padre difícil -la escena con el príncipe Carlos, cuando ambos lamentan la muerte de Lord Mountbatten, es un ejemplo de cómo se construye tensión y drama-. Un abuelo dedicado y una figura que intenta preparar a la familia en lo que tienen que hacer, en las funciones que deben cumplir.
Y es a él a quien le dan el gran diálogo del final de la cuarta temporada. Cuando habla con la princesa Diana -Emma Corrin- sobre el rol que ella debe cumplir como esposa del futuro rey. Menzies muestra a un Felipe que pasa del cariño, a la comprensión, al enojo y a la sentencia.
Un gran momento televisivo, sin duda.
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