El Teatro Benjamín Carrión Mora, en Loja, se queda entre paréntesis
El interior del teatro Benjamín Carrión Mora, en Loja, durante la inauguración del Primer Festival de Artes Vivas, en noviembre de 2016.
Cuenta de Twitter de Festival de Loja
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El examen especial de Contraloría DPL-0026-2019 lo dice con una claridad pasmosa, en la primera de sus recomendaciones:
"Se abstendrá de autorizar el uso de las instalaciones del Teatro Benjamín Carrión Mora de Loja para espectáculos públicos, hasta que el bien inmueble forme parte del patrimonio del Ministerio de Cultura y Patrimonio".
Sí. A más de tres años de su inauguración, el gigante escenario -donde se han celebrado cuatro ediciones del Festival de Artes Vivas de Loja- no ha sido entregado de manera oficial.
Esta es una de las tantas conclusiones y recomendaciones que arroja el examen especial de Contraloría, aprobado el 18 de octubre de 2019.
Y el pasado viernes 17 de enero el Ministerio de Cultura hizo el anuncio oficial de que las actividades en el teatro se suspendían, y que se aceptaba la renuncia de su director, Ricardo Sempértegui Valdivieso:
Esto significó que la noche del jueves 16 de enero se cerraron las puertas del teatro, suspendiendo la actividad que se tenía programada.
Esto en un escenario cuya construcción tuvo un costo aproximado de USD 25 millones.
Otras irregularidades
Dentro del mismo examen espacial DPL-0026-2019 quedan en evidencia varias irregularidades durante la operación del Teatro, que se entienden son consecuencia de una gestión incompleta y errada.
Entre ellas están:
- La falta de una reglamentación interna para el uso de las instalaciones, que permitan el correcto desarrollo de actividades y eventos.
- Esto se observa en ciertos errores en algunas contrataciones, en las que no se cumplió todo lo que constaba en pliegos; así como una facturación que no correspondía con las actividades realizadas.
- La no presentación de una declaración juramentada por parte de funcionarios que ingresaron a laborar en este espacio.
- Retrasos de hasta 23 días en la suscripción de contratos de empleados que ya estaban en funciones.
Sin embargo, son los problemas señalados en otro informe, el DPL-0027-2019, que levantan la alerta roja sobre lo que ha pasado con este Teatro, construido durante el gobierno de Rafael Correa.
Este examen de Contraloría señala que se hicieron pagos en exceso al Cuerpo de Ingenieros del Ejército, encargado inicialmente de la construcción del edificio -entre 2013 y 2015-, por concepto de reajustes de precios.
Además, recomienda hacer gestiones para la devolución de estos valores.
También se encontró que se pagó dinero de más y sin justificación al Fiscalizador contratado.
Pero quizás lo peor tenga que ver con el siguiente contratista de la obra, FABRIEQUIPOS S.A., quien no solo subcontrató a otras personas y empresas sin autorización, sino que días antes de la inauguración del teatro, terminó unilateralmente el contrato.
Y sí, no devolvió valores producto de esa liquidación. Cantidad que llega a los USD 959.680.
Además de subcontratar sin autorización, FABRIEQUIPOS lo hizo por un porcentaje del 64% de obra, sobrepasando más del 30% permitido, según las normas. También ha presentado facturas que no corresponden a gastos reales.
Y ni hablar de la cantidad de proveedores impagos por montos millonarios. Algo que ya mostró en reportajes como el realizado por Juan Carlod Alvarado para el programa Visión 360, emitido el pasado 1 de diciembre por Ecuavisa.
"Este teatro es un nuevo monumento a la cultura. Un sueño de Loja, un símbolo de descentralización", fueron las palabras del expresidente Rafael Correa, durante la inauguración del Festival de Artes Vivas de Loja, en 2016.
Quizás la intención fue valiosa. Pero a la larga, el daño podría ser peor que no tener un espacio de esa calidad ,en una ciudad de medio millón de habitantes.
¿Un cierre necesario?
El malestar entre artistas y gente de Loja es evidente en redes sociales. Los comentarios apuntan a poca o mínima gestión desde el Estado y a reclamos por quitarle un espacio importante a la ciudad.
Incluso la asambleísta por Loja, Verónica Arias, comentó sobre este hecho, asumiendo un daño cultural a la ciudad.
Su texto recibió respuesta por parte del ministro de Cultura, Juan Fernando Velasco, también a través de su cuenta de Twitter. Velasco le aseguró que no se quitó autonomía al Teatro, sino que "se pasaron procesos administrativos y jurídicos a Quito para optimizar dichos gastos de personal".
Además confirmó la obligatoriedad en cumplir la recomendación de la Contraloría -de suspender actividades- hasta que el Teatro pase de manera oficial al Ministerio:
De acuerdo a los exámenes de Contraloría, el Benjamín Carrión Mora se trata de un teatro destinado a una ciudad y está envuelto en nebulosas. Con perjuicio directo al Estado y a ciudadanos -empresarios: grandes, medianos y pequeños-.
Esto sin contar lo que sucede con ciudadanos que ya estaban acostumbrados a tener un espacio grande y a la altura.
A veces, como dicen las abuelas y los abuelos es verdad que de buenas intenciones está pavimentado el camino al infierno.
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