Spotify versus músicos: la batalla que no se detiene
Si bien Spotify llegó a revitalizar una industria que la pasó mal debido a la piratería, la gran mayoría de artistas en plataforma reclaman mejores ingresos a la compañía.
LOGAN WEAVER, vía Unsplash
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Es bronca. Es guerra. Es rechazo. O algo parecido. La relación entre músicos y servicios de streaming no es del todo agradable.
Ocurre especialmente por el tema de las regalías, ese dinero que recibe cada artistas por las reproducciones en estos espacios.
Y dependiendo de la plataforma, la situación se ha vuelto más problemática en época de pandemia. Los músicos no reciben ingresos directo por su música, ya que las presentaciones en vivo se han detenido.
Así, en el medio, se hace presente la mayor complicación dentro de toda esta dinámica: Spotify, el servicio de streaming musical más importante de todos.
La forma de ganar dinero en Spotify es siendo realmente exitoso, con millones de reproducciones. Y eso no lo consiguen todos.
Lanzada en 2008, la plataforma para 2017 todavía no era rentable. Pero para 2020, sus números son impresionantes. Solo para el primer cuarto del año registró al menos USD 1.840 millones de ingresos en suscripciones Premium, y una rentabilidad de USD 511 millones.
Y pese a reportar pérdidas para el segundo cuarto del año -ya en pandemia- por aproximadamente USD 419 millones, el número de suscriptores sigue creciendo.
De esta cantidad, un porcentaje reducido llega a los artistas, en términos generales.
En abril pasado, The Trichordist -una organización de artistas en contra de la explotación digital y por un manejo ético de la música por Internet- y la Performing Rights Society presentaron un estimado de lo que ganaría un artista luego de 3.114 reproducciones de sus canciones por Spotify: USD 11.38.
Las declaraciones de la discordia
Entre idas y vueltas y reclamos en varias vías, Spotify y algunos músicos no se llevan bien. Incluso hubo un intento de regular vía Congreso de Estados Unidos el porcentaje de regalías. Se propuso aumentarlo al 44%, algo que no funcionó en 2018.
Si bien es cierto hay artistas gigantes que reciben una buena cantidad de dinero, pero no a todos les pasa y no todos se pueden dedicar con éxito al género urbano.
Por ejemplo, Bad Bunny presenta más de 318 millones de reproducciones de su éxito Safaera. Y eso le significa un aproximado de USD 1,274 millones. Más de un millón de dólares por una canción.
Y ese dinero deberá repartir, en su caso, con todas las instancias que se relacionan con su música: agregadora -la empresa que sube las canciones a Spotify-, la casa disquera, productores, etc.
Para artistas más pequeños, estos montos son reducidos. Y en caso de estar dentro de algún tipo de estructura -como una disquera- igual deberán repartir ese dinero.
Por eso, en época de pandemia, de confinamiento y de impedimentos para dar conciertos, el dinero que se genera vía streaming se vuelve necesario para los músicos.
Por eso, las declaraciones recientes de Daniel Ek, el presidente del directorio de Spotify a Music Ally dieron un nuevo motivo para que los ánimos se exaltaran.
Al ser preguntado sobre los reclamos alrededor de las regalías a los músico, Ek dijo:
“Hay una narrativa falaz aquí, combinada con el hecho de que, obviamente, hay algunos artistas a los que solía irles muy bien en el pasado, pero que no les iría bien en el panorama futuro, donde tú no puedes grabar música cada tres o cuatro años y pensar que va a ser suficiente”.
La respuesta de los músicos
Ek ha sido acusado de no entender los procesos de producción de la música y de explotar y esclavizar a artistas que, si no generan canciones en función de los sonidos de moda, reciben casi nada a cambio.
La lista de reclamos -que se puede encontrar en redes sociales- es grande. Clásicos del rock como David Crosby, Dee Snider -el gigante que canta en Twisted Sister-, Sebastian Bach y Mike Mills -bajista de R.E.M.- no dejaron de expresar su descontento. Con lenguaje apropiado para el género que hacen.
Otros músicos más jóvenes y menos reconocidos también han reclamado públicamente por las declaraciones.
Acusan a Daniel Ek de absoluta ceguera e incapacidad de ver las condiciones en las que trabajan la mayoría de los músicos -que deben pagar su pasión y su carrera con otros trabajos-, por lo que sería imposible para ellos sacar nueva música en menos tiempo.
Tal como se lo explica el guitarrista de heavy metal -e ingeniero de sistemas- Ben Sizer, en un tuit.
"Me pregunto si Daniel Ek se da cuenta de que bandas como la mía lanza discos cada tres o cuatro años porque debemos ajustarnos a los horarios de nuestros trabajos diarios, los que debemos tener para pagar nuestras cuentas porque justamente los servicios de streaming pagan muy mal a los artistas".
Ben Sizer
Spotify y los músicos ecuatorianos
Ecuador no es ajeno a las dinámicas que se han generado entre los músicos locales y Spotify. Varios artistas han usado sus cuentas de redes sociales para apoyar el reclamo a la gigante plataforma.
Una de ellas fue Mariela Espinosa de los Monteros.
Ella sabe cómo se mueve Spotify y por eso ha hecho pública su predilección por otra plataforma: Bandcamp. En la que sus poderosos proyectos, Munn y Sr. Maniquí, tienen una presencia fuerte.
Esta predilección tiene que ver no solo con el tema económico -ni con el hecho de que Bandcamp constantemente está permitiendo que el 100% de las ventas en su espacio, en días especiales, vaya a los intérpretes-.
Hay más razones detrás de esta preferencia como ella explica en el siguiente audio:
Desde otro lado está la experiencia de un músico que con más de 20 años de carrera ha encontrado en Spotify un terreno en el que, primero, recibe dinero y, segundo, su música no es pirateada.
Si bien Sergio Sacoto entiende desde dónde viene el reclamo y por qué se lo realiza, para él Spotify ha sido un espacio del que se ha beneficiado.
Es un momento complicado, desde luego. Es otra etapa, es otro instante del negocio, pero es claro que las grandes plataformas se están llevando gran parte del dinero y quienes hacen las canciones, no.
Siendo esa la base del negocio, quizás algo está pasando.
Por eso no sorprende la actualidad de una frase acuñada por el gran letrista Van Dyke Parks -compañero de composición de Brian Wilson-, que en 2014, en un artículo sobre el maltrato de la industria en plena era digital a los compositores dijo lo siguiente:
"Hace 40 años, coescribir una canción con Ringo Starr me hubiera dado dinero para una casa y una piscina. Hoy, un aproximado de 100 mil reproducciones en Spotify, creemos que nos daría unos USD 80 para repartirnos entre los dos".
Van Dyke Parks
Sí, quizás esta es otra época.
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