El recuerdo de Eddie Van Halen, narrado por un ecuatoriano
Las imágenes que Van Halen le autografió y la fotografía que se tomaron en Nueva York. Elias Maguez tiene algunas historias para contar sobre el legendario guitarrista.
Imágenes cortesía de Elías Maguez
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El recuerdo es el siguiente.
Eddie Van Halen está en el terminal de American Airlines en el aeropuerto. Se podría decir que es el La Guardia, de Nueva York. Es probable que el lugar sea el menos importante, porque la acción es reveladora.
No resultaba novedoso que varias personas -sobre todo los paparazzis o fanáticos que lo identificaban- se le acercaran para que les firme fotografías. Era lo de siempre. Y él firmaba. Pero esa vez, algo sucedió.
Elías Maguez estaba cerca y se dio cuenta. En realidad estaba con Van Halen. Debía llevarlo a la sala VIP para que esperara la salida de su vuelo.
Había una foto -"era una buena foto", dice Maguez, años después, desde Guayaquil-, que parecía estar pegada sobre una especie de cartón o marco. Van Halen se detuvo y de un movimiento brusco la arrancó: era uno de los documentos que suelen venir con las guitarras eléctricas, cuando se venden.
Quizás haya sido la primera y única vez que Elías vio de mal humor a Van Halen.
Pero fue temporal.
Van Halen no firmó nada y avanzó con Maguez hasta su destino.
"Por esa firma iban a vender más cara esa guitarra", le explicó en el camino.
Y ya no había mala onda en el músico. Es más, Elías no recuerda más que buen ánimo y sonrisas en Eddie Van Halen. El tipo agradable, que se notaba feliz, que se despedía con un beso y abrazo, que hablaba y actuaba con total humildad.
"Nos hicimos bien allegados", dice Maguez. En esos tiempos de espera, que pasaban juntos, hablaban. Van Halen no tenía problema en contarle que si viajaba a Nueva York era por su salud, por el cáncer que padeció.
Y que terminó con él el pasado 6 de octubre de 2020.
Entrar en contacto con la estrella en un nivel más cercano
El trabajo de Elias Maguez en Nueva York es, de por sí, un campo minado de grandes historias. De esas que llaman la atención.
De despedidas afectuosas con Al Pacino, de estar con Ricky Martin y acompañarlo hasta que suba al avión, de tener fotos que prueban que trabajó con el gran Gregory Peck... la lista es larga.
15 años dedicado al servicio de protocolo en los aeropuertos de Nueva York. Clientes top. De recibirlos con el carro a la pista para que salieran directamente a su destino; o de encargarse de todo el trabajo del chequeo en el counter, cuando estaban de salida.
De coordinar con choferes, con aerolíneas, con equipaje.
Así entró en contacto con Eddie Van Halen -"Van Heilen", pronuncia, en un inglés perfecto-.
Elías nació en Estados Unidos, de padre y madre de Ecuador. Su vida se divide entre ambos países. Él lleva seis años en suelo ecuatoriano. Sus hijos están en Nueva York.
Hay un carácter que salta de ese contacto. Porque así como Elías tiene un pasado que se sale de Estados Unidos, Van Halen también. El músico -junto a su hermano Alex, el baterista de la banda- nació en Holanda y de niño viajó al país en el que desarrolló su carrera. Además, su madre era de Indonesia.
Pero, nada de esto era parte de las conversaciones. En realidad, rara vez Van Halen habló de su carácter como migrante y cierta lucha en contra del racismo que incluso vivió en su país natal.
En realidad, las charlas eran otras.
No había música en los diálogos, no había industria musical, solo un par de personas hablando sobre lo que tenían en la cabeza en ese momento. Eso sí, todo cruzado por el tema de la salud: la razón de los viajes de Van Halen.
"Era una persona súper con los pies en la tierra. Se vestía de una forma tan simple (...) Me acuerdo de ir caminando con él, conversando de cualquier cosa (...) Nada, por eso me cogió en shock la noticia: Me quedé frío, me pegó, él estaba en esa lucha contra eso".
Fue en 2001 cuando Eddie Van Halen hizo pública su lucha contra el cáncer a la garganta que venía de un año atrás. Para 2002 anunció que la enfermedad estaba en remisión.
Sin embargo, el cáncer volvió. Oficialmente se dice que desde 2015 -año de la última gira de Van Halen- la situación se complicó. Se sabe que, desde un poco más de 10 años, venía batallando con su salud. Más o menos en el tiempo que Elías entró en contacto con él, en el 2009.
Al menos 10 veces que se juntaron, 10 charlas, risas, confidencias y abrazos.
"Él estaba en esa lucha como europeo, enfocándose a la medicina alternativa", dice Elías.
Enseguida cuenta que escuchó el lamento de Sammy Hagar -quien fuera uno de los cantantes de la banda- por la muerte de Van Halen - sobre el tipo de persona que era el guitarrista. "Yo me identifico con esas palabras, porque Eddie Van Halen era una gran persona", recuerda.
Y sí, Elías también se encargó de Sammy Hagar un par de veces. Pero, no fue lo mismo.
"Con Eddie, definitivamente, era otra cosa. Me veía y era "Ehhh", así de afectuoso", cuenta Maguez, como si con su palabra se pudiera recuperar el abrazo del músico.
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