La realidad que no se percibe y los sueños: dos muestras en Más Arte
Tres de las obras que forman parte de la muestra 'Casi despierto', de Roberto Rivadeneira / URKU
Eduardo Varas
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Son dos muestras que no caminan en la misma línea, que no se opacan entre sí, que no se repelen.
En realidad, lo que sucede en la galería Más Arte es un punto de encuentro entre dos estéticas y propuestas distintas, que conviven y ofrecen al visitante una experiencia en doble vía.
Si bien se tratan de obras que se sostienen en la observación de aquellas cosas o momentos que se dan por sentados, y en reflexiones sobre lo que sucede cuando se está o no despierto.
En Pequeñas realidades y Casi despierto, de los artistas Ilowasky Ganchala y Urku, respectivamente, se proponen nuevas miradas, otras posibilidades para pensar objetos, seres y experiencias que son parte de la vida diaria.
Otra manera de mirar
El giro es a la izquierda de la galería. Pequeñas realidades de Ilowasky Ganchala recibe al observador como si se tratara de una experiencia conocida.
Algo que se sabe, que se entiende, que se ha vivido otras veces.
19 obras en óleo, en pequeños formatos de 20 por 25 centímetros, en promedio, como experiencias congeladas de una cotidianeidad que pasa desapercibida. Lo de Ilowasky es una exigencia, es mirar de otra manera.
Desde afuera, desde una posición ingenua, se podría pensar en la idea tradicional del "bodegón", pero reformulada hacia lo mínimo. Casi como un "antibodegón".
En Pequeñas realidades se trata de reconfigurar al visitante. De mostrar pájaros, un perro, un gato, una mujer, una silla, frutas partidas.
Es detenerse a pensar. He ahí el secreto a descubrir.
La física del sueño
En la obra de Urku (Roberto Rivadeneira) hay dos constantes que de entrada funcionan. Primero está el color, el uso de tonos que incluso se mantienen en las paredes, rompiendo los límites de los cuadros.
Luego está la relevancia que espacio y tiempo tienen en cada una de las 10 piezas que integran Casi despierto. La mayoría son cuadros, acompañados de dos esculturas en madera.
El repaso es por ese momento de sueño profundo y vigilia, en el que las cosas pueden adquirir todas las formas e instantes posibles. Seres que se crean como si se estuviera en una nebulosa multicolor.
La forma provoca un fondo, una fuerza significante. Una especie de viaje por lo que potencialmente puede ser la relación con lo onírico.
Ambas muestras estarán abiertas hasta el viernes 8 de noviembre. Ese día, tanto Ilowasky como URKU tendrán un conversatorio en la galería, a las 19:00.
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