La premio Nobel, su agente y una editorial: drama literario de 2020
Louise Glück, premio Nobel de Literatura de 2020; editorial Pre-Textos y el agente literario Andrew Wylie son las "estrellas" de un conflicto en el mundo editorial en español en el que habla de traición y de no cumplir contratos.
Lit-Hub
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Esta historia tiene tres protagonistas. Y presión para destruir todo un stock de libros de la única forma que se conoce: quemándolos.
Sí, la obra de una poeta importante, traducida al español, podría terminar en llamas. Eso se explicará más adelante.
Por lo pronto, en un lado está Louise Glück, premio Nobel de Literatura 2020. Cerca a ella está la agencia literaria que cuida sus intereses, Agencia Wylie, la "top" en este terreno.
Y que tiene de clientes a nombres como Philip Roth, Roberto Bolaños y Jorge Luis Borges.
En el otro extremo, una editorial española independiente, que ha permitido que se lean en castellano muchas joyas de la literatura contemporánea desde su creación, en 1976: Editorial Pre-Textos.
Y como pasa en toda historia, se habla de "buenos" y de "malos". Pero no es tan sencillo.
Esta es una historia de contratos no cumplidos, de convenios no renovados, de pagos retrasados. De confianza rota, de cartas abiertas y de presiones para destruir libros.
Es una historia en la que la palabra "ética" ha sonado decenas de veces.
Y solo basta con evidenciar los hechos. Porque aquí sucede lo que otras veces ha pasado, que un autor o autora cambie de editorial.
Aunque hay matices: porque se trata de una Premio Nobel y de la editorial en español que la venía publicando desde hace 14 años.
La que vio en el anuncio del premio, el pasado 8 de octubre, la opción de vender más ejemplares de los títulos de Glück en su catálogo.
Es lo que haría cualquier editorial. Sobre todo una que se dedica a publicar poesía, uno de los géneros de menor impacto comercial.
Las cifras son claras. Pre-Textos pasó de vender 200 ejemplares de los siete libros de Glück que ha publicado, a poner en librerías 700 en un solo día. Todo por el anuncio.
Pero algo más estaba pasando en el fondo y poco a poco se han ido revelando los detalles.
Un tema de derechos
Para que una editorial publique los libros de un autor o autora se firma un contrato de cesión de derechos. El creador o la creadora no pierden autoría y la editorial se encarga de explotar esa obra en los términos definidos por ese contrato.
Y siempre, esos contratos dejarán en claro un tiempo de duración de este proceso de explotación y los beneficios -pagos- para ambas partes.
Pre-Textos y Glück empezaron una relación editorial luego de que ella encontrara ejemplares que la editorial había publicado de la obra del también escritor norteamericano, Mark Strand. Ella amó el trabajo de los españoles. El siguiente paso fue formalizar la relación.
14 años y siete libros después, la relación se ha truncado.
Un día después del anuncio del Nobel, la agencia de Andrew Wylie -conocido como el Chacal por sus prácticas en beneficio a los autores que representa- se contactó con varias editoriales en español, para publicar la obra de Glück.
La sorpresa era para todos, porque se suponía que Pre-Textos tenía los derechos. Visor, Planeta y Penguim Random House fueron consultadas y al parecer declinaron cualquier relación. Se asegura que lo hicieron más que nada por respeto a lo que la editorial con base en Valencia, venía haciendo.
Manuel Borrás, el fundador y director de Pre-Textos, se enteró de todo esto porque fue avisado por las otras editoriales. Porque lo llamaron a consultarle el estado de los contratos con Glück.
Un molesto Borrás inició una "campaña" denunciando esta acción -su presencia en medios en estos días es constante-. Y eso motivó la aparición de una carta abierta de apoyo, firmada por personalidades del mundo literario de todo el mundo de habla hispana.
Escritores, editores, traductores y periodistas de varios países -incluyendo Ecuador- han firmado esa carta en la que se lee:
"... creemos que editores y autores deben ser aliados en las buenas y en las malas, los escritores, traductores, editores y periodistas que firmamos esta carta abierta queremos dejar sentado nuestro descontento por una práctica cada vez más frecuente que denigra la confianza, conspira contra la lealtad y condena a la literatura a ser un producto más del mercado, relativizando los valores humanos de los que se supone debería ser portadora".
Es en esta carta que se define el problema, desde la perspectiva de la editorial: se habla de una falta de fidelidad por parte de la Nobel de Literatura.
Que Pre-Textos quería renovar derechos de publicación, pero la Agencia Wylie ya buscaba nuevas editoriales, dejando de lado el trabajo y el esfuerzo que habían realizado, que incluye trabajar con traductores.
Incluso negándoles la posibilidad de igualar ofertas.
La respuesta del lado de Wylie ha sido la que se esperaba de una agencia con la fama de dura y contundente, como la que tiene en el negocio.
Publicar cuando no se podía hacerlo
Andrew Wylie ha disparado a matar, acusando a Pre-Textos de incumplimiento y de falta de pagos.
En una entrevista publicada el 22 de noviembre por El País -y realizada vía correo electrónico por Ferran Bono- Wylie parece no guardarse nada: "Pre-Textos no ha sido fiel a ningún acuerdo".
Dentro de la nota, el agente aseguró que el contrato de la editorial por la obra de Glück expiró en 2015 y que los españoles no pagaron el anticipo que se había acordado para firmar un segundo contrato.
Wylie afirma que la publicación de los libros Praderas (2017) y Una vida de pueblo (2020) se realizó sin ningún tipo de pago, ni consulta sobre la traducción o la portada. "Ni siquiera enviaron a Louise Glück una copia de sus propios libros".
Para el Chacal no trabajar con Pre-Textos se vuelve importante por lo que considera "promesas incumplidas". Según su versión, ya llevaban mucho tiempo buscando una nueva editorial en español.
Desde Pre-Textos reconocen que el contrato de publicación ya había caducado, incluso cuando habían publicado Una vida de pueblo. Para ellos, esto se debió a un retraso en el proceso de traducción y a problemas para la distribución debido a la pandemia. El libro salió en marzo de 2020 y se pudo distribuir a partir de junio.
Sin embargo rechazan las acusaciones de falta de pago. Desde la editorial se asegura que están al día en todos los desembolsos y que solo en el último tuvieron retrasos.
Borrás y compañía también han contado que en mayo, la Agencia Wylie les propuso renovar los contratos y un nuevo libro de Glück y que no respondieron porque estaban en confinamiento.
En el medio está la figura de la Premio Nobel de Literatura 2020, a quien se ha criticado y se la ha acusado de "traición" y de no tener ética. Una animosidad que incluso apareció en una de las declaraciones de Borrás:
"Por desgracia a la poeta Glück dentro de poco se le recordará tan poco como se le echaba en falta antes".
Animosidad que para escritores, como el mexicano David Toscana, se hace presente en la carta abierta que circula y que para él -como lo escribe en un artículo en Letras Libres- "está redactada específicamente para condenar a una poeta".
Wylie acepta la posición de las personalidades de la literatura que han firmado la carta abierta a favor de la editorial: "Estoy seguro de que fue firmado de buena fe por personas que creen, como yo, en la importancia de la publicación literaria independiente (...) Pero es lamentable que las personas que firmaron esta carta no pudieran conocer los desafortunados detalles del caso”.
La obra de Glück se sigue publicando en editoriales independientes en otras partes del mundo: Carcanet en Reino Unido, Rámus en Suecia, Opus, en República Checa, Edicions del Buc en catalán, entre otras.
Pero, al final, hay una movida por parte de la agencia que asusta. Y es el pedido de que Pre-Textos deje de vender los ejemplares que tiene de Glück. Xavi Ayén escribe en su nota en La Vanguardia:
"Por ello, Pre-Textos detuvo la reimpresión que preparaba de sus libros después del Nobel, pero sin embargo cree que tiene derecho a vender los libros impresos previamente, algo menos de 1.500 ejemplares".
De no llegar a un acuerdo, deberían destruir los libros, quemándolos.
Manuel Borrás parece agotado en sus declaraciones. Habla de intimidación por parte de la Agencia Wylie, pero aclara que no quieren litigar en tribunales. Solo quieren algo sencillo, como se lo contó a Patricia Kolesnicov, para Clarín:
"Nosotros lo único que queremos es que no se nos obligue a cometer el delito ecológico de destruir unos libros impecablemente editados y con sus contratos".
La situación asombra. Louise Glück ha preferido el silencio -y quizás sea lo mejor-.
Su agente da a entender que ella no está contenta con la editorial y se sabe que no ha respondido las cartas que los españoles le han enviado.
Mientras tanto, la amenaza de quemar libros está en el ambiente. Un pedido de la Agencia que resuena con horror, tal como lo escribe Adalber Salas, poeta y traductor, encargado de la versión en español de Una vida de pueblo, para Pre-Textos:
"Requieren, además, pruebas: que alguien más certifique que la destrucción ha ocurrido. Un tercero independiente de la editorial, capaz de confirmar que la purga ha ocurrido. Entonces estarán satisfechos, habiendo servido del único modo que saben a la autora que representan. Una caja de ceniza entregada por correo: así me imagino la prueba que tanto ansían".
Y de esta forma se ha desarrollado la historia más intensa del mundo editorial de este año, digna del 2020 que se vive.
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