Una publicación plantea un homenaje a libros y librerías
"Vivir con libros" es una publicación que recoge la experiencia de cuatro personas con la lectura.
Diego Corrales, PRIMICIAS
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¿Qué es el libro si no una forma de experimentar el mundo? Y más que eso, ¿no es la lectura una manera de acercarse a otros seres?
Preguntas que hablan de una relación particular con un objeto que es probable que esté en cada casa, pero que se lo identifique más como artículo de decoración.
Y a veces, la relación con el libro es tal que hay que hablar de eso. Con eso en mente, una publicación como Vivir con libros resulta un regalo en época de confinamiento.
Esto es así porque lo que ha conseguido la editorial bello gesto -con minúsculas-, y sin proponérselo. Es un libro en el que cuatro textos se decantan por la lectura, lo que esta prodiga, y cómo se puede medir el peso de los libreros y librerías en la educación de quienes aman leer.
Un tipo de amor que se puede transmitir.
Lo que iba a ser un libro para celebrar los 10 años de Tolstoi Librería, se convierte en una especie de memoria, reconocimiento y testimonios de cómo un libro lo puede cambiar todo.
Cuatro formas de amar los libros
Ya sea desde la ficción más directa y particular -en el texto de autoría del escritor Salvador Izquierdo- o de un tipo de ensayo como un castillo de naipes con referencias constantes que se entrecruzan -como sucede en el de Edmundo Mantilla- Vivir con libros recorre múltiples caminos.
Sin duda los que más impactan tienen que ver con una mirada autoral que se decanta por el testimonio directo.
Por comprender que la vida funciona intercalando las lecturas que van apareciendo por ahí.
Los textos de Gilda Guerrero y Margarita Borja son de una intensidad que consiguen transmitir esa idea de lo íntimo y colectivo que se produce con la lectura.
Íntimo, porque es la historia personal lo que aparece. Y colectivo porque detrás de esas experiencias individuales están esos elementos con los que mucha gente se puede identificar.
El libro como compañía, como puerta de entrada a otras ideas, como espacio de respuestas, sitio de encuentro. El libro como germen de otras relaciones.
Las personas que descansan detrás de los títulos, la gente que los vende, los espacios donde se los consigue. Lo colectivo es lo que afecta a todos, y el libro da experiencias personales, pero mucha gente las tiene.
Esa es la maravilla de un libro que, además, incluye fotos de varias personas -clientes de la librería- y los estantes en sus casas, repletos de ejemplares.
Un homenaje y un recordatorio. Siempre funcionan.
Otras recomendaciones
'Mecanismos internos', de J.M. Coetzee
Si ya de por sí la obra de John Maxwell Coetzee es impresionante, a esto hay que sumarle la posibilidad que tiene para mostrar su pensamiento, revelar sus lecturas y pasiones literarias, que incluso ayudan a leer de otra forma algún libro clásico que se ha preferido dejar de lado. Su apasionado y brillante defensa a la última novela que publicara Gabriel García Márquez es maravilloso.
'El Conde y sus dominios', de Marcelo Recalde
Marcelo Recalde es conocido como el Conde. Y ese mote es el que lleva la librería que dirige, Conde Mosca. Y la mosca puede permanecer ahí y observar. Sin moverse no se la percibe. Para luego levantar el vuelo y buscar otro destino. Y este libro es ese otro destino, que surge como el resultado de la observación de la obra de Nabokov, Gombrowicz, Borges y Murakami, entre otros, que revela a alguien puntilloso y dueño de una reflexión diáfana, que invita a la lectura.
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