Paola de la Vega: la autocrítica que se debe hacer desde el ámbito cultural
Artistas y gestores protestan, en agosto de 2019, en las afueras del Ministerio de Cultura, bajo el lema "La Cultura en Emergencia".
Eduardo Varas
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Tiempos complicados, particulares y extraños, desde luego. Lo que ha generado en el terreno cultural, el aislamiento por la pandemia del coronavirus, es casi laberíntico.
No solo por lo que significa económicamente para artistas y gente dedicada a la cultura y al arte, sino por aparente ausencia de políticas inmediatas, a nivel del Estado y por, sobre todo, la reacción ciudadana cuando se anuncian mecanismos de apoyo al sector.
Porque lo artístico debe ser lo último, lo menos importante, cuando la gente se está muriendo por una enfermedad. Tiene sentido, ¿no?
Sin embargo, estas precisiones no llegan a desentrañar ni siquiera la superficie de lo que sucede con la situación cultural y artística del país.
El panorama es más complejo. Y Paola de la Vega, académica, coordinadora de la Maestría en Gestión Cultural y Políticas Culturales de la Universidad Andina Simón Bolívar, lo ha dejado en claro.
A través de su artículo Desectorizarnos: El desafío para imaginar otras políticas culturales -publicado en Proyecto Sycorax, el pasado 25 de abril-, la catedrática no solo explica lo que sucede en el país.
También hace algo importante y que no se hace a menudo: ensaya una autocrítica a la gestión y trabajo cultural. Porque si la ciudadanía mira con cierto desdén, y desde perspectivas anacrónicas, la labor de los artistas, todavía hay mucho por hacer:
" ...queda claro que en nuestro contexto existe la necesidad de una pedagogía social sobre el trabajo cultural como materialidad y pensamiento crítico y no como resultado de una elevación iluminada con características de excepcionalidad o peor aún su representación como una labor complaciente al servicio del poder".
Paola de la Vega define muy bien el lugar del que surge esta idea, necesaria en este instante:
Otras razones detrás de esa mirada hacia el trabajo cultural
La perspectiva de ver al arte como experiencia de seres tocados por la divinidad no es la única de la razones que explica esta relación distante y tirante con la cultura.
Paola de la Vega señala dos elementos adicionales a considerar, ligados a una condición del ejercicio cultural en Ecuador que se ha dado muchas veces y que se trata de ignorar: el arte como subsidiario del Estado.
También explica que hay una separación entre el profesional de la cultura y el ciudadano. Dejando a la cultura como una práctica gremial.
Las posibilidades del arte y la cultura
En conversación con PRIMICIAS, Paola de la Vega no solo aborda lo que implican estos criterios que definen la relación con el arte en Ecuador.
También profundiza sobre un camino a seguir, una solución y la necesidad de una autonomía en el ejercicio artístico, que permita una reflexión precisa, en estos tiempos y en lo que está por venir.
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Posibles caminos
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¿De qué forma se podría resolver la situación de la cultura en un escenario tan complejo?
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El arte y la institución
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¿Parte de la problemática está en comprender a la cultura desde una perspectiva meramente institucional?
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La cultura y la crisis
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En circunstancia de crisis constante, ¿cómo se puede pensar al quehacer cultural?
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Lo que se viene luego
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¿Cómo enfrentarse al hecho de que la experiencia artística y cultural será otra luego de la pandemia?
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La posibilidad que queda
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¿Qué camino le queda a la persona que se dedica al arte?
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