La nueva disputa pública en el corazón de Pink Floyd
Tiempos mejores: Roger Waters y David Gilmour en 2011, cuando se juntaron en un show en Londres.
Indie Hoy
Actualizada:
Compartir:
El músico británico Roger Waters acusó el 19 de mayo de 2020 a su excompañero de Pink Floyd, David Gilmour, de no permitirle usar la página web y las redes sociales de la banda para promocionar su propio trabajo.
"No hay nada sobre mí en la web. David Gilmour me ha prohibido el acceso al sitio web", afirmó Waters en un vídeo publicado en su cuenta de Instagram.
"David Gilmour cree que le pertenece (...) Creo que piensa que porque dejé la banda en 1985 él es el dueño de Pink Floyd, que él es Pink Floyd y que soy irrelevante y debería mantener la boca cerrada", agregó.
Según contó a la revista Rolling Stone, Waters se reunió el año pasado con Gilmour y el baterista del grupo, Nick Mason, para tratar de superar sus desavenencias, pero el intento fracasó, como recordó en el vídeo publicado.
“Hace un año, convoqué una especie de Camp David para los miembros sobrevivientes de Pink Floyd en un hotel de un aeropuerto de Londres, donde propuse todo tipo de medidas para superar este terrible punto muerto y la situación difícil en que nos encontramos, pero lamento decir que no dio fruto".
El vocalista y compositor esgrimió que considera "justo y correcto" que todos los miembros de la banda puedan tener "el mismo acceso" para compartir sus proyectos con los "30 millones" de personas que se suscriben a la web.
Nada nuevo bajo el sol
Waters dejó Pink Floyd en 1985 para actuar por su cuenta y emprendió entonces una batalla legal para evitar, sin éxito, que Gilmour y Mason usaran el nombre de la banda.
Esto rompió las relaciones entre los músicos, que ya venía en caída libre desde años atrás. En 1979, durante la grabación del disco The Wall, Waters exigió que se echara al tecladista Richard Wright.
El resto de integrantes accedió.
A Wright, quien fue uno de los fundadores de la banda, se lo contrató como músico para que acompañe a Pink Floyd en la gira de promoción de este disco, en 1980.
Las distancia estéticas entre Waters y Gilmour se acrecentaron al aparecer el disco The Final Cut, que contenía canciones que no habían considerado adecuadas para The Wall.
Tras el fallido intento legal por parte de Waters de impedir el uso del nombre, Pink Floyd -de nuevo con Wright como parte del grupo- lanzó el álbum A Momentary Lapse of Reason en 1987, y The Division Bell, en 1994 y llenó estadios en los años noventa.
La acusación actual de Waters contra Gilmour resulta extrañamente familiar. En el pasado está la famosa declaración que diera el bajista inglés, que sintetizaba todo:
“Si alguno de nosotros merece llamarse Pink Floyd, ese, sin dudas, soy yo”.
Roger Waters
¿Quién manda a quién?
Sí, es paradójico que el tipo que asumió que él era Pink Floyd, que era la fuerza motora y que sus ideas sostenían al grupo, sea el que acuse a otro de lo mismo.
Aunque Waters tenga algo de razón en su reclamo. Si se toma en cuenta que las redes oficiales de Pink Floyd, en estos días, han estado promocionando el trabajo como escritora de Polly Samson, casada con Gilmour.
Así como los 'lives' que hace la familia Gilmour, como promoción de la novela de Samson, A theater for dreamers, recientemente publicada.
Eso sí, no existe referencia alguna al trabajo de Waters como solista, en las redes de los Floyd -como sí sucede con el trabajo de Gilmour-.
Ni siquiera la publicación en vídeo que hiciera Waters hace pocos días del tema Mother -del disco The Wall-, ha tenido eco en redes oficiales de Pink Floyd.
La aparente paz y la nueva ruptura
En 2005 parecía que todo estaba más tranquilo con los músicos. Tanto Waters, Gilmour, Mason y Wright se juntaron para un set de 25 minutos en el especial Live 8. Para los fanáticos, fue un momento de pura magia.
En septiembre de 2008, Richard Wright murió. La puerta para nuevas reuniones se cerró para siempre. Sin embargo, en 2011, David Gilmour y Nick Mason se unieron a Roger Waters, en uno de sus conciertos en Londres.
En 2013, Waters lamentó haberse querellado contra sus colegas en una entrevista con la BBC.
Pero ahora, en 2020, las heridas se volvieron a abrir. Incluso para disgusto y pena para los fanáticos.
Compartir: