No hay cantante y eso no es un problema para 'Fat Chancho'
El Ep homónimo de Fat Chancho es la prueba de que el rock bien armado puede prescindir de letras.
Diego Corrales, PRIMICIAS
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Solo importa la música. Lo instrumental.
El sonido como justificación, medio y finalidad. Fat Chancho lleva varios años dando vueltas por el circuito independiente de Ecuador y no había sacado un material de estudio.
Bueno, eso cambió este 2020.
Con máscaras de chanchos sobre sus cabezas, los integrantes de la banda son una incógnita -en la medida que eso es posible en una escena como la nacional-. Pero, esa es la propuesta y, en términos generales, hay una identidad fuerte en un grupo que deja de lado la condición del cantante o de las letras para enfocarse enteramente en la música.
Con melodías en formato de riffs y solos de guitarra, con una fuerte carga de stoner rock- las canciones no necesitan ser rápidas para evidenciar su fuerza-, Fat Chancho sabe lo que hace.
Sobre todo porque demuestran que un concepto claro y la actitud necesaria puede generar música que se vuelva imprescindible para quien la escucha.
El EP que tomó tiempo en llegar
Fat Chancho es el nombre del EP -extended play- de siete canciones con el que la banda pone en evidencia sus composiciones. Luego de varios años de presentaciones en diversos escenarios.
Producido por Fat Chancho, Tomas Vejar y Nelson Arellano, este es un trabajo que aparece como si se tratara de una invasión del espacio exterior.
Desde la portada -realizada por el ilustrador Andrés de la Bastida, más conocido por @kst.ec- existe una narrativa que se traslada tanto al orden de las canciones, como en el inicio y el final de la producción.
Es un ataque, sin duda.
Con Integraton, el tema inicial, empieza la invasión. Este es un collage sonoro que marca la llegada de los chanchos al planeta. Destrucción, gritos y sensación de juego.
De ahí, cinco canciones, encabezadas por Benito Valenzuela Super Proper -sí, en esa onda son los títulos-, con la firmeza de guitarras que suenan poderosas en un primer plano. Fat Chancho es una banda de guitarras.
Con un sonido que en ocasiones remite a lo que Josh Homme consigue en ciertos momentos con Queens of the Stone Age, y que a su vez recupera la gravedad sonora con la que Homme se movió en su anterior banda Kyuss.
Pero a nivel de estructura de las composiciones, el terreno es otro, completamente novedoso. Fat Chancho juega al cambio de compases, a arreglos que se refuerzan entre todos los instrumentos, a un espíritu entre psicodélico y heavy metal que nunca pierde ese carácter de cercanía con el o la oyente.
Sobre todo porque permiten que varias partes de sus canciones se repitan hasta crear familiaridad y de ahí se van gestando las transformaciones.
Fat Chancho no pierde la perspectiva ni la idea de traslado y viaje en sus temas. Y, vale repetirlo, no hay nada que esté construido aquí para ahuyentar al público.
Y así se llega al final
El recorrido termina con "..." -sí, tres puntos suspensivos- que deja en claro la parodia de esta invasión, en la que los chanchos del espacio están enfocados en este juego de video de ataque y destrucción en el que el EP se ha movido.
¿Se ha terminado la invasión? Pues esta producción dura solo 21 minutos. Pero, queda en continuación y ojalá que no sea el único trabajo de esta banda que, sin necesidad de letras ni de cantar en sus canciones, provoca ese impacto que la música necesita y el mundo pide a gritos.
Escuche el EP en su totalidad:
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"La conquista del espacio", de Fito Páez
Un disco como celebración de sus 57 años. Y un disco a la altura de lo que se espera de un Fito Páez que ha venido lanzando álbumes que, si bien no son malos, no han llegado a la altura de sus trabajos de hace 20 años. La conquista del espacio es un trabajo impresionante. Páez rinde tributo a su música de antaño y se vuelve extremadamente contemporáneo con todas las referencias que tiene a flor de piel en las letras.
"Dead lips", de Dead Valley y The Flaming Lips
Cada cierto tiempo, la banda de Wayne Coyne hace estas uniones creativas con otros artistas -así sean Miley Cyrus- y salen cosas interesantes. Esta vez, junto al dúo Deap Valley llega este trabajo que tiene su fuerza en canciones entre minimalistas y caóticas, así como en las voces de Lindsay Troy y Julie Edward, que resultan ser perfectas para esta unión, que ofrece los mejores momentos de músicos como Steven Drozd y el resto de los Lips.
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