El mundo es una caja de música en “La casa rodante” de Ricardo Pita
"La Casa Rodante" es el tercer disco de este cantautor guayaquileño, que se sostiene en un aura de buena onda y de esperanza.
Diego Corrales / PRIMICIAS
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Existe la idea de que un buen disco no debe durar más de 30 minutos. O, exagerando, llegar hasta los 35. Porque se supone que ahí hay una experiencia completa y la posibilidad de atender como se debe a la propuesta que presenta un álbum.
Porque en 33 minutos -segundos más, segundos menos- entran 10 canciones que se perciben como fotografías de viaje, como recuento de momentos, como intromisiones en terrenos amigables.
La idea detrás de La Casa Rodante, de Ricardo Pita, descansa sobre la posibilidad de abrir pasajes sonoros en cada tema. Que cada uno tenga su propia sonoridad y eso convierte a este disco en una especie de bitácora.
De salto de un género a otro, de un beat a un cajón, de paisaje a paisaje, de voces y armonías -hay canciones con estructuras armónicas que sorprenden, inclusive-, que funcionan como vestimenta para canciones que, en medio de una pandemia, suenan a explosión de esperanza.
Hay mucho de buena onda en lo que hace Pita.
10 canciones como sellos en un pasaporte
La Casa Rodante tiene al viaje como fuerza creativa.
Al menos, en el terreno sonoro. Producido por Miguel Sevilla, el disco de Ricardo Pita pasa por el son, el bolero, el indie, algo de electrónica, bossa nova, de cabaret, incluso la disonancia en cuerdas… muchas veces en una sola canción.
La voz y las melodías de Pita -no se debe ser el más grande cantante de la historia para llegar a un nivel de intimidad que contagia- enhebran el proyecto, que suena a algo cercano, a algo que un amigo te está mostrando.
Así, el oyente es también parte fundamental de esta casa que va de ciudad en ciudad.
O integra ese grupo de amigos que también ayudan a Pita en este disco, como Héctor Napolitano -en la festiva y tropical Los Tábanos, un ingenioso juego de palabras y fraseo- y Paola Navarrete, en la canción que le da nombre al álbum y que quizás consigue resumir el espíritu de todo el trabajo.
“Recuerdo que armamos castillos pintando la arena / del cielo sacábamos agua pa’ hacerlos crecer / de pronto nacían solas todas las melodías / enciende candela que vamos con todo a cantar”.
"La Casa Rodante"
Este es un disco que se mueve por varios territorios, que se relaciona con España, Brasil, Chile y Argentina -lugares por los que viajó Ricardo Pita y que sirvieron como germen de las canciones-. Una producción que busca explotar en pequeños detalles y sacar, de a poco, del mismo terreno musical en el que Pita se ha movido.
Ojo, lo que él ha hecho anteriormente -los discos Las Aventuras de Ayer, Hoy y Siempre (2013) y Amuleto (2016)- no son un trabajo menor.
Pero, no hay que negar que aquellos músicos y artistas que buscan otras sonoridades son los que, a la larga, van a dar a sus fanáticos canciones con más vida, con mayor cobijo, con detalles para mantener la atención.
Se puede escuchar el disco aquí
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“Grounds”, de IDLES
La banda que lidera Joe Talbot va a lanzar su tercer disco, Ultra Mono, en poco tiempo, y lo adelantan con esta canción que así como un entramado de crudeza y de posición política, no deja de ser digna representante de lo que este grupo representa: la clase trabajadora llegando a niveles impresionantes de arte, determinación y firmeza. “¿Escuchas ese trueno? / Es el sonido de la fuerza, en números”. La frase que se repite en el estribillo no puede ser más actual, en un mundo con pandemia y protestas.
"Young boy", de Paul McCartney
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