Ojeda, Cabezas y Durán en las lecturas de esta semana
'Historia de la leche', de Mónica Ojeda
PRIMICIAS
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Historia de la leche
Mónica Ojeda
Severo Editorial, 2019
95 páginas
USD 15
La relación directa entre la Mónica Ojeda narradora y la Mónica Ojeda poeta es quizás el punto más fuerte de este poemario. Que permite comprender cómo una obra se concibe desde una totalidad. No hay forma de establecer separaciones.
La narrativa y la obra poética de Ojeda se respiran por un mismo sendero.
El impacto, la tensión y la maestría en el manejo de los versos, así como esa capacidad de narración hace de Historia de la leche un trabajo poderoso. Este recuento, contemplación y reflexión alrededor de la mujer, el hombre, los roles y las marañas alrededor de cómo deben ser, lo que son y pueden.
Poemas dentro de poemas y literatura como punto de partida. Crimen y Castigo, Macbeth, Otelo, Mary Shelley, Clitemnestra… cruzan por ahí. Se reformulan los mitos. Una hermana mata a su hermana, Mabel, y cae la desgracia. Descendientes de una Caín, todos.
Un lamento se relata, aumenta y crece. Definiciones constantes sobre el propio elemento que se usa para generar los versos: “La poesía es lo perfecto del muerto: lo incorruptible, la selva encadenada”.
Historia de la leche es una experiencia para entrar, flotar y redescubrir que la poesía, cuando funciona, se va a convertir en algo más que un libro con versos impresionante. Siempre hay algo más, como aquí.
Formas de incendiar el día
Juan Carlos Cabezas Aguilar
Editorial La Caída, 2019
94 páginas
USD 10
Este, el primer libro de Juan Carlos Cabezas, es un regalo para los fanáticos de los relatos. ¿Por qué? Porque el autor entiende la capacidad de contención del género y cómo en pocos párrafos se puede conseguir una explosión.
Sí, una explosión. El título del libro no puede ser más preciso.
Espectros, mujeres buscando explicaciones por la muerte de seres queridos, un tipo que regresa a casa aprovechando una tragedia… los cuentos y personajes de este libro se mueven porque hay una acción superior que les exige ir a otro lado.
Cabezas no pierde tiempo ni gasta palabras innecesarias, para armar ambientes ni definir sucesos.
Para él, el cuento no debe resolver todo lo que ha generado con la anécdota. Ni siquiera se sostiene con la sorpresa: los cuentos de este libro son espacios de tránsito. Los personajes van de un punto a otro y se transforman. Cambian, queman los barcos.
En esa transformación, o reformulación de las mismas acciones que el cuento ha definido, está el valor de una publicación que destaca. El primer gran libro del año que se debe leer es un libro de cuentos, publicado por alguien que ha leído mucho y que había retrasado la publicación de un libro.
Quizás en esa demora está el secreto para crear, corregir, añejar y publicar algo monumental, como resulta ser Formas de incendiar el día.
El abandono de la experiencia
Josué Durán H.
Centro de Publicaciones PUCE, 2019
142 páginas
USD 15
Hay cosas que no se pueden dar por sentadas cuando se trata de hablar un libro que ha recibido un premio literario importante. La primera es asumir de entrada que la calidad resulta una garantía, porque un jurado leyó y decidió.
Es decir, alguien hizo un trabajo intelectual y deliberó con sus pares sobre los argumentos para definir a un libro como una experiencia que merece un reconocimiento por encima de otros.
La segunda es esperar una buena lectura.
Sí, hay cosas que no se pueden dar por sentadas. Esa certeza surge después de revisar el libro con el que Josué Durán H. ganó el premio Aurelio Espinosa Pólit 2019, en la categoría ensayo. El abandono de la experiencia es un compendio de casi una veintena de textos en los que se atisba un pensamiento y una búsqueda.
Sin embargo, aquello que se percibe no sirve de mucho cuando, a nivel formal, los escritos no llegan a profundizar las ideas que se proponen. O esa perspectiva de mundo que se percibe incompleta.
Quizá sea un tema de extensión, ya que el mejor -y realmente inteligente texto- es el último de la colección, el que le da nombre al libro.
En ese ensayo, Durán es preciso, incluso en la fragmentación de su propuesta y en la solemnidad con la que trata sus ideas.
Por lo demás, estructuralmente repite los mismos recursos una y otra vez y de la misma forma; esa necesidad casi compulsiva de decirle al lector que le va a dar ejemplos para aclarar sus ideas, agota.
Y resulta un poco molesto que se refiera a autores con sus nombres y apellidos y en varias ocasiones hable de otros sin nombrarlos y en sorna: "una joven novelista cuencana" o "un afamado escritorcito chileno", aparecen por ahí,
No es un libro terrible, para nada. Solo es un libro con problemas solucionables y que quizá haber recibido un premio sea un impedimento para tener una versión mucho más afinada.
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