Leonardo Valencia: “El lector me indica qué es lo que yo quise decir”
Leonardo Valencia, escritor ecuatoriano
Eduardo Varas C.
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Para un lector acostumbrado a la obra de Leonardo Valencia (Guayaquil, 1969), con La escalera de Bramante existe la posibilidad de ingresar a un universo conocido. Hay ideas, temas y seres que han habitado otros terrenos de ficción del mismo escritor y que ahora se encuentran aquí.
Pero eso no significa que esta sea una novela que regrese a historias pasadas, sin ofrecer novedad alguna. Se podría decir que en La escalera, Valencia llega a una novela total, que es capaz de autoreferenciarse: “Siento que en esta novela se integran cosas que yo tenía, de alguna manera, dispersas en otras obras”, dice.
En este video, Valencia habla sobre esos espacios que se integran en su novela.
Esta es una novela en la que varios personajes oscilan, van y vienen, en tiempos distintos, en el recuerdo, en la mirada hacia atrás.
Por un lado está Kurt Landor, un artista alemán que quiere retener en un cuadro una historia que vivió de joven. Y por otro están Álvaro y Raúl, artistas ecuatorianos que tratan de encontrarle sentido a ese estado de deriva en el que están y Laura, quien en un acto de escape, ingresa en un terreno de horror.
Estos personaje se cruzan, ya sea por una pregunta en un conversatorio o por una relación amorosa que no consigue terminarse.
La escalera de Bramante tomó ocho años en ser escrita y un año y medio en ser revisada. Su extensión de 616 páginas habla de una experiencia de escritura que también tomó de sorpresa al Valencia:
“No tuve previsto hacer una novela así de extensa. De hecho yo quería hacer otra novela de formato breve, un poco como la anterior, que es Kazbek (2008). Pero al llegar a las 100 o 120 páginas, me di cuenta de que no estaba terminada y fui escuchando lo que la novela me pedía, a medida que avanzaba”. Para el también autor de El libro flotante, el tema sobre lo que está escribiendo no se aclara del todo sino hasta que pasan cierto número de páginas.
Y en ese punto, cuando los temas llegan, aparecen las recurrencias entre La escalera y otros libros del escritor. Uno de los puntos en común, sin duda, es la presencia del arte como vocación, punto de vista o necesidad de los personajes.
En el siguiente video, Valencia reflexiona sobre este y otros temas de su última novela.
Leonardo Valencia se muestra interesado en la estructura, en que lo escrito se sostenga tan bien que la historia no decaiga. Eso significó un trabajo de revisión que cortó varias páginas de esta novela hasta llevarla a su versión final. En este caso, la palabra es ‘comprimir’ y el lector puede sentir que ese trabajo funciona, en la medida que pasa de una página a otra. Sí, son más de 600 páginas pero fluyen en su totalidad.
La novela puede entenderse como una especie de red que ha capturado peces, confiesa. Pero “si esa red no está bien hecha, no atrapas nada”. Y en esta experiencia de la red, la figura del lector ayuda a que la pesca se enriquezca más.
La escalera de Bramante será presentada hoy miércoles 22 de mayo, en la Universidad Andina Simón Bolívar, a las 18:30, con intervenciones de Carlos Arcos Cabrera y Annamari de Piérola.
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