Led Zeppelin y el uso de la música de otros como punto de partida
Si bien una corte de apelaciones de Estados Unidos libró a la banda inglesa de la acusación de plagio por 'Stairway to heaven', hay otras sospechas.
John Paul Jones, Robert Plant, Jimmy Page y John Bonham en una foto promocional de la banda en 1979.
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En términos prácticos es un respiro para Jimmy Page y Robert Plant. Especialmente para Page, el compositor de la música de Stairway to heaven.
La resolución de un tribunal de apelaciones de San Francisco, de este 9 de marzo, deja legalmente claro que Led Zeppelin no plagió parte de la canción Taurus, de la banda Spirit, compuesta por Randy Wolfe, en 1967, casi cuatro años antes de que apareciera la grabación de los ingleses.
Es un tema legal, es cierto.
Y si se escuchan ambas canciones quedan claras las similitudes. No pasan de eso.
Esto confirma una sentencia ya emitida en 2016, también a favor de la banda inglesa.
Sin embargo, se trata de Led Zeppelin, así que las dudas son grandes.
En términos de plagio o de usar canciones de otras personas sin ningún tipo de crédito, Page y compañía tienen mucho de qué hablar. Led Zeppelin posee un historial de demandas, de perder juicios y de llegar a acuerdos extrajudiciales por temas relacionados con el "copyright".
Aquí algunos ejemplos.
Whole Lotta Love, del disco Led Zeppelin II, de 1969
Si bien Page tenía el riff claro y la estructura definida en su cabeza, Whole Lotta Love, el tema que abre el disco Led Zeppelin II, tenía una deuda fuerte con You need love de Willie Dixon -especialmente la versión de Muddy Waters-. A tal punto que, luego de una demanda en 1985, los propietarios de los derechos de las canciones exigieron que el grupo diera crédito a Dixon y que lo incluyera como uno de los compositores del tema.
Es probable que la banda, desde una actitud de respeto y gratitud, haya aceptado darle crédito a esa leyenda del blues: un género donde las autorías casi no eran respetadas; sí lo que cada artista le daba a la canción que tomaba y cantaba.
Baby I'm gonna leave you, del disco Led Zeppelin de 1969
Page había escuchado la versión que Joan Baez hizo de esta canción y quedó encantado con la posibilidad de hacer una versión. La despojó de su carácter folk y la vistió de arreglos de hard rock, dotándola de una tensión que hace que Baby I'm gonna leave you se vuelva gigante. Esto, junto a nuevos fragmentos de letra de Plant, hizo el truco.
El guitarrista asumió que lo que Baez grabó en su disco Joan Baez in Concert, Part 1, de 1962, era una canción tradicional, así que listo, no pasaba nada si agarraba el tema.
Pero, había una compositora detrás: Anne Bredon. Ella se puso legalmente en contacto con la banda en los años 80. Desde 1990 la canción aparece con los créditos Bredon, Page y Plant y ella recibió un sustancial cheque con regalías, incluso en retroactivo.
Dazed and confused, del disco Led Zeppelin de 1969
Jimmy Page conocía de sobra la canción de Jack Holmes, titulada Dazed and confused. La vio en vivo y la escuchó en el disco The Above Ground Sound, de Holmes, que salió en 1967.
La había tocado con su anterior banda, The Yardbirds. E incluso había hecho una grabación en la que no había créditos de composición. Las mañas de Page.
Y si bien las versiones son completamente distantes, la base está ahí.
En 2010, Holmes demandó a Page. Todo se resolvió fuera de corte. Desde entonces, la canción aparece con el crédito: Jimmy Page, inspirado por Jake Holmes.
The Lemon Song, del disco Led Zeppelin II, de 1969
Lo que se inició como un homenaje a Howlin' Wolf (Chester Burnett) terminó siendo una demanda por los dueños de los derechos de la canción Killing floor.
Zeppelin tocó el tema de Wolf durante sus giras de 1969, así que su paso oficial a las grabaciones fue casi un ejercicio orgánico.
En 1972, Arc Music demandó a la banda y arreglaron por fuera de las cortes. Eso le significó a Chester Burnett un cheque de USD 40.000 dólares y la aparición en los créditos de la canción, junto a los otros cuatro Zeppelin.
Bring it on home, del disco Led Zeppelin II, de 1969
Un tributo, un guiño, como pequeñas evidencias musicales sobre de dónde vienen las canciones y, de pronto, pesadilla. En 1966 apareció Bring it on home, de Sonny Williamson II y, tres años después, Zeppelin decide hacer un homenaje, retrabajando la canción.
Los ingleses añaden partes, solo toman algo muy pequeño de la versión original, así como el título y el espíritu del tema. Pare de contar.
En 1987 se da la demanda. El arreglo extrajudicial es de mucho dinero -no se sabe- pero termina con una injusticia: el crédito de la banda desaparece y la canción solo se lee compuesta por Willie Dixon, el creador de la original.
Se entiende el malestar de Jimmy Page cuando habla de esto con el periodista Dave Schulps, de Trouser Press:
"Dios, hay solo un pequeño pedazo de la versión de Sonny Williamson y la metimos ahí como homenaje. La gente dice 'Oh, Bring it on home es robada'. Bueno, solo digo que hay un pedacito ahí en la canción, que nada tiene que ver con lo que se había hecho antes".
Parte de la leyenda de Zeppelin surge de estos gestos, de estos puntos de referencia musical en sus canciones que remiten a la obra de otras personas, en algunos casos demasiado. Si bien en ciertas instancias lo que hay es nula investigación sobre de dónde viene el material o simple mala leche para quitar canciones a otros.
Una ética del blues, antes de profesionalizarse, como si los intérpretes se trataran de juglares. Pero en el siglo XX la música ya era industria y esa ética tuvo que enfrentarse a tribunales. En algunos casos con justa razón.
Las canciones no son necesariamente de quien las toma y las internaliza. Y con el éxito, los derechos autorales y abogados, Jimmy Page y compañía nunca han tenido descanso en este aspecto.
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