Kelver Ax: saldar la deuda con un gran artista ecuatoriano
Kelvr Ax, entre la pintura y la poesía.
Orfaith Rivera
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Primero lo obvio, la idea romántica para sacarla de encima. Uno, dos, varios momentos en la obra de Kelver Ax. Instantes en los que, en retrospectiva, parecieran revelar su destino, su muerte, ese suicidio que hace casi cuatro años se lo llevó.
Versos como:
"ante la luz, la muerte viste hermoso"
Libro 'pop-up', de 2014
Referencias que funcionan como un respaldo ante esa idea:
"como Pizarnik
asistiré a mi muerte
como Pizarnik
nunca asistí a la vida"
'pop-up', de 2014
O sentencias casi cósmicas
"la vida es eterna
los cuerpos son los que se van"
Libro 'Egagrópilas', de 2016
Sí, es como si la relación de Kleber Ajila Vacancela —el nombre real de Kelver Ax— con la muerte fuera una constante, o fuera ese fantasma con el que convivía sin problema. Lo hablaba en su casa, casi como si estuviera preparando a los suyos. Su hermana, Gabriela Jumbo, recuerda este tipo de contacto:
Sin embargo, este gran artista dedicado a la pintura y a la poesía no podría, ni debería, caer en la etiqueta de "el último de los decapitados". Eso sería un lamentable error.
Porque esa cercanía con la muerte es uno de los tantos temas que lo cruzaron; pero hay más en su obra, sobre todo belleza.
Kelver Ax es un gran artista, no solo para el ámbito ecuatoriano.
El chico de escasos recursos que amaba el arte, que escuchaba al dúo Benítez Valencia y a Radiohead por igual, el que es recordado con mucho cariño y amor por sus amigos. Que nació en 1985 en Guanazán, parroquia de Zaruma, en la provincia de El Oro. Que era lojano. Que fue cerrajero y soldador, que estudió comunicación y luego arte... Kelver Ax dejó una obra poética y pictórica que sigue viva.
"La muerte es injusta cuando nos priva de un poeta tan grande, pero esto es así", dice Bernardita Maldonado, investigadora, poeta y amiga de Ax. Pero para también es una injusticia quedarse con la muerte como única idea para entender a Kelver Ax como artista.
El poeta de la escritura parca y de los nuevos significados
Era miércoles 11 de septiembre de 2019 cuando se presentó Su sombra como un mapa, el libro con el que editorial Mecánica Giratoria inicia un proceso de recuperación de la obra de Ax, fallecido en enero de 2016.
El libro es una recopilación de sus tres trabajos publicados —CU4D3RN0 D3 AR3NA, de 2012, pop-up, de 2014. y Egagrópilas, de 2016— y otros textos inéditos, que remueven a quienes los leen. Ax recurre a formas aún contemporáneas para hacer poesía. Usa referencias tecnológicas, altera el lenguaje usando números para reemplazar letras o corta palabras.
Su poesía es ese espacio para generar nuevos significados, entrar en los terrenos que él concibió y reflexionar sobre lo que propone.
En el siguiente video, Lucía Moscoso Rivera, María Auxiliadora Balladares, César Eduardo y Andrés Villalba, hablan sobre esta publicación y las características del trabajo de Ax como poeta.
Su obra se mueve en la ironía, se enfrenta a sus propias ideas sobre la poesía y a su condición humana; son poemas que profundizan en la niñez —las tragedias y alegrías— y en la certeza de que el cierre no tiene por qué ser una carga. Aquí hay reflexión sobre la vida, un respeto extremo por la fauna —conocía tanto sobre ese tema que podía hablar todo conocimiento científico sobre un tipo de hormiga en particular, si veía a una—; aquí aparece una mirada particular.
Leerlo es tener un poema favorito, es reconocer desniveles y aceptar su genialidad.
Para Bernardita Maldonado, la poesía de Ax funciona porque no está sobrecargada y las imágenes le permiten al lector desentrañar poesía, en un tiempo de absoluta saturación informativa.
El pintor de los detalles, el que hace alucinar
"Extraordinario pintor, extraordinario poeta, extraordinario amigo", dice un poeta Andrés Villalba algo compungido. Kelver Ax es dos artistas en uno solo. Se integra en dos disciplinas, en dos formatos, con aproximaciones claras en cada una de ellas. Lo explica mejor Bernardita Maldonado:
Como artista plástico, Kelver Ax participó en muestras colectivas tanto en Ecuador como en Perú. Por ejemplo, Endestierros —la muestra de la que salen las imágenes de arriba— se realizó en 2015, en Ileana Viteri Galería de Arte. En la XIII edición de la Bienal de Cuenca, a fines de 2016, se pudo ver parte de su obra, en una especie de homenaje.
De acuerdo a la familia, la producción de Kelver llegó a las 50 obras —entre tamaños mediano y pequeño— y decenas y decenas de dibujos, que todavía no han sido contabilizados.
En el documental 00:17 —de Tatiana Rubio y Cristian Rivadeneira—, sobre la vida de Ax y presentado en el marco de la Bienal de Cuenca, artistas y críticos como Cristóbal Zapata, se refieren al trabajo pictórico del lojano.
Pintar era lo que más hacía, lo que empezó a realizar desde niño, lo que su familia veía que realizaba con entrega, hasta tener algo listo. Gabriela Jumbo, hermana de Kelver Ax, cuenta sobre la relación de él con la plástica y cómo están manteniendo esa parte del legado.
Kelver Ax era conocido por otros artistas plásticos, que también sintieron ese cariño que muchas otras personas ligadas a la cultura profesan por él. Andrés Villalba cuenta lo que pasó cuando en una muestra de Jorge Velarde —en Ileana Viteri Galería de Arte— se desveló un autorretrato de él con Ax.
Cuidar la memoria y la obra
Es la familia de Kelver la que se enfrenta al cuidado de la obra y memoria del artista. Incluso con ciertos resguardos, porque se trata también de protegerlo. "Si escribió es porque él quería que esto fuera publicado", dice su hermana Gabriela Jumbo.
Existe más obra que podría salir —proyectos pensados para el mercado español, por ejemplo—. Y siempre posibilidad de sorpresas, porque hay incluso textos que no están en poder de la familia, pero sí en el de amistades a quienes él mismo regalaba. Hacer obra, leer y compartir era parte de la misma experiencia, para el artista.
Gabriela explica más en el siguiente audio:
En enero de 2020 serán cuatro años de su muerte. En este lapso, Kelver Ax no ha perdido nada de lo que ganó en su momento. Homenajes se han realizado en su nombre, artistas plásticos y poetas lo recuerdan constantemente. A veces sus voces se quiebran y se esfuerzan para no ponerse emotivos.
Siempre hay cariño. Siempre.
Cariño por un artista que es hora de que trascienda su posición como "autor de culto" —como lo definió María Auxiliadora Balladares—, y que sea reconocido como lo que es: una de las voces más originales y necesarias en el arte ecuatoriano.
El 17 de septiembre, Su sombra como un mapa se presentará el Loja. El 4 de octubre sucederá lo mismo en Cuenca.
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