Kamunguishi y el deseo de los sáparas ecuatorianos de vivir a su manera
Miembros de la comunidad Sapara realizan un ritual denominado Kamunguishi, en Llamchamacocha (Ecuador).
EFE / Daniela Brik
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Con sus mejores galas y el rostro pintado con motivos ancestrales, decenas de miembros de la comunidad sápara, realizaron este 19 de junio, en plena selva amazónica, un ritual para difundir una declaración, Kamunguishi, con la que piden respeto a su vida y entorno.
"Como nación sápara le hemos dicho al Estado: déjanos vivir como nosotros queremos vivir", explicó a Efe el líder de la nacionalidad, Manari Ushigua, tras oficiar una ceremonia a la que asistieron integrantes de otros asentamientos vecinos de la misma nacionalidad.
Que es endémica de Ecuador y cuenta con apenas 570 integrantes.
Hablar de un ecocidio
El ritual incluyó danzas de hombres y mujeres por separado, y la entrega de los mayores a los más pequeños de la declaración, convertida en legado que deben preservar y defender ante cualquier agresión exterior.
Manari habla de "ecocidio", el que ha sufrido su pueblo desde el siglo pasado, en el que vio menguada su población de decenas de miles de integrantes a poco más de medio millar en la actualidad.
Los vecinos hablan del período de los colonos "caucheros" que esclavizaron a sus abuelos, aunque no saben precisar en qué década aconteció.
"Esta ceremonia es un trabajo muy largo, de más de 40 años que hemos venido pensando cómo contar (al mundo) sobre la selva "Naku" y qué quiere decir".
Manari Ushigua
La comunidad de Llamchamacocha se emplaza en la provincia suroriental de Pastaza, junto a la cabecera del río Conambo, y es uno de los 26 asentamientos sáparos que se extienden por Ecuador.
Donde esta nacionalidad afirma que su territorio ancestral abarca 375.000 hectáreas.
En Perú viven otros 500 representantes y hasta dos familias adicionales en Brasil, precisa Manari.
Por el pequeño tamaño de la comunidad, los sapara son una mínima fracción de aquellos que se identifican en Ecuador como indígenas, y que el Plan Nacional de Desarrollo 2017-2021 cifra en alrededor del 8 por ciento de la población.
Es decir, unos 1,36 millones de personas.
Todo en uno: selva, recursos y ser humano
Su cosmovisión, al igual que otros pueblos amazónicos, no diferencia la selva y los recursos naturales que alberga, del ser humano.
"En la selva todos somos parte. Así vivimos y así pesamos", asegura el líder de la nacionalidad, declarada por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Su hija Ishyauna Ushigua, de 17 años, indica que el concepto de Kamunguishi, la declaración presentada hoy, es un proyecto que significa literalmente "renacer" y lo resume en que "todo lo que nos hace subsistir es lo que nos da la vida, así que debemos protegerlo y cuidarlo".
Los sápara también tienen una relación muy particular con el mundo onírico y viven y conviven con los sueños, que los conectan con el mundo espiritual y de sus ancestros.
Así, cada día aún de madrugada, es común que los hijos les relaten a sus padres lo que han soñado y en base a las interpretaciones creen que pueden conocer qué porvenir les espera y construir su propia cosmovisión.
El coronavirus en el terreno de los sueños
Situaciones como la llegada de una enfermedad mortal al planeta, que luego han conocido como el coronavirus, o la extinción de su lengua, el sápara -que hoy solo hablan tres abuelos en toda la región-, han sido soñadas o incluidas entre sus profecías.
Nikiru, otro joven de la comunidad, que sostiene una lanza, expresa la importancia de que el ser humano vuelva a conectarse con lo esencial, con la naturaleza y el entorno, algo que los sápara creen que se ha perdido en el mundo moderno.
"Queremos hacerles volver atrás, mis abuelos vivían conectados con eso. Nos dicen que ha habido una evolución pero (para mí) es una destrucción y un abismo infinito".
Nikiru
Manari Ushigua concluye con el mensaje de que su mensaje al mundo "es que hay que conservar esta selva, porque la Amazonía es nuestro corazón".
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