Gustavo Cerati 'regresa' en un trabajo que no le hace justicia
'Fuerza Natural Tpur, en vivo en Monterrey, MX, 2009', de Gustavo Cerati.
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El valor del registro le gana a la calidad
Hay un problema complejo con el disco Fuerza natural Tour, en vivo en Monterrey, MX, 2009, de Gustavo Cerati. Profundo.
Quizá como experiencia de sala de cine, la imagen en movimiento le da otro valor. Pero por sí solo -a nivel sonoro- no funciona, pierde piso, desespera.
Porque no suena bien, no se define el sonido, porque hay instrumentos por encima de otros, Cerati desafina, aunque muy poco, siempre fue un monstruo de la afinación.
¿La razón? Es el único concierto de la gira Fuerza Natural (la última que hizo el argentino, antes de su accidente cerebrovascular) que se grabó audio y video.
El sonido no se puede tocar, porque en lugar de usar un estudio móvil y dividir todo por canales, se grabó directamente de la consola. Pare de contar.
La pregunta es, ¿por qué lo publicaron así? Gustavo Cerati siempre fue un músico que se caracterizó por cuidar cada detalle sonoro de sus discos. En esta ocasión, al no estar él presente (falleció en septiembre de 2014) se habría esperado que las personas que protegen su obra se preocuparan por ese aspecto.
Quizás la parte audiovisual haya sido la que determinó la existencia de este disco.
Ver en video a Cerati emociona y la calidad de la imagen en perfecta. Pero el audio entorpece. En Magia, por ejemplo, la guitarra acústica suena por encima de todo.
En Lago del cielo, el penúltimo tema del show, el solo de guitarra está tan alto que satura y el sonido deja de ser agradable. El redoblante de Fernando Samalea suena sin vida.
En muchas partes del show, el bajo que toca Fernando Nalé pierde definición. Cosas imposibles suena desprolija.
En Tracción a sangre su voz suena por encima de todo, como el grito de un dios tronante. Pero una voz que brilla y enternece.
Pero no todo está mal. A pesar de esos problemas, hay magia. Sobre todo porque esta banda -que incluye al gran Richard Coleman en la guitarra y a Anita Álvarez de Toledo en los coros- le da la fuerza y docilidad necesarias a las canciones de Cerati.
Lo importante de esta placa es el registro de un show en el que Cerati da lo mejor de sí, toca en vivo todas las canciones de su fabuloso último disco y algunas joyas de su discografía solista, dejando de lado su etapa Soda Stereo.
Es evidencia y prueba de una carrera en solitario que deja la leyenda de lado y se sostiene a sí misma.
Los errores sonoros (o la decisión de pasarlos por alto y publicarlos) están ahí y van a molestar siempre. Pero esta es una forma de tener a un Cerati vigente, en presente. Eso se agradece.
Escuche el disco completo aquí:
Otras recomendaciones:
'Real', de Neoma
No solo se trata de la voz de esta cantante y compositora originaria de Cuenca. Se trata de una comprensión profunda sobre lo que significa el pop en la actualidad y lo que puede se puede generar en canciones que llaman a seguir el beat con el pie.
Pero hay algo más, siempre. Neoma apuesta por canciones en inglés, en español, mezclando ambos idiomas. En ellas hay una conciencia de una mujer como individuo, que incluso se cuestiona y reflexiona sobre la edad y la presencia del otro. Neoma ha hecho un clásico que hay que escuchar una y otra vez.
'The Soft Bulletin: Live at Red Rocks' (feat. The Colorado Symphony & André de Ridder), de The Flaming Lips
En 1999, la banda de Wayne Coyne y del absoluto genio Steven Drozd publicó su mejor trabajo. The Soft Bulettin es el Seargent Peppers de la música indie, así que cuando el grupo dio un show con la Orquesta Sinfónica de Colorado, conducida por André de Ridder, en 2016, con todo el disco en vivo, los fanáticos pedían que sacaran oficialmente el trabajo y ese día llegó: nuevos arreglos y una nueva dinámica en las canciones que Coyne canta con la misma pasión que en el disco.
'Pesci.... Still Singing', de Joe Pesci
Joe Pesci no solo regresó a la actuación este 2019 con The Irishman, de Martin Scorsese, también lo hizo a la música. Porque sí, canta y lo hace muy bien. Pesci controla su voz, la mueve por diferentes notas, mantiene el tono. Su edad -tiene 76 años- le da una cadencia estilo crooner, como si fuese un Tony Bennett más maltratado por la vida.
Temas lentos, con un cierre fastuoso en clave de salsa con Baby girl (de Billie Holiday, Frank Sinatra y Thelonious Monk), en medio de colaboraciones de gente como Arturo Sandoval y Adam Levine (el cantante de Maroon 5), hacen que este disco se convierta en una rareza entretenida.
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