El Guayaquil bohemio y pícaro, según Pacheco y 'San Napo'
Los músicos Gustavo Pacheco y Héctor Napolitano celebran los 203 años de Independencia de Guayaquil con la 'Gringa Falseta' de fondo y la nostalgia por una ciudad que ya no existe.
Los músicos guayaquileños Gustavo Pacheco y Héctor Napolitano, hablaron con Primicias el 3 de octubre de 2023.
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Fue un concierto improvisado y a capela, con añoranzas al Guayaquil de la década del 60, a la bacán, a la cuna de los gran cacao, llena de artistas y bohemios sentados en las veredas entonando sus tormentos atorados en gargantas aguardientosas.
Ese Guayaquil que ahora solo existe en los libros y que se ha convertido en una de las 24 ciudades más violentas del mundo, donde salir a las calles para dar serenatas sería una sentencia de muerte.
"Eran tiempos tranquilos", rememoran los músicos Gustavo Pacheco, de 71 años, y Héctor Napolitano, de 68, como antesala a las fiestas por los 203 años de Independencia de la ciudad.
La cita se cumple en el departamento de Pacheco, en el tradicional sector de Urdesa, en el norte de Guayaquil.
Cuentan que entre los amigos de barrio, en Coronel y Cuenca, figuraron personajes como los famosos delincuentes 'Chico Silencio' o 'Ramillete'. 'Napo' compartió con Dante Reyes Moreno, el 'Cuentero de Muisne', en el cerro Las Peñas.
"Éramos amigos del barrio, jugábamos al pepo y trulo, al trompo, a la rayuela. En las fiestas de Guayaquil había el campeonato del palo encebado, era una maravilla".
Gustavo Pacheco.
"Ahora camino dos cuadras y tengo que andar pilas", dice Pacheco, ante la mirada atenta de su 'brother', quien alega que "el negro se acuerda de todo".
Como la noche en la que tocó en el desaparecido William's Exclusive Club, de Guayaquil, con el mexicano José José.
"Cuando José presenta a sus músicos dice 'aquí, el pinche ecuatoriano Gustavo Pacheco', y la gente se levanta a aplaudir. Entre ellos estaba el expresidente León Febres-Cordero, quien con un vaso en la mano me dijo: 'maestro, salud'".
O el día en que en Nueva York se subió al ascensor del hotel Hilton, en el que se hospedaba con el fallecido cantante Jesús Fichamba, y se encontró con el cómico Mario Moreno, 'Cantinflas'.
Pero 'Napo' también tiene lo suyo. Él compartió momentos con 'El Jefe', Daniel Santos, el 'Inquieto Anacobero' que terminó detenido en Guayaquil por un accidentado concierto en el teatro Apolo.
Aquí compuso 'Cataplum, pa' dentro Anacobero', 'Aguaita guayaquileñita' o 'El Preso', en el Cuartel Modelo.
Épocas de oro, cuando los restaurantes Flamingo y el Costa, en las calles Nueve de Octubre y Boyacá, eran el epicentro de la movida musical.
Ahí se reunían artistas de la talla de Julio Jaramillo, César Augusto Montalvo, Ítalo Torres, David Laad, Álex Moreno, Sam Caballero, Fernandino y Paúl Sol.
Ahora son tiempos de reguetón, de música hecha en computadora y "sin una lírica interesante", dice 'Napo'. "Todo suena igual, cada tema parece la misma canción", cuestiona, aunque respeta el trabajo artístico actual.
Sobre las fiestas octubrinas, Napolitano es mordaz: "El símbolo de Guayaquil es un niño pobre riéndose de serlo y la avenida Nueve de Octubre parece un sambódromo". Insiste en que la libertad es sinónimo del guayaquileñismo.
"El guayaco come bolón con chicharrón y dos huevos fritos donde la madrina, habla sabroso, le dice quina a los USD 5 y bacán a lo bonito", precisa 'Napo'.
Pacheco lo interrumpe y asegura que a sus 71 años solo hace lo que le gusta para sentirse satisfecho con su música. "Quiero seguir aprendiendo... no me importa si les gusta o no, a si me contratan o no".
La Gringa Falseta
El relato se interrumpe a guitarrazos con su vals-son 'Gringa Falseta', de Eduardo Neira, una secuela de aquella 'Gringa Loca', lanzada en 2015.
Esa gringa que se quiso casar con 'Napo', llevándoselo con engaños a la 'yoni', de donde 'a pata' se tuvo que regresar. Ahora la gringa, "vivaracha, sabida, pelo pintado", regresa a buscarlo tras el fracaso de su relación con otro gringo.
Pero resulta que "la gringa no ha sido gringa, sino guayaquileña". Todo hacía pensar que la joven regresaba arrepentida para refugiarse en los brazos de su amado 'Napo', pero "negativo".
La habían deportado porque tenía una "green card falseta", como las que venden en la avenida Roosevelt, en Nueva York (Estados Unidos), a "USD 90 latas".
Pero las palabras se confunden con el sonido de la guitarra de Pacheco y del Tres Cubano de 'Napo'. Y suena "ahora que te han dejado abandonada y que te tocó vivir en carne propia, la misma mala jugada que me hiciste, vienes a verme como si nunca ha pasado nada".
Casi en seguidilla tocan Cuando pienses en mí, de Napolitano; y Si me das tu amor, del Grupo Boddega, del maestro Pacheco.
Qué habría sido de sus vidas sin sus ídolos de juventud: Raphael, Julio Jaramillo y Tom Jones, para Pacheco; o Jimmy Hendrix, Beatles y Johnny Cash, que le volaron la cabeza a Napolitano.
Toda una vida de amistad y de amor a la música, pese al paso de los años, al reguetón y a la inseguridad. "¡Salud, Guayaquil de mis amores!".
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