Una fundación canaliza recursos para la Sinfónica de Cuenca
Las necesidades de la Orquesta Sinfónica de Cuenca motivaron a un grupo de empresarios de esa ciudad a formar una fundación privada sin fines de lucro para gestionar recursos. Su principal meta actualmente es asegurar un espacio permanente y apto para la institución cultural.
Imagen de archivo de la Orquesta Sinfónica de Cuenca durante un concierto en febrero de 2020.
Cortesía, Orquesta Sinfónica de Cuenca
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La Fundación Orquesta Sinfónica de Cuenca está activa desde julio del 2019, pero tiene como antecedente una organización del mismo nombre creada hace dos décadas por algunos de los actuales miembros.
En 2019 los directivos de la Orquesta Sinfónica les contactaron para plantear sus necesidades y proyectos. Jorge Roca, expresidente de la Cámara de Industrias de Cuenca y director ejecutivo de la Fundación, convocó a otros empresarios y a gente vinculada con la cultura para formar un nuevo equipo.
Gabriela Sánchez, directora ejecutiva de la Orquesta Sinfónica de Cuenca, explica que el rol de la Fundación es fundamental para la gestión de recursos. Al ser pública, la institución no puede cobrar por las actividades culturales que desarrolla y el presupuesto que recibe del Gobierno es limitado.
La Sinfónica tiene un presupuesto corriente permanente de USD 1,25 millones. Más los recursos para las actividades culturales, que no son fijos. “En el 2017 teníamos un presupuesto de USD 48.000 para la agenda. Con la insistencia al Gobierno, pudimos llegar en 2019 a casi USD 200.000”, asegura.
La Fundación ayuda a gestionar los proyectos de autofinanciamiento y actúa desde diferentes frentes: busca y canaliza fondos internacionales, auspicios con entidades privadas, donaciones, aportes de diversos tipos.
Por ejemplo, una de sus primeras acciones fue la postulación a un fondo de la Unesco, que ya pasó la primera etapa de preselección.
El objetivo es invertir los recursos en las principales necesidades de la Orquesta Sinfónica: adquisición de instrumentos, acondicionamiento de los espacios, contratación de músicos para completar la planta orquestal.
El proyecto que más entusiasmo causa a la Fundación es la dotación de un espacio permanente para la orquesta. Esta institución tiene sus oficinas y sala de ensayos en los predios que pertenecieron al Banco Central y hoy administra el Ministerio de Cultura.
El comodato inicialmente está fijado hasta 2026, pero la Fundación busca que el Ministerio entregue ese espacio, bajo alguna figura legal, de forma permanente. Además de la sala de ensayos y las oficinas administrativas, aspira a conseguir también el Teatro Pumapungo, para las presentaciones artísticas.
“Hay el respaldo del Ministro de Cultura para que la Orquesta tenga algo a más largo plazo y que el edificio pueda tener adecuaciones profundas”, asegura Claudio Patiño, presidente de la Fundación.
La Fundación pretende, una vez que el edificio sea transferido de forma permanente a la Sinfónica, intervenir en los espacios: mejorar la sala de ensayos, con todos los requerimientos técnicos.
Las oficinas administrativas y el teatro, para el que hay varios planes, con el fin de implementar escenografías adecuadas para las expresiones artísticas que el director de la Orquesta, Michael Meissner tiene en mente desde que asumió el cargo.
“La Orquesta Sinfónica es una de las fortalezas culturales de Cuenca. La Fundación puede gestionar recursos propios privados, extranjeros, para que la institución trascienda. Ese es nuestro objetivo”, concluye Patiño.
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