El fin del mundo en cinco películas que hay que ver
Fotograma del filme "These Final Hours" de Zak Hilditch
Roadshow Pictures
Autor:
Actualizada:
Compartir:
Más allá de Outbreak -de Wolfgang Petersen, en 1995- y de Contagio -de Steven Soderbergh, de 2011-, el cine ha entregado una serie de películas que lidian con la idea y sensación del final a través de la llegada de un virus nuevo que se podría llevar todo.
Pero el terror biológico no es el único que se mueve en ese terreno.
El cine sobre el fin del mundo, como se lo conoce, de forma literal o en un sentido de cambio absoluto, ha entregado joyas que no solo se deben ver.
También son experiencias cinematográficas que funcionan como válvula de escape ante la sensación que, en estos días, embarga a muchos. A veces, el cine sirve para que esas emociones tengan un punto de salida.
Aquí algunas alternativas para encerrarse en casa en estos días y verlas. Porque, incluso ante la idea del final, es importante ver buenas películas.
12 Monkeys, de Terry Gilliam (1995)
Terry Gilliam tomó la idea que Chris Marker usó en su clásica La Jetée y armó una película en la que Bruce Willis debe viajar en el tiempo hacia el pasado, para evitar que una epidemia viral acabe con la gran mayoría de la humanidad.
El filme funciona al estar manejado como un juego de gato y ratón en el que la idea central es que no importa lo que se haga, la catástrofe se va a dar. Willis es unidimensional como siempre; sin embargo es Brad Pitt, como un desquiciado Jeffrey Goines, es quien se roba todo.
Al final, en medio de pistas falsas, el personaje de Willis se da cuenta de lo que está pasando. No hay vuelta atrás.
12 Monkeys es una película sobre el eterno círculo que es la historia. Quizá haya otra oportunidad para mejorar las cosas, quizá.
Pontypool, de Bruce McDonald (2008)
Hay otro virus en la película que el director canadiense de culto, Bruce McDonald, estrenó hace 12 años.
Pero, es uno particular. Se transmite oralmente, a través de las palabras. Y, con mayor precisión, usando palabras en inglés. Los infectados se vuelven bestias sedientas de sangre, como zombis.
Todo por hablar con otro.
La premisa de Pontypool es magnífica y la puesta en escena le acompaña. McDonald decide cerrar todo a una estación de radio local en Pontypool, en Ontario. El equipo de conductor, productora y técnico de un programa matutino se va a ir enterando, poco a poco, de lo que va pasando. El mundo se evapora fuera de la radio y ellos -así como los espectadores- solo pueden esperar.
Cine en clave de terror, pero cine magnífico.
Melancholia, de Lars Von Trier (2011)
La boda del personaje de Kirsten Dunst se interrumpe por el descubrimiento de un planeta que va a entrar en colisión con la Tierra. Sí, en esta película de Lars Von Trier el final tiene forma de algo que se va a estrellar con el planeta.
Pero hay algo más. Siempre.
Melancholia -que es el nombre del planeta que va a destruir a la Tierra- es también una intromisión a lo que pasa con las depresiones crónicas. Es más, el carácter metafórico de todo lo que sucede en el filme es más que obvio. Va a venir algo, más grande que uno mismo, a acabar con todo.
La depresión como el fin del mundo. Una forma más directa de decirlo.
Von Trier despliega todo su arsenal de recursos, como la cámara al hombro, las secuencias fotográficamente importantes, con música impactante de fondo -en este caso partes del Triste e Isolda de Wagner- y momentos de tensión dolorosa.
En un segundo pensamiento, se puede ver esta película con una advertencia: peligro de desconsuelo.
These final hours, de Zak Hilditch (2013)
Ya es el fin del mundo en esta magnífica película australiana. El meteorito que va a destruir a la humanidad ya ha caído y en Perth, Australia, esperan a que llegue la tormenta de fuego que deberá quemar todo.
James se ha peleado con su pareja y decide ir a una fiesta para pasar sus últimos momentos vivo en estado de éxtasis. En el camino se encuentra con Rose, una niña que se ha perdido de su padre en medio del caos.
These final hours es una road movie sobre el fin del mundo. James y Rose deben llegar a un lugar en el cual quisieran que los alcance el fin del mundo. Están contra el tiempo. Están enojados y tristes.
Pero algo cambia. El final feliz no tiene que ver con la resignación o resistencia, sino con el hecho de que, incluso de cara al Apocalipsis, lo que queda siempre es contar con alguien.
The Wandering Earth, de Frant Gwo (2019)
Posibilidad de fin de mundo e intento de evitarlo. Película que, en clave de ciencia ficción, es una muestra impresionante sobre lo que puede hacer el cine chino.
Dirigida por Frant Gwo y basada en un relato del gran escritor Liu Cixin, La Tierra errante es un filme de intensidad, con una premisa descabellada: el Sol está a punto de volverse una estrella roja que podría destruir a la Tierra. ¿Solución científica? Mover la Tierra a otro sistema solar.
Sí, de eso va la película.
Filme emocionante, gracioso a veces y, sobre todo, funcional. Cumple su cometido como un trabajo que se centra en entretener bajo la consigna de que la humanidad puede encontrar, bajo un trabajo en conjunto, la posibilidad de vencer una fecha de caducidad.
Compartir: