El festival La fractura del siglo regresa en su quinta edición
Fotograma de 'Nostalgia de la luz', del chileno Patricio Guzmán, que será parte de la muestra.
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En términos prácticos y generales, La fractura del siglo hace referencia a la humanidad y cómo, a mediados del siglo XX, todo cambió para ella. En muchos casos para mal.
La idea sería, entonces, mirar hacia atrás, hacer memoria, mostrar detalles, propuestas, historias a través de la mirada de cineastas, sobre el Holocausto y sus condiciones, sus causas y consecuencias. Un encuentro en el cine Ochoymedio para no perder el pasado.
Para tenerlo frente al rostro. A veces como un piedrazo.
Filmes como Shoa (el épico trabajo de Claude Lanzmann con casi nueve horas de duración) , In Transit (Christian Petzold) y El hijo de Saúl (László Nemes) son solo tres títulos de los tantos que se han presentado en las ediciones anteriores.
Películas que impactan, que muestran algo, que sensibilizan. Un aporte para la reflexión.
Pero no es solo eso. Siempre hay algo más. La fractura del siglo se podría definir como un festival que mira hacia atrás y hacia la actualidad con la misma intención: la de revelar y confrontar las rupturas de antes y las de ahora, en lo que se refiere al ser humano y su convivencia.
Para Rafael Barriga, programador de esta edición, hay algo muy claro que se debe notar sobre La fractura del siglo:
Más allá del cine
En esta, la quinta edición de La fractura del siglo hay cambios importantes. Hay cine -con una selección del filmes que en el contexto del encierro funcionan a la perfección-, pero también se han implementado otras actividades.
Películas conocidas como American History X, de Tony Kaye; Antes que anochezca, de Julian Schnabel; Nostalgia de la luz y El botón de nácar, de Patricio Guzmán, y Skin, de Guy Nattiv, ganadora del Oscar a Mejor Cortometraje en 2019.
A estas se unen a filmes como El vecino alemán (Eichmann en Argentina), de Martín Liji y Rosario Cervio; Hanussen, de István Szabó, y Morituri, de Eugen York, entre otros.
Sin embargo hay más que vivir en la edición de este 2020:
- Un KinoJam de la mano del cineasta Tito Molina, como una sesión experimental para hablar sobre arte e historia, con una curaduría especial de videos para La fractura del siglo. Esto se realizará en el bar La Estación, el 22 de enero.
- Inauguración de la muestra Expresionismo y plenitud, de Trude Sojka, en la Casa Museo Trude Sojka, el 23 de enero, con varias obras de la artista que llegó a vivir a Ecuador luego de su liberación del campo de concentración de Auschwitz. Además habrá una visita guiada como parte de las actividades, el 25 de enero.
- La proyección de los cortometrajes del proyecto Solas: voces en el encierro, de la cineasta guayaquileña Priscilla Aguirre, también el 25 de enero. Este es un trabajo con mujeres privadas de libertad que realizan los cortos, así como la creación de un performance y de un documental, que sigue en preparación.
- Charla entre Óscar Vela y Alex Schlenker sobre la novela de Vela Ahora que cae la niebla. Como actividad de cierre, el 28 de enero.
El ejercicio de la fractura del siglo es la conciencia, como lo explica Sara Roitman, directora del encuentro:
La reflexión y el presente
En conversación con PRIMICIAS, tanto Sara Roitman como Rafael Barriga sintetizan la necesidad de hacer un festival de este tipo en este preciso momento.
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El sentido de hacerlo
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¿Qué busca esta edición de La fractura del siglo, a nivel de propuesta?
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Detrás del recuerdo
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Este es un encuentro que se basa en la memoria; pero, ¿qué hay de la reflexión y del pensamiento?
La fractura del siglo arranca el 21 de enero a las 19:30, con la proyección de Skin, de Guy Nattiv, y del largometraje Der Hauptmann (El Capitán), de Robert Schwentke. En el cine Ochoymedio.
Las entradas tienen un costo de USD 5. Además está a la venta un pasaporte para ir a todas las proyecciones y actividades, con un valor de USD 20.
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