Fernando Iwasaki: el autor peruano que vio a Ecuador en un cementerio de París
Gabriela Alemán (izq), Fernando Iwasaki (centro), y Adolfo Macías (der), durante el lanzamiento de 'El cóndor de Père-Lachaise', en Librería Rayuela.
Eduardo Varas
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A Fernando Iwasaki le toma hablar cinco minutos para tener a los asistentes a sus pies. Es una manera de decirlo, claro.
El escritor peruano —autor de la reconocida novela El libro del mal amor (2001)— tiene una capacidad natural para encantar a su audiencia, por lo que no resulta complicado escuchar risas y carcajadas mientras habla. Eso es un elemento adicional que se le agradece a este narrador y ensayista nacido en Lima, Perú, en 1961.
—A mí me gusta hacer el humor — dice Iwasaki con pausa, como si saboreara cada sílaba. La doble intención funciona. La gracia es la medida de la conversación.
Su reciente visita a Ecuador —enmarcada en su participación en la Feria Libre Libro, organizada por la Universidad de las Artes— le permitió presentar en Quito una antología de sus cuentos para el mercado ecuatoriano, El cóndor de Père-Lachaise, libro con el que se manifiesta su particular manera de estructuras historias y manejar registros del idioma español, en los que se filtran acentos y vocabularios particulares de cada país.
Antes de presentar la publicación —editada por El Conejo—, Fernando Iwasaki comentó las características de su libro, su relación con los cementerios, el idioma y esa forma tan propia de enfrentarse a la escritura.
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Todos los prólogos y su prólogo
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En el prólogo de El cóndor de Père-Lachaise, Iwasaki cuenta la importancia de su relación con Ecuador (su abuela materna fue ecuatoriana) y, sobre todo, regala la historia que le da nombre al libro. Pero lo hace en el texto inicial: un espacio que no mucha gente lee, porque busca llegar directamente a la obra. Sin embargo, el prólogo para él es importante y aquí explica por qué.
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Sobre escritores y tumbas
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¿Qué hacía Fernando Iwasaki caminando por Père-Lachaise? Pues lo que hace muchas veces cuando viaja a otro país y tiene tiempo de sobra. El peruano habla de su fascinación por visitar casas y cementerios donde descansan escritores. Y cómo este ejercicio también puede detonar la imaginación.
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El lenguaje que siempre muta
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En El cóndor de Père-Lachaise el lector es testigo de cómo Iwasaki consigue reflejar su capacidad para el manejo de acentos y variaciones del idioma español. Así sea en su variante europea o latinoamericana. Aquí, él comenta sobre su relación con el idioma y cómo se lo puede defender.
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El autor sobre su escritura
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Narrador, historiador y ensayista, el terreno en el que se mueve Fernando Iwasaki es la prosa. Y el método con el que se enfrenta a cada proyecto, tiene su firma y en esta video explica cómo lo hace.
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