Eugenio Espejo y el misterio de su supuesta masonería
Eugenio Espejo fue uno de los pensadores más agudos de su tiempo y por su sobras se volvió incómodo para los poderes de la época. Pero ¿era masón? Y si lo era, ¿cómo es posible que sus restos estén enterrados en la capilla de San José?
Eugenio Espejo miembro de la masonería
Archivo mundo Diners
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Esta nota está basada en el artículo "El misterio de Espejo, su tumba y la masonería", publicado en la revista Mundo Diners.
¿Están los restos de Eugenio Espejo en la capilla de San José? Pero, ¿cómo puede estar la tumba de un masón en un templo católico? Entonces, ¿Espejo era parte de la masonería? Lo que muchos no saben es que lo más probable es que los restos de aquella capilla no pertenezcan en verdad a Espejo. Lo dicen, en entrevistas y momentos distintos, Carlos Freile y Carlos Paladines, ambos profesores eméritos de historia y filosofía, e investigadores de la vida y el pensamiento de Espejo.
Freile asegura que, en este como en otros tantos temas sobre Espejo, se hacen afirmaciones gratuitas. Y añade que no hay ninguna prueba de que los restos que están ahí sean de un hombre muerto en 1790 y tantos.
Por otro lado, Paladines expresa que habría sido el propio Espejo quien, a través de su testamento, pidió que lo enterraran en El Tejar. Solo que, dice ahora Freile, sus restos desaparecieron. No fue hasta su supuesto hallazgo, durante el siglo anterior, que se empezó a reconocer a la capilla de San José como el descanso eterno del Precursor de la Independencia.
Últimos días de Espejo
Además de sus cuatro títulos universitarios (estudió también Filosofía y Teología), Espejo fue uno de los pensadores más agudos de su tiempo. Así lo prueban el "Nuevo Luciano de Quito" (1779), "Reflexiones acerca de un método para preservar a los pueblos de las viruelas" (1785), "Defensa de los curas de Riobamba" (1787), entre otros escritos, sermones y misivas.
Fue por sus obras que se volvió incómodo para los poderes de su tiempo. De hecho, en ellas sustentó su pensamiento crítico hacia el sistema de salud en una época donde azotaba el virus de las viruelas. Muestra de ello es que su informe médico sobre la enfermedad fue reconocido y estudiado incluso en Europa.
Además, fue un crítico persistente de la corrupción de la administración pública, las medidas económicas del sistema monárquico, el sistema de educación y cultura. Por todo esto, Espejo “se hizo de un ambiente adverso” o enemistades poderosas, mejor digamos.
Además, estuvo preso tres veces por acusaciones de ser crítico con la Corona española y de los banderines con frases subversivas escritas en latín que aparecieron en las iglesias de Quito.
De su última prisión, Espejo prácticamente no salió. Había sido encerrado el 30 de enero de 1795 y el 20 de octubre hubo un dictamen a su favor. Pero el presidente de la Real Audiencia no lo cumplió y recién le permitieron salir el 21 de noviembre. Ya estaba muy enfermo luego de casi un año de cárcel, de modo que murió el 27 de diciembre de 1795, antes de cumplir 49 años.
Casa Masónica
Existen dos grandes logias, que agrupan a otras más chicas, a escala nacional.
La Gran Logia del Ecuador y la Gran Logia Equinoccial del Ecuador. La primera basada en la corriente británica de la masonería, y la segunda, en el rito francés. En ambas existe alguna logia (o casa) que lleva el nombre de Eugenio Espejo.
Aunque ya en estos tiempos, apunta Pablo Chang, hay también logias mixtas o “no regulares”, conformadas por hombres y mujeres, pero no cuentan con el reconocimiento de la institución que opera desde Reino Unido. Chang es abogado, profesor y masón.
En un texto de Chang, este sostiene que Juan Pío Montúfar, Eugenio Espejo y su hermano, el sacerdote Juan Pablo Espejo, viajaron a Bogotá y se unieron a la masonería en 1789. Lo hicieron a partir de una logia llamada El Arcano Sublime de la Filantropía.
En la Gran Logia Equinoccial tienen un criterio parecido con respecto a Espejo. El gran maestro o líder de esa organización, Carlos Vera Quintana, también mediante un escrito, resalta la influencia de Espejo en la masonería ecuatoriana, su pensamiento, memoria y figura.
“Sin duda, Espejo era un masón” con o sin mandil, escribe Vera Quintana, independientemente de las evidencias que exigen los historiadores.
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