Así se enfrenta la literatura al Guayaquil del caos y del dolor
Un poeta escribe crónicas para dar nombre a las víctimas mortales. Una narradora lee cuentos porque el arte es también memoria. La literatura no se detiene.
Solange Rodríguez Pappe es narradora y Cristian Avecilla es poeta. Desde el terreno de las palabras se puede hacerle frente a la crisis de Guayaquil.
PRIMICIAS / Facebook
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Es tiempo de horror en Guayaquil. De no fabular, de no imaginar. Es tiempo de vivir lo terrible de cerca. Con gente que muere ya sea oficialmente por coronavirus, o por sospecha.
Época de cuerpos en calles, que no puede ser recogidos; de historias de personas cercanas que mueren en hospitales, en casas, en vehículos particulares porque no alcanzaron espacio en ningún hospital o clínica.
"Estamos en silencio, sin encontrar el lenguaje", dice la narradora Solange Rodríguez Pappe.
Ella se pregunta si cuando deba salir una próxima vez -a conseguir víveres o a pagar cuentas- será la vez que se contagie. Es una duda que se mueve en la cabeza de miles de guayaquileños.
La tensión es suficiente. La realidad lo abarca todo. Así, en estas circunstancias, ella dice que no se puede hacer ficción.
Sin embargo, eso no significa que la literatura sea innecesaria. Para Rodríguez existe un espacio para el género que ella ha explorado en su carrera literaria: el cuento.
Esto es hacer videos que comparte por su cuenta de Facebook, en el que lee un cuento corto que ha escogido para la ocasión.
¿Hay algo de entretenimiento y evasión? Sí, desde luego, pero sobre todo existe un trabajo de memoria, de reconocer en la literatura esa experiencia humana que habla del tiempo en que el relato fue escrito.
Como un recordatorio de lo que fue en un momento la vida. Y que quizás ahora ya no se puede ser más.
Ella lo explica mejor en el siguiente audio:
Aquí, uno de los videos que está publicando Solange Rodríguez en Facebook:
¿Qué hacer con la escritura ahora?
Quizás no sea el momento. Hace falta la distancia, tiempo, para hacer algo más. O se trate de la manera que lo expone Solange Rodríguez en el siguiente audio: hoy, la escritura está en las crónicas que se pueden hacer, desde una mirada íntima.
Dentro de esa perspectiva se encuentra el trabajo del poeta Cristian Avecillas, quien decidió hacer crónicas sobre la gente cercana a él que ha fallecido y las ha publicado en su cuenta de Facebook.
Un trabajo sensible, duro sobre la tragedia, pero a la vez un hermoso tributo:
"Esta pandemia nos va a homogenizar en el hecho de que estamos destinados a ser un número más en las estadísticas, o a ser un bulto más dentro de las fosas comunes. ¡Y no! Mi vecino se llamaba Hernán, mi amigo se llama Juan, su madre se llama Angery. Todos tenemos nombre. Y las tumbas adonde deberíamos irles a llorar, si no las tenemos en el plano físico, ojalá que pueda ser el lenguaje", dice Cristian Avecillas
En el siguiente audio, Avecillas cuenta cómo apareció esa necesidad de contar sobre las personas que están cayendo a su alrededor.
Este ejercicio de contar lo que sucede es algo que él piensa mantener, a pesar de la cercanía de la enfermedad con los suyos -su hermana está con coronavirus, con una carga viral baja -y de los 15 muertos que él ha contado a su alrededor.
"No hay que desesperarse y hay que seguir cumpliendo con lo que manda el momento (...) Aportar un poco a que la crisis sea más evidenciada. Porque eso es lo que nos falta"
Y en sincronía con lo que Solange Rodríguez ha afirmado sobre la necesidad de la literatura, del arte, en este preciso momento, Avecillas da su perspectiva.
Porque se puede estar de cara ante el Apocalipsis, pero aquello construido por el hombre, creado, inventado, reforzado con belleza, no puede ser olvidado.
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