Diego Jara renuncia a la Secretaría de Cultura de Quito
Diego Jara Calvache presentó su renuncia el viernes 26 de marzo. Su nombre aparece entre las personas con las que habría chateado Sebastián Yunda, hijo del Alcalde de Quito.
Diejo Jara, exsecretario de Cultura de Quito
Fundación Museos Quito
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Quito tiene a un nuevo Secretario de Cultura. Diego Carrera Haro está encargado de esta instancia del Municipio de la ciudad, luego de la renuncia de Diego Jara, el pasado 26 de marzo.
El exfuncionario -que ejerció el cargo casi por dos años, en la administración de Jorge Yunda- aparece entre las personas con las que Sebastián Yunda, hijo del alcalde, habría conversado en una serie de chats.
En los que se ponen en evidencia un posible esquema de tráfico de influencias y de peculado.
Estos chats fueron revelados por la Fiscalía la semana pasada. En ellos, Yunda hijo se comunicaba con, aparentemente, un empresario chino. A él le solicitaba equipos para el Municipio, le proponía vender terrenos de la ciudad y pedía dinero para su video musical.
Jara -cuya renuncia fue aceptada el sábado 27 de marzo- fue mánager de Sebastián Yunda, de 28 años, dedicado también a la música.
Gestión polémica
Diego Jara ha sido criticado por miembros de agrupaciones y colectivos de artistas independientes. También por funcionarios y empleados de la Fundación Museos de la Ciudad y de la Fundación Teatro Nacional Sucre.
Esto por la poco clara política cultural en la ciudad. Así como por su reticencia a hablar públicamente sobre las acciones que llevaba a cabo la Secretaría.
En octubre de 2020, el Comité de Gestión de las Artes Escénicas pidió que Jara renunciara. Por lo que consideraron una falta de apertura al diálogo y por la suspensión del encuentro Quito Tiene Teatro, de ese año.
También en octubre, empleados y trabajadores de la Fundación Teatro Nacional Sucre hicieron público su malestar por la falta de presupuesto para seguir funcionando.
En diciembre de 2020, en charla con PRIMICIAS -y de forma anónima- personal de la Fundación aseguró que la Secretaría de Jara imponía agenda. Además, presionaba para darle espacio a proyectos musicales cercanos a ellos.
De esta forma, grupos y artistas de música popular se presentaron hasta seis veces en los teatros que son parte de la Fundación, por orden superior.
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