Una aproximación a la diáspora negra en forma de lecturas y conexiones
Obras de Aime Césaire, Amada Cortez y Kamau Brathwaite se cruzan y generan distintas reflexiones en la investigación de la poeta ecuatoriana Yuliana Ortiz Ruano.
PRIMICIAS
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Los nombres de la literatura afro ecuatoriana están ahí, siempre han estado y, al mismo tiempo, no han estado.
Es como si la literatura negra del país sea el verídico fantasma de Canterville: se la pasa de lado y no se la ve.
Y cuando se la lee, a veces las aproximaciones son enteramente académicas y poco creativas.
Nelson Estupiñám Bass, Antonio Preciado, Diógenes Cuero, Yony Nazareno, Amada Cortez... nombres de escritores y escritoras que surgen al pensar en la literatura afro del país.
Pero existe una especie de revalidación o reflexión que está haciendo la escritora esmeraldeña Yuliana Ortiz Ruano. Ella toma alguno de esos nombres citados para ponerlos a dialogar con literaturas de otros lados, con un solo objetivo.
Ortiz Ruano se centra en analizar la diáspora negra -salir de un lugar en búsqueda de otro- y en revisar la obra de autores y autoras -sin importar su nación- en función de la memoria y la idea del desentierro.
Una investigación que ella ha convertido en un taller en línea que iniciará pronto. Y que lo explica mejor en este video.
Ortiz Ruano habla de la diáspora que se manifiesta en la literatura negra del continente. Se refiere a esa historia que se ha enterrado y que, al mismo tiempo, se desentierra en diversos textos y que es capaz de recuperar vida y mostrar otros espacios más allá de lo oficial.
Es un ejercicio de diálogo y de confrontación de escrituras de América, en las que se cruzan textos y fragmentos de Aime Césaire, Kamau Brathwaite y de la ecuatoriana Amada Cortez, por ejemplo.
Así, se genera una forma crítica de aproximarse a esta literatura, más allá de los espacios académicos.
Es como si fuese una misión de vida y que esta sea el momento para que Ortiz Ruano exponga estos sentidos.
La necesidad de que el conocimiento viaje
En conversación con PRIMICIAS, Yuliana Ortiz Ruano -que este 2020 presentó la versión ecuatoriana de su poemario Canciones desde el fin del Mundo (Kikuyo Editorial)- habló sobre el deseo de que estas reflexiones lleguen a más personas.
Se refirió también a la contundencia de la idea de desarraigo en la literatura afro, así como a la poca utilidad del concepto de nación al hablar de identidad.
Y, sobre todo, conversó sobre las razones personales detrás de estas indagaciones que ha realizado.
- 1
Mostrar hacia afuera
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¿Por qué es importante compartir esta investigación, este conocimiento?
- 2
El impacto de no tener territorio
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¿Cuán determinante es la idea del desarraigo en la literatura afro?
- 3
Pensar en "país"
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¿Cómo es ese diálogo de la literatura afro con relación a la idea de "nación"?
- 4
Las razones personales
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¿Por qué surge la necesidad de hacer esta investigación y llegar a este tipo de reflexión?
El taller Memoria y desentierro, pensar textos desde la diáspora, de Yuliana Ortiz Ruano, arranca el próximo 2 de octubre y se realizará todos los viernes y sábados del mes.
Será en línea y tiene un costo de USD 30.
Algunos autores y autoras para leer
Aimé Césaire (1913-2008)
Aimé Césaire nació en la isla de Martinica. Estudió en París y luego volvió a su tierra natal, lo que originó el famoso texto Cuaderno de un retorno al país natal, que se publicó en 1939.
Realizó ensayos en los que revisó el tema del colonialismo y su enfoque en la literatura poscolonial, bajo la perspectiva de que este proceso no fue, necesariamente, una experiencia de bienestar, que pensó en mejores condiciones para los sujetos colonizados. Lo hizo con fuerza, claro.
Kamau Brathwaite (1930 - 2020)
Brathwaite se mueve en el tema de la diáspora africana, o las diásporas, en plural, en los distintos puntos del mundo. Y habló mucho de esto, del pasado, de eso enterrado que debe surgir.
Lo hizo regenerando el lenguaje en su poesía, llegando al "lenguaje nación" como vehículo de transformación del inglés y de apropiarse de él. Falleció en febrero de 2020, a los 89, en Barbados.
Amada Cortez
Amada Cortez Caicedo siempre viste su turbante. No lo deja atrás. Dice que así la identifican como mujer afro. Hay un sentido de orgullo que se refrenda en su trabajo literario -condensado en el libro Me llama la Cimarrona-.
Cortez es confrontacional en su obra, busca recuperar la memoria, increpar la idea de una sola historia, darle a la oralidad y al ritmo el valor que se merece. Ella es también docente y ha cumplido funciones públicas en San Lorenzo, como concejala y Presidenta de la Comisión de cultura de la Municipalidad. Su activismo por las mujeres negras del Ecuador es reconocido.
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