Lo que deja Melvin Hoyos en la Dirección de Cultura de Guayaquil
Con su salida de la Dirección de Cultura del Municipio de Guayaquil, Melvin Hoyos es una figura alrededor de la que más de dos décadas gravitaron varias manifestaciones artísticas y culturales de la ciudad.
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En un primer barrido, la imagen es -por lo bajo- polémica.
En marzo pasado un grupo de artistas pidió que Melvin Hoyos fuera removido de su puesto en la Dirección de Cultura y Promoción Cívica del Municipio de Guayaquil.
Esto, ante los comentarios racistas, clasistas y xenófobos que emitió en un texto que estuvo publicado, por algunas horas, en la cuenta institucional de Facebook del Museo Municipal de Guayaquil.
Su salida no se concretó en ese momento, pero sí siete meses después.
Melvin Hoyos ya no está a la cabeza de la Dirección de Cultura y Promoción Cívica. Ahora dirige la creada la Unidad de Coordinación Histórica y Cultural, y en su lugar está María Jose Félix.
Su salida ha sido celebrada por algunos actores del sector artístico de la ciudad y del país.
Melvin Hoyos ha sabido generar pasiones durante los casi 30 años que ha estado a la cabeza de proyectos culturales del Municipio. Esto, gracias a sus acciones y comentarios, muchos de los cuales han quedado registrados.
Como en aquella entrevista que le hizo Jéssica Zambrano en enero de 2018, para El Telégrafo. Al preguntarle sobre la posibilidad de dejar su cargo y darle espacio a nuevos administradores culturales, recibió la siguiente respuesta:
"No podemos dejar a Guayaquil a la deriva por ese 'refrescar'. Eso es ridículo".
Ya para 2018, Hoyos llevaba 26 años en el Municipio de Guayaquil. Por lo pronto, seguirá ahí en un nuevo espacio.
También ha quedado registrado lo que pasó hace casi una década, cuando saltaron alarmas ante el cambio de la normativa en el Salón de Julio. Este cambio impidió el uso de gráficos y de lenguaje sexualmente explícitos en las obras que se aceptaban.
Esta prohibición fue criticada y asumida como censura por varios actores y justificado por otros.
"Pornografía barata no puede ni debe seguir siendo aceptada como un ingrediente indispensable para la creación de una obra de arte contemporánea", escribió Hoyos en su momento, como lo recoge el blog Río revuelto.
Hay consenso de que este cambio en la norma se generó por la obra de la artista Gabriela Chérrez. En 2007, ella ganó el Salón de Julio con Ardo por un semental que me llene toda. La misma estaba compuesta por azulejos que contenían imágenes en clave de revistas de comic porno.
Chérrez ha visto la situación de cerca por mucho tiempo y ahora, que reside en otro país, mira la salida de Hoyos con poca esperanza. Para ella, el tema no es la figura del historiador a la cabeza del manejo cultural de la ciudad. Para ella, el tema tiene ver con las ideas que se mueven desde las autoridades municipales.
Melvin Hoyos ha estado ahí, de acuerdo a esa perspectiva, para replicar esas ideas.
Eventos institucionalizados, publicaciones y candidatura al Eugenio Espejo
Así como hay detractores de su figura y gestión, hay quienes defienden a Melvin Hoyos.
En julio pasado su nombre fue propuesto por miembros de la sociedad civil del país para ser considerado candidato para el Premio Nacional Eugenio Espejo 2020.
"Tiene nombre de mago, es que él mismo es un hombre de magia y encantamientos en los grandes eventos culturales que impulsa en Guayaquil", escribió Douglas Rangel en un artículo de opinión que respaldaba la candidatura, publicado por diario El Telégrafo.
Si bien no llegó a ser finalista, un aura de importancia rodea a Hoyos.
Esta tiene que ver con la llegada de la administración socialcristiana al Municipio de Guayaquil. Porque la historia habla de un antes y un después de 1992, año en el que Hoyos llegó a la Biblioteca Municipal, con León Febres Cordero en la alcaldía.
Cuenta Juan Carlos Morales en un texto titulado Melvin Hoyos al Premio Espejo que en su primer recorrido por el sótano de la Biblioteca Municipal, Hoyos fue recibido por centenares de murciélagos.
Morales da un detalle adicional:
"En medio del olor a humedad, atisbó a mirar una carpeta de raso rojo mordisqueada por las ratas en sus bordes. Constató que se trataba de la partitura original del Himno Nacional del Ecuador, escrito de puño y letra por el músico francés Antonio Neumane".
En ese terreno apocalíptico, Hoyos empezó su trabajo.
Este deja muchas cosas en la ciudad, desde luego. Solo la Biblioteca Municipal, por ejemplo, pasó de tener 350 mil ejemplares, a inicios de los 90, a tener 1'200.000 libros en el año 2018.
Hoyos también deja actividades que se han mantenido en el tiempo y que están institucionalizadas.
Como el Festival de Artes Al Aire Libre, FAAL, que en 2019 cumplió 20 años. O el festival Musimuestras -que va por su edición número 15-. Así como Teatromuestras, que lleva ocho ediciones.
Eso, sin contar los espacios abiertos, como el Museo de Música Popular Julio Jaramillo, en funciones desde 2008.
O el extenso proyecto editorial que coordinó en 2007 para la Biblioteca Municipal, con el que se publicó una colección de novelas de escritores y escritoras ecuatorianas -no solo de Guayaquil- con 29 títulos.
El proyecto -editado por Javier Vásconez y Yanko Molina- buscó tener una continuidad, pero el cambio de administración municipal interrumpió el proceso.
Sin embargo, la cantidad de actividades, eventos y proyectos no pueden considerarse criterios de calidad. Especialmente cuando se quiere generar más cosas de las que puede abarcar.
Por la cobertura que Jéssica Zambrano le dio a la gestión de Melvin Hoyos, una funcionara de la Dirección de Cultura llegó a pedir que se la declarara persona no grata para Guayaquil. En este video, Zambrano amplía sus perspectivas sobre la gestión de Hoyos.
Un asunto de deudas
En casi 30 años de gestión de Hoyos en la Dirección de Cultura, Guayaquil parece haber aumentado una deuda existente con el arte que se hace en la ciudad.
Porque en el último tiempo han sido los espacios académicos y los emprendimientos independientes los que han mantenido el desarrollo artístico de la ciudad.
Las distancias son innegables. Se perciben en el discurso, en las ideas que intentan mantenerse, en el tipo de arte que desde el Municipio se auspicia, en las actividades que se realizan.
Por ejemplo, para varios expertos, el FAAL no deja de ser una plataforma de trabajo artístico amateur.
Y, por otro lado, está la polémica por las esculturas en la vía pública que el Municipio inauguró en julio pasado y que un sector de la ciudadanía consideró de mal gusto.
Resulta evidente que, las autoridades de la ciudad, tienen un concepto sobre lo artístico que no ha evolucionado.
En la época de Jaime Nebot, la Dirección de Cultura manejó presupuestos anuales de alrededor de USD 3 millones.
Para 2020, el Municipio asignó una cantidad de USD 7 millones, para la Cultura y Promoción Cívica y Deportes de Guayaquil.
Desde luego, la pandemia pudo haber afectado la ejecución de ese rubro.
Sin embargo, son cifras considerables, pero la impresión es que queda mucho más por realizar. Existe la impresión de que, al menos en el terreno de la Dirección de Cultura, Melvin Hoyos mandaba y se hacían las cosas a su manera.
Gabriela Chérrez trabajó en Quito, en el Centro de Arte Contemporáneo. En 2017 quiso armar una muestra en el Museo Municipal, en la que quería exhibir la obra con la que ganó el Salón de Julio. Sin embargo, aprendió mucho sobre cómo se hacían las cosas en Guayaquil.
Cherry me dice cosas que no quiero saber se inauguró en el Museo Municipal en noviembre de 2017.
Dos meses después, en enero de 2018 -en la entrevista que le hizo Jéssica Zambrano- Melvin Hoyos se refirió sobre un posible reemplazo en su cargo. Usó estas palabras:
"A mí me da pena por mi ciudad, porque me encantaría tener discípulos".
No hay manera de saber cuál será el futuro de la Dirección de Cultura del Municipio de Guayaquil, no por el momento. Por eso, no hay forma de vaticinar si la pena de Hoyos por la ciudad será buena o mala.
Ni si la falta de un "discípulo" será una ventaja o un problema.
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