Las cinco mejores letras de canciones que hizo Neil Peart
Geddy Lee, Alex Lifeson y Neil Peart fueron Rush, la banda que llora la muerte del gran baterista, el pasado 7 de enero.
Riot Fest
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Neil Peart murió el 7 de enero de 2020. El mundo se enteró algunos días después del hecho. Así como de que padeció durante tres años un cáncer al cerebro —glioblastoma—, que incluso se llevó su capacidad para hablar y de movilizarse.
En sus últimos tiempos, el baterista debió usar una silla de ruedas, como lo contó Sully Erna, cantante de Godsmack y amigo personal de Peart.
Más allá de la técnica y de esa forma para tocar la batería como si fuese un pulpo, Neil Peart deja una serie de canciones en las que derramaba su forma de ver el mundo. Sí, fue ese caso especial en el que el baterista escribía las letras de las canciones.
En ese caso excepcional se produjo una explosión alquímica interesante, o al menos polémica.
Peart siempre fue un tipo que le dio importancia a la libertad individual por encima de otros valores. Por eso no resulta extraño que se lo haya criticado cuando usó como referencia las obras de Ayn Rand. O como cuando criticó el negocio de la música como destructor de individualidades.
Fue único y estas cinco canciones lo demuestran.
1. Tom Sawyer, del disco Moving Pictures de 1981
Esta no es solo una de las canciones más emblemáticas de la banda —un gran inicio y sonido de batería como arranque—, es también una declaración de principios. Peart tomó el poema de Pye Dubois —de la banda Max Webster— sobre Louise the lawyer y comenzó a alterar ciertos sentidos. Incluido el nombre.
El Tom Sawyer de Rush es un héroe cotidiano. Que sabe cómo resistir. Entiende que es único y que no deja que las ideas o el exterior se ponga en su camino. No es un justiciero. Es alguien que intenta subsistir, sin dejar que el mundo gana terreno en su interior.
"Su mente no se vende/
a ningún dios o gobierno/
Siempre esperanzado / aunque descontento
Sabe que los cambios no son permanentes/
Pero el cambio sí"
Tom Sawyer es una canción que a nivel sonoro es fría y distante. Un poco la naturaleza de ese personaje del que habla, que sale de la gran obra de Mark Twain.
2. The Spirit of Radio, del disco Permanent Waves, de 1980
Lo que empieza siendo una canción de amor al poder de la radio, a su influencia y a su carácter de cercanía, se vuelve algo más siniestro a medida que avanza. Musicalmente, la base del tema se sostiene por un riff creado por Lifeson que no da más remedio que tomar la guitarra e imitarlo.
Ese carácter de fascinación es lo que deslumbra en una canción que poco a poco, en la letra, se va tornando oscura. En contraposición a acordes y estructuras que se esfuerzan por no ser tan cínicas. Sí, en los últimos momentos de The Spirit of Radio, Rush lucha entre ese sentido comercial y la crítica.
La lucha se siente real, para nada impostada:
"Uno quiere creer en la libertad de la música /
pero esos premios brillantes y eternos compromisos /
destruyen la ilusión de integridad"
3. Subdivisions, del disco Signals, de 1982
El Neil Peart liberal en estado puro. Una canción que no puede ser más hija de la década de los 80 y de ese espectro progresivo de Rush. Cambio de compases y sonidos sintetizados, en medio de la desesperación de ver cómo los espacios se van achicando, lo que destruye cualquier posibilidad de individualismo.
Peart critica al sistema capitalista, a la construcción de suburbios como meta de vida. Y a las constantes subdividiones como mecanismo de integración.
Alex Lifeson hace uno de sus mejores solos, mientras Geddy Lee canta:
"Subdivisiones /
En los pasillos de los colegios / en los centros comerciales /
confórmate o sé expulsado /
Subdivisiones /
En los bares en sótanos / en las partes traseras de autos /
Sé cool o sé expulsado"
4. Fly by night, del disco Fly by night, de 1975
El segundo disco de Rush fue el primero que hicieron con Neil Peart en batería y en letras. En la canción que le da al nombre al disco hay una inocencia brutal, que tiene que ver con viajar, sentirse libre y, al mismo tiempo, con entender el valor en la posibilidad de huir y en empezar de nuevo.
En ese sentido, hasta en recorridos optimistas, Peart es capaz de dar en el clavo y emocionar con una letra que queda perfecta en una canción que suena más a algo que haría Led Zeppelin.
"Tranquilo y pensativo /
mis pensamientos son aprensivos /
Las horas se alejan mientras dejo mi tierra /
Un juego solitario/
Mi vida empieza hoy".
5. 2112, del disco 2112, de 1976
Mini ópera rock. Peart estaba tan encantado con el libro Himno, de Ayn Rand, que transmitió esa pasión al resto de la banda y crearon esta historia de ciencia-ficción en la que, en una sociedad en la que reina la igualdad —dirigida por los sacerdotes de Syrinx—, un chico encuentra una guitarra y con ella descubre la posibilidad de lo individual, de la creatividad.
Esto va a producir un desencuentro. Un choque y un resultado que hace que la música tengo mucha más importancia.
Para Lifeson, este es el primer disco que suena a Rush, y no es para menos. En esta canción, que dura un poco más de 20 minutos —dividida en siete partes— se cuenta una historia completa. Digna de la música progresiva que querían hacer. Peart hizo primero las letras y ya en banda se dedicaron a armar la música. Un resultado completo. Sobre todo porque hay un relato redondo. Con un final abierto que deja que la ambigüedad gane.
Fue este tema y disco que los hizo acreedores a la fama de seguidores de fascistas y de nazis —por la relación con Ayn Rand—. Geddy Lee fue el primero en rechazar tales acusaciones, siendo él hijo de dos sobrevivientes del Holocausto judío.
"Atentos todos los planetas de la Federación Solar /
hemos asumido el control".
En el terreno de las palabras, Neil Peart sabía donde dar los golpes precisos.
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