Cinco canciones inolvidables del inmortal Roberto Calero
El inmenso 'payador de Vinces', como se lo conocía a Roberto Calero Piedrahita, deja más de 80 producciones musicales. Son un legado de su talento como intérprete y compositor.
Roberto Calero Piedrahita falleció el pasado 4 de abril de 2021 por problemas renales.
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Roberto Calero insistía en que al hablar de él se usara también su segundo apellido: Piedrahita. Porque era el apellido de su madre y era parte de él.
Había algo emotivo en eso, desde luego
Un tipo de reconocimiento y de nobleza, un elemento fundamental de la música que componía e interpretaba. Música rockolera que le permitió viajar por todo el mundo. Llegó a cantar en Turquía.
Era dueño de una sensibilidad que aparece en sus canciones. Temas donde la figura del hombre se permite el lamento por el amor perdido, por el tiempo que ha pasado o por la suerte en la vida.
Canciones donde hay humor, cierta idiosincrasia del hombre de la costa ecuatoriana, una expresión popular importante. Música que no tiene por qué ser compleja, pero que sí debe transmitir algo.
Melodías precisas con las que él se ponía a jugar y darle énfasis a las sensaciones que estaban en juego. Lo más probable es que él -que alguna vez dijo tener una garganta rockolera montubia- nunca recibió educación musical formal. No le hizo falta.
Roberto Calero Piedrahita se fue el 4 de abril de 2021, por una afección renal. Pero los temas que hizo permanecen y seguirán sonando. Esa es la magia de la música popular y aquí, una muestra de sus cinco mejores canciones:
- 1
Mi abuelo es mi padre
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Roberto Calero escribe una canción que parte de la ira y del reclamo ante el abandono de padres a sus hijos. Y luego gira hacia la figura del abuelo -el padre de la madre- que se toma en serio el rol de figura paterna. Porque hay cariño. Por eso. "Y pensar que yo soy uno de esos abuelos", dice en la parte central de la canción. El histrionismo está presente en un tema que cambia de tonalidad en el medio, para ser una especie de celebración. Se repite la última estrofa de este bolero que, a pesar de ser sencillo y de tener arreglos que se ven venir a kilómetros de distancia, no deja de ser efectivo.
- 2
El Mandarina
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Calero escribe esta canción como un gesto de amor a su esposa, Nelly Macías -quien lo acompañaba en los escenarios cuando la cantaba-. Sí, un gesto de amor que tiene mucho de broma. Pero que funciona como aclaración. Calero usa la figura del "hombre dominado por su mujer", conocido popularmente como "El mandarina", para decir que no le interesa el desenfreno del pasado, sino estar con ella. Esa mujer que es una princesa, una "hembra de primera / de los pies a la cabeza". Sí, hasta para declarar amor, no hay manera de huir de la cultura en la que el macho define todo. Es solo un dato. Esta canción es un hecho de su tiempo, y prueba del rol del hombre en esta sociedad.
- 3
Bohemio y bacán
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Calero también cantaba temas de otros compositores. Y este tema de Jaime Correa es uno de los clásicos de su repertorio. Porque encapsula la imagen popular que se tiene de él. Una ficción que se asienta en la realidad, desde luego. El tipo que le gusta la parranda, que sabe cantar, beber y disfrutar con sus amigos. Quizás el lugar común de la música rockolera: "Nací parrandero / bohemio y galán / mi vida es alegre / yo soy muy bacán". Repite la estructura clásica de una canción que quiere ser agradable al oído y cumple lo que busca.
- 4
La pena de mi viejo
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Un pasillo que Calero coescribió con Francisco Hermán. Acordes menores y un ritmo de 3/4 para hablar de la pena de ser viejo y de que la muerte llegue pronto. Hay un malestar genuino en la canción. La vejez como un terreno para el lamento. Calero siempre tuvo una voz capaz de transmitir el dolor, no existiría música rockolera sin esa emoción. Y en esta canción, donde también hay una queja por el amor que se ha ido, la pena es la que manda. "¿No ves que mi rostro refleja la pena y la angustia infinita de este amargo vivir?"... no hay nada más allá de esa sensación.
- 5
Tarjeta Roja
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"No cumpliste el contrato / me engañaste allí en el Guayas / te creíste buenamoza, por eso pensaste jugar con mi amor". La letra no puede ser más directa. Calero tiene otro de sus clásicos de la mano de Jaime Correa. Esta vez, el hombre dolido porque ha sido traicionado usa una comparación futbolística para poner en evidencia su malestar. Y no solo eso. La canción deja en claro que la traición a un hombre reduce a la mujer a un ser terrible, que ya no puede ni siquiera ser hermosa. Sí, esas formas de cómo se ven las cosas en un país como Ecuador. Calero es ídolo porque canta como los dioses, pero también porque representa a la perfección lo que es el ecuatoriano promedio.
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