‘Chicago, el musical’ se estrena en el Teatro Nacional Sucre
Fabo Doja interpreta al abogado Bill Flynn.
Eduardo Varas
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El musical es un trabajo colectivo único. Tiene que funcionar como el mecanismo de un reloj. Quien está en escena debe confiar ciegamente en que los músicos harán bien su trabajo, para que todo suene en el tono preciso. Y, obviamente, viceversa.
El bailarín o bailarina hace lo suyo asumiendo que su compañero o compañera de al lado lo hará bien, también. Una buena armonía vocal entre dos actores es una celebración mientras cada uno respete su melodía y la ejecute de forma precisa. El musical, en ese sentido, es un salto de fe.
Y en ocasiones un salto así trae recompensas.
Esta versión del clásico musical de Broadway —con textos del gran Bob Fosse y Fred Ebb, y música de John Kander— es un deleite desde el inicio. La puesta en escena es impecable, el dominio escénico de actores y bailarines es un ataque claro para maravillar al público, sin ningún exceso de por medio —y eso que este es un musical que funciona como una sátira del sistema carcelario y una crítica a los medios de comunicación, lo que se puede prestar para la exageración—.
Y ni hablar de las voces, desde las menos preparadas hasta aquellas que pueden sostener todo el espectáculo con una sola nota alta.
En este rubro, Alexandra Cabanilla, quien interpreta a Velma Kelly, es la voz que funciona en todo momento. De esas voces que, cuando se acaba la canción, obligan al público a aplaudir a rabiar.
En ‘Chicago’, tanto Roxie Hart —interpretada con humor y coquetería por la francesa residente en Colombia, Charlotte de Casabianca— y Velma Kelly están en prisión. La primera mató a su amante y la segunda a su esposo infiel. Ambas luchan por la atención de su abogado, Bill Flynn —Fabo Doja es el encargado de representar al personaje—, un tipo de pocos escrúpulos, que tiene la estrategia de convertir en estrellas mediáticas a sus defendidas. La nobleza de estos personajes es mínima, y se nota apenas aparecen en escena. Pero están construidos desde la gracia y con una conciencia seductora que los espectadores quedan cautivados de entrada.
De Casabianca es quizás la mejor actriz del equipo y tiene el trabajo de romper la cuarta pared en varias ocasiones, generando las mejores carcajadas desde las butacas. En su forma de hablar, de gesticular, de moverse por el escenario hay tal determinación que cuando ella está ahí, el resto de los 19 actores y bailarines en escena, desaparecen. Eso convierte al personaje de Roxie Hart en la fuerza motora del espectáculo.
Quizás los puntos más bajos sean los hombres que son parte del elenco y del cuerpo de baile, frente al trabajo que hacen las mujeres. No tienen la misma elegancia ni proyectan la misma fuerza que ellas cuando están en escena. Esto no disminuye la obra. Es más, ni siquiera las notas mal cantadas o ciertos movimientos en falso hacen que se pierda el encanto. Lo más difícil, que es atrapar a los asistentes, nunca desaparece.
Punto importante es la orquesta de 11 músicos, quienes realizan una magnífica interpretación de las partituras de la obra.
Chicago, el musical
Dir: Carlos Gonzáles
Productora: In Crescendo Producciones CIA LTDA
Elenco: Charlotte de Casabianca, Alexandra Cabanilla, Fabo Doja, Carolina Sabino, Álex Cisneros.
Fechas: Jueves 16, viernes 17, sábado 18 y domingo 19 de mayo de 2019
Horarios: De jueves a sábado a las 19:30. Domingo a las 18:30
Precios: Luneta USD 35, platea USD 45 y palco USD 60
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