Las causas de la tortura y muerte de un niño en formato docuserie
"The trials of Gabriel Fernandez", la serie documental que está afectando a muchos de sus espectadores por cómo retrata la violencia y tortura hacia un niño.
Diego Corrales, PRIMICIAS
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Cortes, abrasiones, marcas de disparos de balines en su cuerpo, señas de ahorcamiento, hendiduras en el cráneo, marcas de esposas en sus pies. Queda claro que los ocho meses que Gabriel Fernández vivió con su mamá y el novio de ella fueron una pesadilla.
Brian Knappenberger, el director de The trials of Gabriel Fernandez -su título en inglés-, empieza el relato con la llamada al 911 en la que Pearl Fernandez dice que su hijo no responde. De ahí, la llegada a la sala de emergencias de hospital y cómo los médicos se enfrentan a resucitar al niño.
El flagelo del cuerpo destrozado y la descripción de los daños.
Nadie puede salir impávido ante ese recuento, ante las fotografías, ante los detalles que se dan sobre la tortura a la que Gabriel fue sometido.
Knappenberger golpea de forma directa a los espectadores. Muestra las reacciones de dolor de testigos, familiares, fiscales, agentes y funcionarios acusados. Oculta quizás lo más cruento, pero en términos generales muestra todo. Ha tenido acceso en tiempo real al juicio y a los protagonistas de la historia y constantemente analiza lo que se está viendo.
Bueno, no de manera directa, pero sí a través de las opiniones de quienes aparecen ahí. Knappenberger edita su documental como si su misión fuera la de reflejar las dudas que su relato va generando.
Y eso encamina la discusión.
Para esto hay que recordar que todo documental es una toma de partido, una perspectiva de la realidad. No es la verdad, es solo una mirada. Pero en el caso de Justicia para el pequeño Gabriel, esta es una mirada que persuade, que hace que el espectador crea algo muy puntual.
Las señales que estaban a la vista
La serie está construida siguiendo una especie de fórmula, que permite a quien la ve una inversión emocional fuerte: la música, los tiempos muertos en que la cámara no deja mostrar el dolor de entrevistados, las reacciones de quienes están a la vista, el malestar.
Sí, Netflix casi ha patentado una manera de mostrar estos hechos reales. Una que resulta efectiva.
Especialmente en este trabajo en el que, a medida que avanzan los capítulos, cada pieza del caso se pone en evidencia. Y se trata de profundizar en ella.
Knappenberger muestra a los culpables del caso -sobre todo a la madre del niño y a su novio, Isauro Aguirre-, así como a otros responsables, como los funcionarios de los servicios sociales de California. Profundiza en ellos, los muestra como personas, como seres complejos o con patologías psiquiátricas.
Indaga sobre las responsabilidades, sobre la negligencia, el secretismo de las instituciones y el abandono al que fue sometido el niño.
A Gabriel lo estaban torturando, estaba siendo abusado y todas las instancias de protección fallaron con él. Hubo alertas y se las ignoraron. El sistema no funcionó. Gente denunció y no se hizo nada. Gente no quiso cumplir su función.
En este nivel, el documental destroza.
Este relato, casi en orden cronológico, ha impactado a muchos de usuarios de la plataforma, quienes han creado videos en homenaje a Gabriel -como el video que se ve arriba-.
Construido en función de las tomas del juzgado, imágenes de archivo y entrevistas a varias personas, The trials of Gabriel Fernandez es una película triste, en la que queda claro que un niño, por un sistema roto, por la homofobia y por una serie de acciones cometidas por los adultos llamados a cuidarlo, fue acabado de a poco, con violencia y sufrimiento.
No es necesaria una moraleja cuando el horror lo es todo.
The trials of Gabriel Fernandez
Dir: Brian Knappenberger
Serie documental, seis episodios
Netflix, 2020
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