El camino a la Bienal de Cuenca se pavimenta con expos virtuales
Obra "S/T", de la artista Priscila Monge, de Costa Rica, que forma parte de "De confines y confinamientos".
Bienal de Cuenca
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No es posible hablar de una sola idea detrás de esta exposición. En realidad se puede hacer hincapié de que se trata de pensar al arte contemporáneo en función del momento.
Y este momento de la humanidad significa muchas cosas. Algunas que están bien definidas, otras que se pueden seguir indagando. Incluso en la parte formal.
En este caso, redefinir lo que puede ser una muestra, por ejemplo.
Este tipo de exposiciones "virtual home made" -el nombre que la Bienal de Cuenca le ha puesto a este proyecto- no busca trasladar la experiencia de la muestra "in situ" a la web.
Hay algo más aquí. Una aproximación dividida en partes y que en el caso de De confines y confinamientos inicia con un catálogo que se subió en línea, para conocer de qué va esta muestra.
Centrada en revelar cómo viven 11 mujeres artistas, "cuál es su propuesta y resistencia desde los márgenes", como escribe Katya Cazar, la directora de la Bienal de Cuenca, en el texto introductorio que acompaña la exposición.
Una idea que Cazar profundiza a continuación.
Los momentos que integran esta muestra
De confines y confinamientos se mueve en cuatro tiempos. El primero tiene que ver con el catálogo, en el que se puede ver la obra y los 'statements' de las artistas, como sostén de las propuestas.
El segundo momento se relaciona con la exposición de las obras en las cuentas oficiales de la Bienal, tanto en Facebook como en Instagram. Un post por cada artista.
Entre ellas las ecuatorianas Karina Aguilera, Saskia Calderón y Pamela Cevallos; así como las argentinas Eugenia Calvo y Matilde Marín, la venezolana Ángela Bonadies, la brasileña Marilá Dardot y la peruana Sandra Nakamura.
De esta forma la obra puede llegar a ser vista en el formato que debe verse: el fotográfico.
El tercer momento tiene que ver con las conversaciones con las propias artistas, que tienen una particularidad.
"Un conversatorio de alguna manera más intimista para publicar lo más emblemático de este encuentro. Porque hay también un desgaste de estas presentaciones digitales. Queremos algo más sensible y más activo y que deje una impronta diferente", dice Cazar.
El cuarto momento es mostrar las obra en un espacio físico, pero sin aforo de sala. Es decir, se usará una de las vidrieras de la Casa Bienal de Cuenca -que da a la calle-, para exponer las obras a los transeúntes, como una galería permanente.
En otra de las vidrieras se abre un espacio dedicado a la historia de la Bienal y sus 33 años - con los más de 1.280 artistas y 43 curadores-, como un espacio de memoria.
El camino a la Bienal
Esta muestra, así como las que vendrán en estos meses, sirven como anticipo a lo que será la edición 15 de la Bienal de Cuenca -en 2021-, que sigue en pie y que ha debido acomodarse a los cambios en el mundo.
Katya Cazar no deja dudas de esto:
Hay varias exposiciones que se desarrollan en este tiempo por el equipo de la Bienal de Cuenca. Hay tres que tendrán a artistas mujeres a la cabeza y habrá, al menos, una curadora extranjera como encargada.
Y se realizará una que recordará a los primeros protagonistas que lograron crear la Bienal, a través de un archivo de 800 fotografías que han sido digitalizadas.
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