By the way: un disco de los Chili Peppers donde manda la melodía
'By the way' es el octavo disco de estudio de los Red Hot Chili Peppers y el cuarto que hacían con John Frusciante.
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Para 2002 el guitarrista y compositor John Frusciante ya llevaba cuatro años en los Red Hot Chili Peppers, en lo que sería su primer retorno a la banda y su influencia y poder en el sonido colectivo era más que fuerte.
Decirlo así es hacerlo de una forma incompleta.
Porque Frusciante mandaba en el grupo y en By the way ese liderazgo sonoro queda más en evidencia.
Simplicidad en las guitarras, acordes completos, menos rapidez en general y una claridad sobre cómo debía sonar cada instrumento, incluyendo el bajo. Todo eso entraba en el terreno de Frusciante, quien incluso se vio en la capacidad de decirle qué hacer a ese monstruo de bajista llamado Flea.
By the way es un disco plagado de melodía. Los Chili Peppers acercándose a una suavidad y sensibilidad que antes mostraron, pero no con esa libertad.
Ahora, eso no significa que el rock y el funk que siguen siendo parte importante de su ADN no tenga espacio aquí. Claro, hay y de calidad, como se puede encontrar en el tema que le da título al disco, y con el que arranca:
Sí, fuerza. Bajo como motor y Chad Smith en la batería como si su vida dependiera de la rapidez. Anthony Kiedis ha ido cantando mejor con el tiempo y aquí lo demuestra. Frusciante pone "presente" cuando se trata de hacer armonías en las voces.
Esa es la medida de mucho de lo que pasa en By the way: Smith y Flea haciendo lo que mejor saben, Kiedis cantando como nunca y Frusciante cargando el mundo sobre sus espaldas.
Sensibilidad absoluta
Inicialmente, la idea había sido armar un disco que mezclara cierta noción melódica, a la par de tener canciones con una estética punk, incluso llegaron a grabar un cover de The Ramones.
Rick Rubin, el casi eterno productor de la banda, vetó la idea de la agresividad y les pidió que se dejaran llevar por lo otro, por ese camino poco recorrido.
Kiedis y Frusciante trabajaron de manera muy cercana en la construcción de las canciones. El guitarrista -con un mejor registro vocal y un gran uso del falsete- intervino en la creación de melodías. Y en varias canciones fue el llamado a conseguir el tono preciso, ya que Kiedis no lo conseguía.
Esto es evidente en un tema hermoso llamado Dosed, en el que cantan: "Muestra tu amor sin remordimiento". Algo tan alejado del "Lo que tengo tienes que dárselo a tu mamá", de tres discos anteriores.
Zephyr song es otro ejemplo de cómo esta sensibilidad explosiva marcó el destino del disco. Armonía feliz y melodía acorde. El ritmo al fondo, preciso, mientras Kiedis habla de la sensación de libertad de surfear sobre su tabla Zephyr. Y musicalmente existe una correlación: Frusciante graba toneladas de voces, como si fuera un coro doo-wop, para acompañar la ingenuidad del tema.
Incluso el solo de guitarra, mínimo y contenido, ayuda a la sensación.
La fuerza que nunca se fue
By the way ha regalado a los fanáticos de los Red Hot Chili Peppers uno de sus temas insignes, que hasta el momento sigue siendo el que abre los conciertos. Habrá que esperar qué sucede con las presentaciones con Frusciante de vuelta, en unos meses.
Can't stop es un regalo de exquisitez y funk que hacía falta en el disco y que le permite a Flea resaltar como siempre debe pasar.
Este momento de brillo y color para el bajo es uno de los instantes más altos de este disco, donde el bajista se sintió reducido. Hasta pensó en renunciar al grupo y debió tener una conversación larga y profunda con Frusciante para desechar la idea.
La mezcla de contundencia y sencillez, By the way concibe a la perfección lo que esta banda puede conseguir y lo que ha seguido generando en discos siguientes. Eso sí, sin ese equilibrio que parece tener en Frusciante a su principal gestor.
¡Qué bueno es tenerlo de vuelta en los Red Hot Chili Peppers!
Escuche el disco aquí:
Otras recomendaciones:
'Ordinary man', de Ozzy Osbourne (feat. Elton John)
¿Qué sale de la unión entre Ozzy Osbourne y Elton John? Pues una power ballad poderosa. Donde no solo el piano de John sobresale, sino su voz en el segundo verso. Sí, ambos cantan.
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'Hipnosis Nro 3 (2020)', de Tonicamo
Definir esta canción es mucho más complicado que sentir su beat y ese deseo irrefrenable de ponerse a bailar con algo que tiene mucho de diversión como de parodia. La llevan mucho más allá esta vez.
Al menos en el discurso, ya que siguiendo el sendero de su nombre, hablan de la hipnosis, de un lavado cerebral que hace que no importe nada más que el concepto de pasarla bien. En riesgoso, pero funciona. Sobre todo al final, con ese mantra que también genera risas: "Acidito / tripea, tripea". A veces estar en contra de algo es decirlo como si se estuviera a favor.
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