El recorrido por la Bienal de Cuenca en una muestra de siete obras
"The library of unborrowed books", de Meriç Algün Ringborg, ganadora de la edición 12 de la Bienal de Cuenca, en 2014. La obra forma parte de "Parábolas de superficies".
Fundación Municipal Bienal de Cuenca
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Siete de las 55 obras ganadoras de la Bienal de Cuenca en sus 33 años de historia integran Parábolas de superficies.
Una muestra curada por Katya Cazar, directora de la Fundación Bienal de Cuenca, que toma su nombre de la obra de Waltercio Caldas -con la que ganó la Bienal número 11, desarrollada en 2011-. Y, en ese sentido, el nombre refleja esa contraposición de espacios, texturas, lugares e ideas que confluyen en la exposición.
Porque pasan varias cosas al hablar de la muestra.
Ya que es presencial, se puede visitar el espacio de la Casa-Sede de la Bienal -pidiendo cita vía correo electrónico a info@bienaldecuenca.org-. Y eso significa recuperar la experiencia "cara a cara" con la obra. Algo que con la pandemia se había perdido.
Claro, todas las normas de bioseguridad están activadas.
Lo siguiente tiene que ver con lo que esta muestra intenta. Un recuento histórico de lo que es la Bienal de Cuenca -de suma importancia en el desarrollo del arte contemporáneo, fuera y dentro del país-, en diálogo con el espacio en el que se encuentra -el carácter patrimonial y arquitectónicamente único de la Casa-Sede-, así como esa relación con la ciudad.
Porque Parábolas de superficies es una reformulación de una idea que debió mutar por la pandemia. Porque se pensaba, para noviembre de este año y por motivo del Bicentenario de la Independencia de Cuenca, hacer algo distinto:
Mostrar toda la colección de la Bienal de Cuenca, y contar con la presencia de artistas como la argentina Matilde Marín y el venezolano Alexander Apóstol. Así como traer obra del argentino Julio Le Parc.
Pero, pandemia.
Entonces con las obras que han pasado procesos de restauración y conservación se armó algo distinto. "Buscamos repensar la muestra en una escala más pequeña", dice Katya Cazar. El objetivo: poner en valor las obras. Exponerlas, mostrarlas, armar una nueva conversación con ese pedazo de historia.
Bajo un sentido curatorial que Cazar explica en este video.
El arte como experiencia en movimiento, como presencia
No hay vuelta atrás cuando el arte recupera su espacio de exposición.
Para Cazar no se trata solo del capital patrimonial del arte -que las obras estén en perfecto estado y que se las mantenga así-. Se trata del capital simbólico, de que esa obra se exponga y entre en contacto con las personas.
"¿Cómo amar lo que se desconoce?", se pregunta la Directora de la Fundación. La respuesta tiene que ver con la capacidad que existe en el arte:
"El arte tiene esta capacidad de sacarnos de la realidad, de activar el inconsciente, la memoria individual, la memoria colectiva".
Katya Cazar
Cuenta que en los recorridos con mediadores se ha podido ver cómo el arte remueve a la gente: "Y generalmente la remoción no es la más amable porque repercute en lo complejo del ser humano".
Esto no significa dejar de lado el componente digital, que de tanta ayuda ha sido en estos meses para el desarrollo de muestras. Parábolas de superficies tiene un catálogo digital que se puede ver en línea, por ejemplo.
Y esta relación simbiótica seguirá manteniéndose en el resto de proyectos que vayan desarrollando y, sobre todo, en la razón de ser de la Fundación: la Bienal de Cuenca.
En 2021 se hará la edición número 15, en una versión particular -por las circunstancias mundiales- como lo detalla Katya Cazar en este video.
Parábolas de superficies se inauguró el pasado 13 de noviembre de 2020. Las visitas son previa cita.
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