Ayer/Mañana: el cassette con el que Can Can mira hacia atrás y al futuro
Cuatro canciones de Can Can, en versión original y filtradas por la sensibilidad de cuatro artistas distintos. Nada puede salir mal.
Diego Corrales / PRIMICIAS
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Un cassette es el resultado del proceso.
Sí, un cassette, como si el objeto para escuchar música hace 20 años fuera ahora un elemento más de merchandising.
Esta sería la revisión a primera vista. Pero, hay mucho más en este nuevo proyecto de Can Can, que mira hacia atrás, que se somete a un objeto, que reúne por un lado -literalmente hablando- un grupo de canciones que ya han salido y al dar la vuelta al cassette tiene a cuatro artistas importantes haciendo su reinterpretación de esos mismos temas.
Versiones que se pueden ver y escuchar vía YouTube.
Pero, que unidas en un mismo soporte ofrecen varias cosas.
La primera tiene que ver con la posibilidad de “releer” una canción ya producida y lanzada y comprender su poder, con otros arreglos y otros sentidos. Incluso cuando se respetan las estructuras e intensidades originales -si se puede usar esa palabra- y se las lleva a otro terreno.
La segunda, aceptar la importancia de una banda como Can Can en el desarrollo de la música independiente del país.
No solo se trata, mayoritariamente, de un homenaje o reconocimiento de músicos más jóvenes, sino de la apropiación de temas que son parte de un cancionero que, por lo mínimo, resulta curioso e intenso. En una reconstrucción estética, una nueva aproximación a cuatro canciones -Ieri, Glándulas, Casi Siempre y 1 12 25-.
Un juego de observación y de ser observado.
Y así, contrapuestas a las versiones de Can Can, la experiencia es total. En un lado del cassette están los sonidos de Ayer y en el otro, los covers, el Mañana. Más claro que eso no se puede ser.
Ieri
Hay una desesperación en este tema, que apareció inicialmente en Malditos villanos pixelados (2004), el segundo disco del grupo. Con un carácter de pop electrónico sostenido por las guitarras y la línea de bajo.
La melodía en la versión de Can Can consigue disfrazar cierta densidad en una canción en la que alguien está esperando que su cómplice llegue, para escapar de una escena del crimen.
Esto en un sentido explícito, porque algo más se cuece ahí. Cierta tensión que se marca con el cambio de compás como para que quien escucha el tema no se olvide de lo escabroso que hay por ahí.
En la parte de Mañana, la canción la interpreta Madrigal -anteriormente conocida como Juana Monk-. Y aquí, los cambios de estructura, la cercanía con el bolero, el sonido que viaja entre los 60 y 70, y la voz principal de la cantante hace que la canción recupere un aire entre nostálgico y criminal.
Es decir, el crimen es más palpable. Ese “tipo gris” al que se asesina se vuelve más metafórico.
Y más que celebración pop lo que hay es una sensualidad signada por esa idea del abandono. Al final, eso sí, la canción se vuelve terreno de danza melancólica.
Glándulas
Can Can colocó a Glándulas en el penúltimo lugar de su disco Caos (2011). Denisse Santos, la cantante del grupo, prefiere el susurro en los versos para, en el estribillo, abrir un mar de voces que apoya la idea de lo que genera ese efecto químico -provocado por alguien o por algo- como mecanismo de subsistencia.
Hay algo vulnerable aquí. También un intento de no perder el control.
Un arreglo en el que lo que gana presencia es la idea de la implosión, como si algo sucediera por dentro de la voz que canta versos como “Me siento insegura del ritmo que llevan / mis glándulas en tu control”.
Álvaro Bermeo, de Guardarraya, es el encargado de darle una nueva vida a la canción. Aunque no se trata de una experiencia que le caiga como primerizo. Ya existe una versión como parte del proyecto Guardacán -esa unión de las dos bandas, que se presentara en vivo en el Teatro Bolívar, en 2007-.
Bermeo se permite dar cierto nivel de dolor a la melodía, que realmente pone la piel de gallina. Es como si se hubiera enfocado en trabajar la intensidad, en un arreglo con piano, rhodes y guitarras. En esa sencillez hay un poder.
Casi siempre
Resulta interesante que esta canción haya tenido varias versiones por parte de Can Can -incluso resaltando cierto carácter trip hop y la experimentación sonora en la que se incluye aquí-. Interesante porque habla de un proceso de búsqueda que no se detiene.
Es como si una misma canción pudiera ser varias al mismo tiempo.
Y eso es lo que sucede también con la interpretación de Da Pawn, banda que retoma la misma canción que versionaran en Malas influencas (remixes y reversiones) de 2012 y la hace flotar hacia otra dirección.
No solo es reinventar el tema, sino darse una nueva forma como banda. Hay una continuidad sonora en la indagación de Da Pawn como banda, y aquí funciona a la perfección porque al ser una canción ajena, y al haberla trabajado antes, existe la obligación de encontrar otro sonido, otro camino.
El resultado es impresionante.
1 12 25
Resulta curioso que las dos versiones -la original de Can Can y lo que hace con ella Lolabúm- se mueven en extremos distintos de una misma línea. La composición de Denisse Santos y Toño Cepeda va creciendo a medida que avanzan sus segundos, que exudan una vehemencia brutal en su parte lírica
Can Can hace que esa especie de desidia en el texto se convierta en un recorrido que va de menos a más, para repetir el giro. En medio de coros que van y vienen y arreglos de guitarra y batería que reflejan el malestar presente en la letra.
Lolabúm, en cambio, escoge cierta pasividad sonora, sin esconder lo agresivo. El aire a trip hop ayuda muchísimo y esa guitarra con eco que hace que resuene como aquello que parece poner en peligro todo y que está al fondo, manteniéndose. La inestabilidad se manifiesta aquí por esos contrastes. El poder de esta versión es incuestionable.
Ayer/Mañana es un viaje de ida y de vuelta. Y un diálogo con tiempos distintos y estéticas cercanas, pero no iguales, casi como paralelas. Hay una totalidad en este proyecto que solo se construye escuchándolo completo.
Eso sí, mucha atención a ambos lados del cassette. Escenas post créditos incluida. Están advertidos.
Otras recomendaciones
“Mojate”, de Helena Recalde Trío
Seis temas que compactan tres sensibilidades distintas y las conjuga con perfección. Jazz como base, ritmos latinos colándose a cada rato y una nostalgia andina en forma de melodías, letras e intenciones. Helena Recalde -bajista y cantante ecuatoriana, domiciliada en Francia- hace un trabajo que emociona, ya sea por la calidad de los músicos y por el nivel de intensidad de su voz, que recuerda a las cadencias de Ella Fitzgerald, pero con una conciencia caribeña y melancólica que muchos intérpretes quisieran tener.
“No les creo”, de Durga Black
“¿A qué llamas progreso?”, grita Durga Black (AKA Carla Badillo Coronado) es este tema que se mueve entre el minimalismo sonoro, la experimentación en el performance vocal y la repetición de versos como mecanismo para poner en evidencia la ira que se contiene en estos casi cuatro minutos. Aquí, la política ecuatoriana -en especial la administración actual- es puesta en entredicho, al son de un “no les creo” que suena y resuena como arenga. Sí, hay un sentido político de por medio, pero sobre todo una concepción de que la música puede ser también un vehículo de memoria.
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