Arriaga: "La escritura es una oportunidad de reflexionar"
Guillermo Arriaga, en una conferencia en febrero de 2014.
EFE / Ulises Ruiz Basurto
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El escritor mexicano Guillermo Arriaga es cazador, cineasta, asiduo oyente de la música del guitarrista Jimi Hendrix, pero también "un adicto a la escritura", ejercicio que practica al igual que la lectura, y que nunca ha dejado.
"Crear algo nuevo donde no lo había antes, como es una página en blanco se convierte en una adicción", contó Arriaga en una entrevista con Efe.
Esa adicción así como la llegada de la pandemia del coronavirus pusieron en problemas el proceso de promoción de Salvar el fuego, novela con la que ganó el último Premio Alfaguara de novela 2020.
Porque Arriaga estaba ya escribiendo otra historia y se obligó a detenerse para darle espacio al libro recientemente publicado.
Pero el mundo le dijo otra cosa.
La aparición y promoción del nuevo libro de Arriaga ocurrió en plena propagación mundial de la COVID-19, escenario que considera una "oportunidad que nos obliga replantearnos varias cosas".
Entre ellas el tiempo que ahora tienen millones de personas en muchos países debido al confinamiento, al quédate en casa, que han pedido gobiernos y autoridades sanitarias de varios países.
"La literatura es una oportunidad de reflexionar y un libro es una de las mejores forma de mantener un diálogo contigo mismo", explicó.
Dijo que un buen libro funciona como "una especie de espejo que arroja luz donde la mirada no quiso posarse antes o no podía, además nos ayuda a ver cuestiones dentro y fuera de nosotros que no conocíamos
Para Arriaga, el actual "es un momento inédito para esta generación", el cual nos va permitir reflexionar sobre "si realmente estamos en el camino que queremos o debemos dar un golpe de timón (...) es un momento donde debemos reflexionar y los libros son fundamentales para este proceso".
Promocionar una novela en época de coronavirus
Arriaga promueve en su país su más reciente novela, ganadora del Premio Alfaguara. Un libro de 664 páginas, de tintes "shakespearianos" y ritmo trepidante.
Aquí Arriaga relata una historia de amor en el México contemporáneo: la de Marina, una coreógrafa de clase acomodada casada y con tres hijos, con José Cuauhtémoc, un homicida condenado a 50 años de prisión.
Y a través de esta relación improbable, Arriaga retrata las paradojas de su país y las contradicciones más feroces del amor y la esperanza.
En un relato contado desde diferentes puntos de vista y en varios tiempos narrativos.
Acerca de su labor literaria, Arriaga dice que lo único que tiene que hacer a la hora de escribir "es poner mi mayor empeño, esfuerzo, concentración, rigor y disciplina".
Con esas herramientas, él se asegura que "la obra salga lo mejor posible".
Dice que en sus manos está "trabajar con ahínco" y no está en mi manos, necesariamente, "que le vaya a gustar a alguien, pero sí quiero que sepa (el lector) que hay un trabajo muy serio detrás de cada uno de mis libros".
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