Anne Hathaway hace de Joan Didion en un thriller que no cuaja
"The last thing he wanted", de Dee Rees, se puede ver a través del servicio de Netflix
PRIMICIAS / Diego Corrales
Autor:
Actualizada:
Compartir:
La película que Dee Rees dirige y coescribe, adaptando una novela de Joan Didion, tiene un final que nadie quiere ver.
No, esto no es spoiler. Es solo un hecho.
Pero eso no significa que sea un pésimo final. En realidad, es el desenlace preciso para una historia en la que las relaciones complicadas entre padres e hijos son el tema que, por debajo, se mueve en un filme políticamente más complejo.
The last thing he wanted, título original de la película, se puede ver en clave de thriller de espionaje en el que una periodista estadounidense -interpretada por Anne Hathaway- queda en medio de un entramado que no conoce y que le va a pasar factura.
Sí, su padre está metido en el negocio de vender armas a los Contras, enfrentados a los Sandinistas, en Nicaragua. Y lo hace a través de Costa Rica, con la venia del gobierno de Estados Unidos.
Elena McMahon -Hathaway- tiene que darle la mano a su padre enfermo -Willem Dafoe haciendo lo que mejor sabe hacer; personajes casi en el extremo-. Por eso, lo reemplaza en una de sus entregas.
Era evidente que Elena iba a cumplir su rol periodístico, aprovechando la oportunidad.
Eso termina por complicar mucho más el relato de la película.
Cuando lo que funciona se daña
Hay toda una parte central de Su último deseo que dificulta la experiencia del espectador. Sobre todo porque da la impresión de que Rees pierde las riendas del relato y las acciones que, al menos durante la primera media hora tenían toda la claridad del mundo, de golpe se complican.
Lo que en un primer momento son movimientos de cámara que dan tensión a la historia y una edición que se toma el tiempo para no dejar cabos sueltos, termina siendo un cúmulo de personajes que entran y salen, que no se llegan a conocer y que determinan el relato.
Queda claro que Rees busca decir que siempre hay fuerzas que no se pueden controlar y que permanecen ocultas, a la vista de todo el mundo.
Pero, fracasa en el intento.
Es probable que en el último tercio de la película ella se da cuenta de lo que está pasando y recupera en algo ese control.
Ya es tarde, aunque no necesariamente tan tarde.
La puerta de salida a un conflicto
La ruta por la que se va a decantar la película se vuelve obvia. Dividida entre dos personajes -uno de ellos es un Ben Affleck absolutamente desaprovechado-, Elena se va condenando en cada paso que da.
En algún momento, llegada la primera hora del filme, Elena dice que la vida es un espacio para decisiones reales; aquellas que no son perfectas. Y Su último deseo cumple esa máxima.
Gracias a una cadena de errores que revelan cómo, incluso la persona que se considera más experimentada en algo, va a dar los pasos que no debía dar.
Más allá del resultado final, sobresale Hathaway como la fuerza de una película que dispara para muchas direcciones y ella, siempre, consigue dejar al espectador con algún detalle o profundidad de su personaje.
Elena como un transfiguración de Joan Didion en una película. Su forma de vestir, de caminar, de sostener un cigarrillo y de hablar. Que Didion haya escrito una novela sobre una mujer periodista en medio de una cobertura complicada no daba más espacio para pensar que Elena era ella.
Y, Hathaway no necesita esforzarse y ofrece la actuación que salva, de manera definitiva, una película que en papel sonaba mejor.
The last thing he wanted
Dir: Dee Rees
Guion: Marco Villalobos y Dee Rees (basado en la novela homónima de Joan Didion)
Elenco: Anne Hathaway, Ben Affleck, Willem Dafoe, Rosie Perez, Edi Gathegi y Toby Jones
Netflix, 2020
Otras recomendaciones
“The Gentleman”, de Guy Ritchie
Con un elenco coral, encabezado por Matthew McConaughey, Guy Ritchie vuelve al terreno de las comedias negras, con hombres del mundo criminal que deben enfrentarse a esas fuerzas ridículas que un universo así mueve. Y sí, sexismo, homofobia, racismo y antisemitismo en un solo paquete. Algo que podría molestar a muchos, pero hay que comprender que, así como Ritchie hace un cine que ridiculiza la violencia, consigue lo mismo con estas posiciones: las revela en su absurdo y no premia a quienes las expresan.
“Onward”, de Dan Scanlon
Dos hermanos tienen la posibilidad de revivir a su padre fallecido, pero solo por 24 horas. Este es un terreno de pura fantasía en el que una especie de “error” hace que solo consigan tener a su papá de la cintura para abajo. Entonces, Ian -Tom Holland- y Barley -Chris Pratt- van a buscar la manera de completar el cuerpo antes de que el día termine. Diversión, mensaje emotivo y quizás el ejercicio de Pixar que demuestra que saben hacer tan bien las cosas, que ya no sorprenden. La sorpresa sería que lo hicieran muy mal y eso no va a pasar.
Compartir: